La puerta al cielo

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Año 1300 a.c

Panem fue un pueblo muy hermoso, donde por muchos años reino la paz y la armonía, gracias a sus reyes y por supuesto a sus valientes soldados que día y noche luchaban contra el mal para traer la tranquilidad al pueblo. Panem era conocido por ser un lugar humilde, de familias trabajadoras en el comercio, la pesca y la artesanía. Tenían monarquía como en muchos otros pueblos, pero hubo dos reyes que fueron transcendentales para la historia, ellos no sólo trajeron la paz sino que la libertad que por muchos años les fue negada. Su rey Haytmich Abernathy y su reina Effie Trinket.

Para muchos fue un matrimonio hermoso, pero no siempre fue así. Tuvieron que pasar muchas cosas para que el amor entre ellos fuera más grande que sus diferencias y pensamientos, tuvieron que lidiar el uno con el otro para mantener a su pueblo. Y lo hicieron. Tenían un ejército de hombres valientes comandados por uno de los generales más importantes y quién actualmente es homenajeado en la plaza central del pueblo con una hermosa escultura en tamaño real, al lado de la tumba de ambos reyes; hablamos del general Peeta Mellark.

Fue el general más joven que ha existido en la historia, a sus cortos 23 años ya había comandado muchas batallas, era un hombre muy especial. Se dice que dormía tres días seguidos, no comía ni bebía nada durante esas horas, era inteligente y meticuloso, tenía habilidades para todo tipo de armas. Fue nombrado general cuando tenía 17 años recién cumplidos, una de las misiones más difíciles que tuvo que enfrentar fue traer con vida al Rey Haytmich a las tierras de Panem.

- General, disculpe- Cinna el médico real se posó con su caballo al lado del general, quién portaba una capucha negra para protegerlo de la lluvia. 

Llevaba lloviendo tres días seguidos y el camino se hacía cada vez más difícil. Los reyes iban cada uno en su propio carruaje: la reina en el segundo y el rey en el primero, la relación entre ellos era complicada y evitaban de sobremanera estar juntos, todo el mundo sabía eso pero todos desconocían el por qué.

 - General ha llovido mucho los últimos días no cree que sería más conveniente buscar un lugar donde pasar la noche, algunos hombres podrían enfermarse.

Peeta el general era un muchacho de cabellos rubios, media 1.75 de altura y tenía un cuerpo esbelto por años de entrenamiento. Perezosamente abre sus ojos para mirar al doctor, ya que todo el trayecto lo paso durmiendo arriba de su caballo

- Tengo un plan doctor, no se preocupe. A unos kilómetros más adelante hay una pequeña posada donde pasaremos la noche, es un lugar ideal para generar un plan de batalla.

- ¿Plan de batalla?

- Nos están siguiendo. Desde que salimos de Isar un grupo de soldados nos han estado vigilando, pararemos en esa posada y tenderemos una trampa.

- ¿Cómo sabe que nos están siguiendo?

- Porque soy un general doctor, y sé perfectamente bien todas las técnicas de combate, si quieren matar al rey como lo intentaron en Isar lo harán ahora antes de que pise Panem.

- ¿Qué haremos entonces?

- Por ahora seguir como si nada, la ignorancia puede ser una cualidad muy buena para sobrevivir. Una vez dentro del refugio le contaré en plan, necesitaré de sus habilidades en combate. No tengo los hombres suficientes.

Un rayo alumbro el cielo y las montañas del camino, nadie le puso atención ya que para ellos era normal que éstos se produjeran cada vez que había un diluvio, a excepción de un hombre. Considerado la mano derecha del rey, principalmente llamado consejero real. Era un hombre viejo que sabía mucho de la vida y las viejas historias. Hace muchos años atrás su padre le contó una que él jamás ha olvidado.

La gran doctora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora