Para morir

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Apenas recordaba el camino a casa de las gárgolas, no entendía como logro llegar, de igual forma estaba feliz por haberlo hecho, bajo a Deinan que ya no parecía mareado para luego ella tocar el suelo, su nariz aun sangraba y le dolía mucho pero se dijo para ella que demostrar eso, en ese lugar era estúpido, nadie correría ayudarla y de paso estaba preocupada por Deinan, ya no era una gárgola, así que podía sentir tanto dolor como ella y eso le preocupaba, lo llevó hasta el mueble y lo recostó, fue en busca de agua pero en cuanto se la acerco a dársela Deinan la tiro, derramándole toda el agua encima de ella

—¡Que te pasa! Yo solo quería ser amable...

—¡No Puedes ser amable! No lo entiendes, te partieron la nariz ¡y sigues siendo estúpida, Melisa! Quiero salvarte la vida pero no me dejas

—¡Yo solo quería salvarte Deinan!

Esa niña me mataba, era tan estúpida quería odiarla, quería matarla antes de que hiciera que me mataran, pero no podía hacerlo, por que también quería abrazarla y ayudarla, si era una estúpida, una que quería jugar con el ser mas poderoso de toda la dimensión, pero a pesar de eso necesitaba mantenerla a salvo y mas ahora que por ella me habían devuelto mi cuerpo, así solo fuese para darle de comer.

Deinan no se resistió y la abrazo fuertemente, sabia que había sido lastimada por no obedecer y quería hacerla sentir mejor

—Discúlpame Deinan... Yo solo quise sacarte de allí, no soy el juguete de Dantalion y me hice daño y no permitiría que te hiciera mas daño a ti

—Yo estoy bien Melisa, Sabia que obtendría mi cuerpo eso me alegra si se le puede decir así

—Me alegra que ya tengas tu cuerpo Deinan y se que a Deisban le alegrara también

—Sigues olvidando la dimensión donde te encuentras Melisa, se molestara y se volverá envidioso de ser el aun una gárgola mientras yo no.

—Es cierto olvido que vivo en este horrible lugar...

—Es tarde, ve a bañarte y quítate la sangre seca de la nariz, mañana temprano iremos a practicar cerca del laberinto a muerte, les hablare a Dakota y a Deisy para que vayan con nosotros

Y así fue como la noche paso y el día volvió, pensó que jamás había dormido tan bien, no se despertó en toda la noche y se sentía mejor en la mañana siguiente, cuando despertó se dio cuenta que Deisban era quien dormía en el cuarto, así que comenzó a preguntarse ¿donde estaba Deinan? se había vuelto dependiente de el, sentía miedo si no estaba cerca. Al salir lo vio dormido en el único mueble que había en la pequeña casa, estaba profundamente dormido y no quería despertarlo por nada, así que solo se quedo mirándolo, su forma normal no era nada parecida a la gárgola horrible que había conocido en el puente, este Deinan era muy atractivo incluso durmiendo en un mueble muy deteriorado. Camino poco a poco intentando no hacer ruido para llegar hasta la puerta pero algo que parecido sangre estaba derramado en todo el suelo haciendo que se resbalara y cayera, el golpe hizo que Deinan despertara y viera a una Melisa llena de esa sustancia rojiza. Se levanto rápidamente a ayudarla a levantarse pensando que la sangre era de ella

—¿Melisa estas bien?

—Si solo me resbale... Dolió —comentó entre risas

—¡Pero que tonta eres! Como pudiste resbalarte con esta sangre

Pero antes de que Melisa lograra preguntar sobre la sangre vio que Deisban estaba parado frente al cuarto observando la encantadora escena

—Son patéticos, solo basura de la basura, mírate como la ayudas, eres todo un imbécil hermanito

Dimenson FourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora