Epílogo

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EPILOGO

-¿Lo llevas todo?

-Si mamá.

-¿El abrigo también? Erika allí suele hacer mucho frio.

-Pero mamá como pretendes que me lleve el abrigo cuando todavía estamos en verano.

-Llévatelo que allí suele refrescar por las noches – deje mi mochila en la entrada con todas mis cosas y me fui detrás de ella hasta la cocina.

-Mamá tranquila solo van a ser un par de días, en lo que encuentre piso.

-Pero luego te volverás a ir – dejo escapar un suspiro – mi pequeña ya está hecha toda una mujer.

-Erika ¿me puedo quedar tu habitación ahora que por fin te vas? – me gire hacia mi hermano que acababa de llegar.

-Todavía no me he ido y ya me quieres quitar mi habitación enano.

-Es más grande que la mía – protesto él.

-¡Miguel! – le regaño mi madre. Como iba a echar de menos estos momentos. Mire mi reloj iba con la hora justa.

-Mamá me tengo que ir ya o no cogeré el bus a tiempo.

-Avísame con cualquier cosa ¿vale? – me cogió dándome un fuerte abrazo en el que se unió Miguel también.

-Vale ya está me vais a asfixiar entre los dos.

-Ten cuidado hija – me despedí dándole un beso a cada uno.

-Despídeme de Gonzalo mamá, no me da tiempo pasarme por la cafetería – cogí mis cosas de la entada, tome aire y me puse en marcha.

Estaba tan nerviosa de lo que se avecinaba, todo lo que iba a vivir era nuevo y eso también me tenía emocionada. Mientras iba caminando por la calle eche la vista atrás, habían pasado tantas cosas en tres años. Ya no era una cría de dieciséis años a la que le aterrorizaba todo, ni con la que podían jugar. Ni yo misma me creía que ya empezase la universidad. Mi móvil empezó a sonar en mi pantalón, con precaución de que no se me cállese nada, mire la pantalla y lo cogí.

-Buenos días Gonzalo.

-Buenos días pequeña.

-Oh vamos, tú también con eso Gonza – note como se reía ante de mi comentario atreves del móvil.

-¿Ya estás de camino?

-Si voy con la hora pegada al culo.

-Por mucho que crezcas nunca cambiaras ciertos hábitos – se reía a carcajadas de mí.

-Qué le vamos hacer hay cosas que no cambian.

-¿Has avisado a Hugo y David?

-Si les envié un mensaje.

-De acuerdo, lleva cuidado ¿sí?

-Lo tendré y Gonza.

-¿Si?

-Siento no poder ir a despedirme de ti también.

-Tranquila nos vemos dentro de un par de días en casa – y tras decir aquello finalizo la llamada. Tenía que confesar que Gonzalo era un buen hombre, trataba a mi madre como a una reina y a nosotros como si fuéramos sus propios hijos. Cuando hace menos de un año se mudó a nuestra casa vivir, pensaba que aquello no iba a salir muy bien, lo veía demasiado pronto, pero estaba totalmente equivocada. Mi padre siempre seria mi padre, pero estaba feliz de que Gonzalo estuviese en nuestras vidas. Antes de guardar el móvil de nuevo en mi bolsillo me llego un mensaje.

"Alicia

Que tengas suerte encontrando piso idiota

Yo ya tengo el mío muahahaha ;)"

No pude hacer otra cosa que reírme nunca cambiaria, guarde el móvil en el bolsillo ya le contestaría cuando llegase. Es extraño como habían pasado tantas cosas entre nosotras y aun así seguíamos tan unidas como siempre. A pesar de que nuestra relación fuese fugaz e intensa, nuestra amistad seguía allí. Pero las cosas no salen siempre como quieres. Lo vivimos todo tan deprisa y tan rápido que la llama se consumió, dejando el cariño que nos teníamos. Ya no la veía con los ojos de antes, aunque eso nunca quitara que fue mi primer amor y mi mejor amiga. Cuando me quise dar cuenta ya había llegado a la estación de autobuses. Subí al autobús, guarde mis cosas y me senté en mi asiento. Saque los cascos de mi mochila, sería un viaje largo, pero estaba preparada para vivir una nueva etapa de mi vida.

Ella nunca sera míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora