CAPITULO 10
La semana no comenzó muy bien, teníamos exámenes hasta en la sopa. Elena se venía con nosotros a clase; por desgracia no cayó en mi misma clase ya que estudiábamos cosas diferentes. Creo que eso alegro a Ali aunque no se porque. A Rubén en cambio se notaba que le cayó bastante bien. Los días consistían en ir a clase, volver a casa estudiar, dormir y así. No tenía tiempo ni a respirar. Ni si quiera podía pensar en nada. Alicia estaba todo el santo día hablando de Rubén hubiese sido mejor que no me hubiera dicho nada. No podía aguantar ni una palabra, ñoñería más de las que decía. Se ponía tan insoportable que haber quién era el listo o la lista que la soportaba.
En toda esa semana apenas cruce palabras con Elena, no porque ella no quisiera, más bien era yo.
Por fin llegó el sábado y hay estaba yo a las tantas de la mañana como no era de extrañar comiéndome la cabeza sin poder dormir. Esto ya se había vuelto costumbre no se ni la de meses que hace que solo duermo dos tres horas diarias.
Mi estómago rugía, normal no he cenado nada. Pero me da pereza levantarme ahora que estoy tan calentita. Tras varios minutos debatiéndome entre bajar y comer algo o quedar en la cama “durmiendo” preferí bajar.
Nada más salir de mi habitación se notaba el frio que hacía por toda la casa. Ya empezaba a arrepentirme de haberme levantado.
Me prepare un sanchiw y con las mismas me volví. Encendí el portátil y lo primero que hice fue meterme en Skype. Aunque no se para que si a estas horas no iba a ver nadie conectado pero era mi maldita costumbre. Para mi sorpresa tenía una petición de Elena, acepte. Vi que estaba conectada y no tardó mucho en hablarme.
-¿Erika?.
-Creo que así me llamo jajaja.
-¿Qué haces despierta?
-Lo mismo podía preguntar yo.
-No puedo dormir, a ti que te pasa?.
-Más de lo mismo.
Empezó a llamarme por video llamada.
-Acepta plis.
-Pero si tengo unos pelos y unas pintas que…
-Venga por fa, ¿te crees que yo no? además que estés como estés, estas guapísima.
-Vale tu ganas – le di a aceptar la llamada. A los pocos segundos apareció en mi pantalla, estaba en la cama tirada con todos los pelos revueltos de no haber parado de moverse en la cama seguro. Se veía muy graciosa la verdad.
-¿De qué te ríes tú?.
-De ti.
-¿De mi?.
-Si tus pelos están peor que lo míos.
-Ea pues ahora te cuelgo – giro la cara y se puso de morros como una niña pequeña.
-No jo estaba de broma – me acerque a la cámara y le puse pucheros.
-No hagas eso.
-¿Por qué? – decía yo riéndome.
-Porque me dan ganas de acucharte y no puedo traspasar la pantalla – tras decirme eso creo que me puse como una autentico tomate, menos mal que había poca luz y no se notaba.
-Anda ya.
-Lo digo en serio Erika – nos quedamos mirándonos como dos bobas – por cierto te gustaría ir a desayunar conmigo dentro de unas horas – me lo pensé un poco. Si, no estará de más así digo yo que podemos hablar más tranquilamente y cara a cara.
-Me parece bien.
Seguimos un par de horas más hablando antes de irnos a la cama. Me gustaba estar de esa forma con ella me hacía sentir tranquila y segura. Nuestro tonteo ya empezaba a notarse bastante. Quien sabe a lo mejor algún día si la cosa marcha podría pasar algo más entre nosotras.
A las nueve sonó el despertador como lo odiaba pero era eso o quedarme dormida y dejar plantada a Elena. Hacia un día perfecto, no había ni una nube en el cielo.
Fui directa a la ducha a ver si me terminaba de despertar. Salí del baño y me puse lo primero que vi por mi habitación. Me termine de arreglar y ya estaba lista para ir a buscar a Elena.
Nada más bajar me encontré con mi madre sentada en la cocina desayunando.
-¿Dónde vas hija?.
-Buenos días mamá he quedado con Elena para ir a desayunar por ahí.
-Ya decía yo que tú madrugases – se me quedo mirando con cara de pilla.
-Bueno mamá que me voy.
-¿Llevas dinero?.
-Si – le grite ya desde la entrada.
Nada más abrir vi a Rubén enfrente.
-Hola fea – él tan sonriente como siempre.
-Hola nene ¿qué haces aquí? – pregunte bastante curiosa. ¿No andara también Alicia por aquí? dije para mis adentros.
-Pues pasaba por aquí y me dije vamos a tocar a Erika para ver si le apetece tomarse algo conmigo.
-La verdad es que – y antes de que terminara la frase apareció Elena detrás suya.
Rubén al ver mi cara y a donde se dirigía mi mirada se giró.
-Ey hola Elena.
-Hola Rubén ¿qué haces por aquí?.
-Pues nada quería invitar a esta a desayunar algo por ahí y tú?.
-Esa – me señalo – y yo habíamos quedado hoy para eso mismo.
-Ah bueno lo siento no sabía nada – bajo la cabeza algo triste – entonces me voy.
-No Rubén espera podemos ir los tres ¿tú que dices Elena? – dije yo.
-Si por supuesto – se que en el fondo no le hacía gracia que fuéramos los tres porque queríamos estar solas pero no quería dejarlo al pobre así y ya que había venido hasta aquí.
-No de verdad no quiero estropearos el plan.
-Que no, no seas tonto vámonos – le agarre el brazo bajo la mirada de Elena que no le gusto que hiciese eso o eso pareció. Seguidamente Elena nos siguió.