Mejores momentos

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Al despertar se dio cuenta que era de día, había tenido un sueño muy extraño que apenas recordaba, ella estaba en el pero era mas joven, y otras dos personas mas que corrían y se divertían juntas, se sintió realmente triste, le hubiera gustado tanto recordar mejor a esas personas o esos momentos. Ahora sola estaba triste y sin ánimos de nuevo, pero pensó en lo que había aprendido del árbol y intento animarse, pero era todo un reto, miraba a su alrededor y no lograba ver nada, Sáfira tampoco estaba, también lo imagino, sentía como la vos de Saúl a veces le decía algunas cosas, a pesar de estar triste y sola en ese lugar, agradecía haber conocido a Saúl y a Sáfira, por que ellos dos solo estaban haciendo lo que les ordenaron, y sin embargo la ayudaban lo mas posible. ¿Como aprender de un lugar que no tiene nada más que un árbol, un sol y una enorme pradera? Comenzó a sentirse invisible es una dimensión tan grande, se sentía tan chiquita en ese lugar, así que lo que hizo para calmarse fue intentar inventar una historia, un historia donde los protagonista seria lo único que lograba ver, Y así fue, comenzó a imaginar al sol observándolos a todos, muchos se ocultaban de el, otros simplemente lo ignoraban, se puso a pensar que el también estaba solo, pero su soledad era mas triste, por que si intentase tener amigos los lastimaría, el sol debía tener envidia de la luna, por que las personas les gusta la noche y si la luna quisiera dejar su soledad y tener amigos esta podría hacerlo, mientras que el sol no, pero pensó de nuevo, la luna solo llega cuando esta de noche y las personas le temen a la noche, por que la oscuridad es tenebrosa y evita que veamos el peligro existente, pero en cambio el sol hace que todos salgan, cuando la noche y la luna llegan todos se van mientras que cuando el sol y el día llegan todos despiertan a saludarlo. Ser el sol y la luna significaba ser solitarios ellos solo ven las dimensiones de diferente maneras, pero igual de solos, sin embargo nadie los ha escuchado quejarse, quizás aprendieron algo de la soledad, o simplemente se acostumbraron. No era tan malo estar sola, podía pensar cosas que nunca había pensado y le parecía algo bueno, lo único malo era el dolor en su pecho y el nudo en la garganta que intentaba resistir, existían mejores momentos para llorar, por que llorar era algo bueno que todos podían hacer, pero que no todos valoraban. Las personas se avergüenzan de llorar, se alejan, se ocultan, temen dejar salir sus verdadero sentimientos, por que creen que esta mal ser visto así, por que creen que es volverse débiles, algo que no es cierto, llorar significa millones de cosa y ser débil no era una de ellas, ser valiente si es una de ellas, por que los valientes saben que pueden demostrar sus tristezas, sus dolores, sus miedos, por que saben que es algo natural, que le pasa a todos.

La luz volvió a ser presencia en su pecho, sonrió al darse cuenta, sabia que todo lo que había pensado era totalmente cierto y también sabia que Sáfira volvería con ella, esta vez intento relajarse de nuevo y esperar a Sáfira tranquila no quería que pensara que ya había olvidado lo que había pensado, se recostó y solo pensó en el sol en la luna en llorar, todo mientras esperaba la llegada de Sáfira.

Es una niña bastante inteligente pensaba Sáfira al ver la luz en su pecho a lo lejos. Ella intenta aprender todo de este lugar, a pesar de que ella no conoce lo que es vivir en soledad, en tristeza o en dolor, por que ella era solo una niña, bueno aun es solo una niña, pero igual lo esta haciendo bastante bien, Comencé acercarme hasta que me senté a un lado de ella, Anabell estaba recostada en el árbol, era solo una niña y se estaba volviendo muy sabia, quizás debí dejarla sola en un principio, ella sola lo hubiera logrado, pero estaba bien como estaban las cosas en ese momento

—¿En que piensas hoy Anabell? —dijo Sáfira llamando la atención de la niña

—Pienso en la soledad, en llorar, en el sol y la luna y en que me gusta que estés aquí conmigo

—Hoy por lo que veo, has aprendido algo correcto sobre esas cosas, vive cada día para prender algo, no importa que tan simple y sencillo pienses que sea, algo aprendido en el presente es algo valorado en el futuro, y jamás pienses que lo has aprendido todo o que en un día no puedes haber aprendido nada, por que nada de eso es cierto, no hay ser que lo aprenda todo en su vida, ya que la vida es demasiado corta para aprenderlo todo, ni existe día en el que no logremos aprender algo nuevo, por que el día es demasiado largo... Escucha mis palabras y tómalas como un consejo que le da una madre a su pequeña hija, hija que al comienzo no entenderá el consejo, hija que cuando lo entiende no quiere obedecerlo, hija que no obedeció y luego se arrepintió. Eres una niña muy inteligente Anabell y la soledad te enseñara sobre la vida, por que sin la soledad no podemos aprender de la vida, no podemos aprender de nosotros mismo, claro, no siempre se es bueno estar solo, pero cuando se esta, se es bueno aprender de ella, para que así no perdamos los días sin haber aprendido algo y entendamos sobre los mejores momentos, por que existes mejores cosas, existen mejores momentos para hacer todo, pero debemos saber cuales son. Si una madre es desalojada de su hogar junto a su hijo esta no puede llorar y dejar que su mundo sea destruido, existirá un mejor momento para eso. Si una hermana mayor ve pelear a sus padres con su hermana a un lado, ella no llorara habrán mejores momentos para eso, la vida es así, te da momentos para todo, te dice no, aun no puedes dejar que el mundo te derrote, pero si habrá un momento para eso.

Anabell a pesar de ser pequeña intentaba entender todo lo que Sáfira le decía, quería que se sintieran orgullosa de ella y si aprendía algo nuevo cada día sabia que eso pasaría, también lo hacia por un día ver a esas hermanas que no conocía pero sabia que amaba, por que esa clase de amor no se termina ni con la distancia.

Dimenson FourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora