CAPITULO 12
Salí lo más rápido que pude de la cafetería, sin despedirme debidamente de las chicas. La casa de Ali pillaba un poco lejos pero si cogía el bus tardaría más tiempo en llegar.
Me extraño que me llamase llorando parecía que estaba bebida. Y me dijo que por favor no le dijese nada a Erika, que fuese a su casa que no se encontraba nada bien y estaba sola.
Corría lo más rápido que podía, y ella no dejaba de llamarme. Opte por no cogérselo aunque insistía una y otra vez.
Al doblar la esquina vi que su puerta estaba entreabierta. Mi cabeza empezó a pensar lo peor. Termine de abrir la puerta y entre; todo estaba muy oscuro y no la veía por ninguna parte.
-¿Ali?.
-Aquí – se escuchó un hilo de voz procedía de arriba.
-¿Dónde estás Ali? – iba diciendo mientras subía las escaleras.
-En el baño – fui directo al baño, tenía la puerta cerrada. No sabía si tocar o entrar sin más.
Entreabrí la puerta y asome mi cabeza para ver si estaba visible. Cuando la vi allí tirada en el suelo al lado del retrete, entre bruscamente reuniéndome con ella en el suelo.
Se abrazó a él y comenzó a vomitar, definitivamente había bebido. Le recogí el pelo y cuando termino la metí en la ducha aun con la ropa puesta. Encendí el agua fría y empecé a empaparla.
-¡AH! Esta fría – se quejaba mientras la iba mojando. Apague el grifo y cogí una toalla grande para envolverla. La saque con el mayor cuidado de la ducha y la lleve a su habitación.
-Cámbiate y cuando estés lista me avisas cualquier cosa estoy fuera – y cerré la puerta dejándola sola y sin dejar que me contestara.
Estaba muy molesto con ella; no entendía porque se comportaba y actuaba de esa manera tan inmadura.
-Ya estoy – sentí que decía desde la habitación. Entre, ella estaba sentada en la cama con los pies cruzados. Moví la silla y la coloque enfrente de donde se encontraba ella.
-¿Has bebido?.
-No…bueno un poco solamente.
-¿Un poco y estabas de estas maneras? Ali dime la verdad.
-Vale bebí y mucho es eso lo que quieras oír.
-¿Por qué lo has hecho?.
-Oh basta ya Rubén si hubiese querido que me echaran la bronca habría llamado a Erika.
Lo que me faltaba por oír me levante de la silla y cuando estaba a punto de salir de la habitación una mano me agarro del brazo parándome en mitad de aquel caos.
-Lo siento, perdóname – me gire, observe que esta estaba mirando hacia el suelo – no te he llamado solamente para eso.
-¿Entonces para que más me has llamado Alicia? – en mi voz se notaba lo enfadado que estaba.
-Te he llamado porque quería decirte algo.
-¿Qué me quieres decir?.
-Pues veras…
-¡Joder Alicia no tengo tiempo para jueguecitos de una niña caprichosa! – creo que me había pasado diciendo eso. Ella se veía mal y yo, yo solamente era un estúpido. Estaba pagando mi enfado con quien no debía.
-¡Estoy enamorada de ti! ¡¿vale?!.
Me quede bloqueado esto no podía ser así.