CAPITULO 28
(Maratón 1/5)
Semanas después.
Los días habían pasado con bastante lentitud, a eso había que añadirle que las cosas iban un poco extrañas, es decir, no solo era yo la que tenía la cabeza en mil cosas, los de mi alrededor también andaban algo raros. El sonido del timbre me saco de mis pensamientos, siendo este el sonido de mi felicidad, ya era libre de irme. Recogí mis cosas tan rápido como pude y me colgué la mochila al hombro, eche un vistazo rápido por el pasillo para poder encontrar a Elena, la vi a lo lejos bajando por las escaleras, entre empujones por la multitud de personas logre llegar hasta ella.
-Elena espera – le dije aun agitada por la pequeña carrera.
-¡Ey! ahora no puedo Erika, hablamos a la noche ¿si? – no me dio tiempo de responderle cuando se perdió entre la gente. Escuche como alguien se acercaba por detrás, cuando me gire me encontré con mi principal dolor de cabeza.
-¿Problemas en el paraíso? – como si la situación le divirtiese ahí estaba ella con una sonrisa de oreja a oreja.
-Lo mismo te podría preguntar yo.
-Últimamente estas a la defensiva chica, como se nota que tu novia no te ha dado un buen revolcón.
-Eres idiota lo sabias – me saque el móvil del bolsillo para ver la hora, mierda ya estaba llegando tarde. Eche a andar hacia la cafetería donde había quedado con Hugo para comer y ponernos al día de nuestras cosas. Cuando note que Alicia caminaba a mi lado – no tienes otras cosas que hacer, como quedar con Rubén, que me tienes que seguir a todos lados.
-La verdad no, no tengo nada interesante señorita gruñona – rodee los ojos y seguí mi camino intento ignorarla – Rubén está ocupado con yo que sé que y no tengo ganas de llegar a casa aun.
-Ah claro y te acoplas a mi entonces para variar – acelere el paso viendo lo tarde que era – y no soy una gruñona.
-Lo que tú digas gruñona.
-Te odio.
-Me amas.
-Eres insoportable Alicia.
-No mientas sabes que te soy irresistible.
-Más quisieras creída – sin darnos cuenta estábamos casi en la puerta de la cafetería donde me esperaba Huego fuera.
-Madre mía Erika porque sé que tienes novia si no cualquiera diría otra cosa – intervino él en cuanto nos vio llegar discutiendo. Lo mire con mala cara – eh tranquila relaja esa cara.
-Mira que se lo digo yo también, si las miradas matasen ahora mismo estarías muerto.
-Exacto rubia.
-Queréis dejarme tranquila los dos – los mire a ambos que no hacían otra cosa que reírse de mí en mi cara – lo siento Hugo se me ha acoplado está a la salida – dije señalándola.
-No importa contra mas seamos mejor ¿no? – dijo acercándose a ella – encantado yo soy Hugo.
-Igualmente, yo Alicia su mejor amiga.
-Bueno eso se puede discutir – intervine yo.
-¿Tenéis hambre? – nos dijo a las dos.
Entramos después de él, la cafetería estaba completamente vacía, lo que podía ser un poco lógico siendo las horas que eran después de todo.
-¿Y tú tío no está? – le pregunte yo.
-No, creo que se ha ido a comer con su "amiga especial" – Hugo se dispuso hacernos algo de comer, cosa que no le llevo demasiado tiempo. Sentamos al lado de un ventanal enorme donde se podía ver todo lo de fuera.
-Me encanta este sitio – salto Ali con la boca llena.
-Por favor Ali cierra la boca cuando estés comiendo.
-¿Cómo vas con Elena?
-La verdad es que vamos bien – me quede mirando a Alicia que no paraba de hacer ruiditos – ¿qué demonios te pasa a ti ahora?
-A mi nada.
-Entonces bien ¿no? –continuamos con el tema.
-Si.
-Bueno – nos volvió a interrumpir.
-¿Qué? ¿tienes algo que decir tú?
-No nada.
-No, venga di – le seguí insistiendo.
-Bueno – le pego un bocado a su bocadillo – hoy por ejemplo te ha rehuido.
-No me ha rehuido solo tenía prisa, tendría cosas que hacer.
-¿En serio? – se me quedaron mirando los dos.
-No me miréis así los dos, estamos perfectamente.
-Vale Erika si dices que todo está perfecto, todo está perfecto – me dio una cálida sonrisa mientras la susodicha sentada enfrente mía me miraba de forma extraña. La comida siguió con otros temas de conversación. Cuando terminamos de almorzar y empezó a llegar la gente a la cafetería nos despedimos de Hugo y salimos cada una hacia nuestra casa.
***
-Mamá ya estoy en casa – deje las cosas y el abrigo en la entrada y me fui al salón donde se encontraba mi hermano jugando a la consola – Ey enano ¿dónde está mamá?
-Ha salido un momento a comprar – me dijo sin apartar la mirada de la televisión.
-¿Has terminado todos tus deberes? – asintió enérgicamente – así me gusta, dentro de un rato dejas eso y a la ducha ¿vale?.
-Si pesada.
-Como te quite la consola esa.
-No he dicho nada.
-Me creía – me acerque a él y le alborote el pelo por lo que se quejó – subo a mi habitación.
En cuanto llegue a mi habitación y me tire de plancha a la cama comenzó a sonarme el móvil. Era Alicia de nuevo, pero que quería ahora si hace nada que la había dejado en su casa, esta chica un día de estos me mataba.
-¿Qué te pasa ahora Ali? Voy a pensar de verdad que no puedes vivir sin mí.
-Erika déjate de bromas esto es serio – rápidamente me levante de la cama quedando sentada en ella – necesito que me ayudes.
-¿Qué ocurre?
-Prepara la mochila que nos vamos de viaje.
-¡¿QUE?!