Capítulo 26

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CAPITULO 26

El silencio que había en la mesa era demasiado incómodo y no hablemos de la tensión que se notaba, todos nos mirábamos sin saber que decir. Elena agarro mi mano debajo de la mesa para que me tranquilizara, pues aquella no estaba siendo una de mis mejores noches, después de aquella sorpresa.

Fue entonces cuando mi chica rompió el hielo - buenooo, entonces vosotros dos ¿estais saliendo? - se miraron los dos totalmente sonrojado a lo que asintieron - ¿desde cuando? - volvió a preguntar

-Hace un par de semanas - contesto un Rubén muy avergonzado.

-¿Y cómo paso?, es decir, ¿quién le pidió a quién? - insistía mi chica un tanto curiosa por aquello.

-Oh vamos Elena que más te da a ti - no podía escuchar todo aquello.

-Pues veras Elena - hizo énfasis en su nombre - yo estaba en mi casa después de que tú querida novia se fuese corriendo de allí - no, no podía estar diciendo aquello. Parecía que esa situación le estaba resultando divertida - dejándome con la boca abierta, nunca mejor dicho - ahora dirigió su mirada a mí, guiñándome un ojo, en serio la iba a matar - después de dejarme allí tirada, apareció Rubén y ya te puedes imaginar el resto.

-Espera, ¿por qué te fuiste corriendo? - en ese momento quería que la tierra me tragase.

-Me acorde de algo que tenía que hacer - no podía con todos esos ojos mirándome necesitaba urgentemente salir de ahí y de las preguntas de mi novia - voy un momento al baño, no tardo - note que me agarraban la mano.

-¿Estas bien? estas un poco pálida, ¿quieres que te acompañe?.

-No tranquila estoy bien - me acerque a sus labios y le deje un casto beso ante la atenta mirada de los presentes en la mesa. Aquella situación era insostenible, en cualquier momento iba a explotar. Me mira al espejo si que tenía mala cara, abrí el grifo para lavarme la cara pero cuando me gire me di cuenta de que no estaba sola.

-¿Qué haces aquí Alicia? no deberías estar ahí afuera con tu novio.

-No te he visto buena cara y he venido a ver si estabas bien.

-Cómo voy a estar bien si casi lo sueltas todo por tu bocaza delante de mi novia.

-Anda no exageres no iba a decir nada, tranquilízate un poco.

-¿Qué me tranquilice? lo que me faltaba por oír esta noche.

-No me contestas los mensajes, ni me coges las llamas.

-¿Y para que quieres que lo haga Ali?¿para qué me tomes el pelo? ¿para hablar sobre algo que jamás debió ocurrir? - se empezó acercar a mi - me besas y a las horas empiezas a salir con Rubén, para ti esto es juego con el divertirte ¿verdad?.

-¿Estas celosa? - dijo casi en un susurro, ya podía sentir su aliento sobre mí.

-Ni en tus mejores sueños.

-Sabes muy bien que si lo estas.

-No, tengo una preciosa novia - estábamos a escasos centímetros y estaba totalmente acorralada contra el lavabo, no tenía por donde salir.

-Eso no impide que lo estés Erika.

-No siento nada hacía a ti ¿por qué lo iba a estar?.

-Porque estas enamorada de mí y no de tu novia.

-¿Quién dice que no lo esté?.

-¿Lo estás? - pregunto, no podía más con esa tensión necesitaba irme cuanto antes de ahí, sus manos estaban una a cada lado, sentí el roce de sus labios rozar los míos, su aliento como chocaba contra el mío. Escuche un ruido provenir desde afuera y me separe lo más rápido que pude.

-¿Erika?.

-Si, estoy aquí - dije recuperando la respiración por un momento había olvidado de cómo se respiraba.

-¿Te encuentras bien?.

-Se había mareado un poco - intervino de inmediato Alicia a la que mire un tanto confusa.

-¿Quieres que te lleve a casa? - simplemente asentí quería desaparecer de allí cuanto antes.

-Os acompaño.

-¡No! tu quédate aquí con tu novio - dije molesta.

***

-¿Segura que no quieres que te lleve hasta tu casa? puedo esperar aquí fuera mientras que hablas con Erika, no me importa.

-No tonto estaré bien.

-Vale, cualquier cosa llámame.

-¡Ey! mi beso de buenas noches - se volvió y me dio un pausado beso - eres un cielo Rubén - nos despedimos y avance hacia la puerta, para segundos después me abriera la madre de Erika.

-¡Alicia! hacia bastante tiempo que no te veía venir por aquí - me condujo a dentro de la casa dándome un fuerte abrazo - Si buscas a Erika está en su habitación.

-Gracias - no dije nada más cuando empecé a subir por las escaleras para encontrarme en la puerta de Erika. Toque, viendo que no había respuesta entre con cuidado. Ahí estaba mi amiga tirada en la cama, con los cascos de música puestos y los ojos cerrados mirando al techo como si fuese la única persona en el mundo. Me acerque hasta la cama con mucho cuidado de no hacer ningún ruido que pudiese asustarla o alertarla de que no estaba sola en aquella habitación, me senté en los pies de la cama cuando abrió los ojos y su cara reflejaba confusión por verme allí.

-¿Qué haces aquí Alicia? - se incorporó en la cama quitándose los cascos.

-Hola a ti también.

-¿Qué quieres? - se notaba bastante molesta.

-Hablar con mi amiga de algo importante puesto que no me coge el teléfono.

-¿Besas a todas tus amigas o solo es a mí que me ves cara de tonta?.

-¿Por eso estas así? Venga Erika - en ese momento alguien abrió la puerta.

-¿Qué pasa mamá?.

-Alicia ya es muy tarde así que he llamado a tu madre para decirle que te quedabas a dormir.

-¡¿QUE?!.

-No quisiera molestar - no sabía que decir.

-No molestas, es muy tarde para que te vayas tu sola a casa, hare chocolate caliente.

-¿Y dónde dormiré? - ya sabía la respuesta.

-Con Erika como siempre, ¿a qué si cariño?.

-Esto debe de ser una broma o una pesadilla - la cara de Erika era todo un poema, al final iba a ser interesante la noche.





Ella nunca sera míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora