Peligra la corona

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El rey aparece en sus aposentos acompañado de Beete. Haytmich al ver a Peeta arrodillado ante él su rostro refleja alegría y alivio al verlo sano y salvo

- Has regresado sano y salvo. ¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando?- Le dice el rey

- He tenido que cambiarme el atuendo de ahí el retraso. - Responde Peeta

- No hagas eso. Cuando estemos los dos solos, dejemos a un lado los formalismos. - Haytmich ayuda a Peeta a levantarse, cuando los dos se miran sonríen - ¿El príncipe Buwón ya no va tras los eruditos?

- La historia era que sólo yo sabía la ubicación de los eruditos, sin embargo, cuando los asesinos me atacaron, ninguno tenía interés en averiguarlo. Lo que querían era matarme.

- Has sobrevivido a las personas que trataron de matarte, pero, por si acaso debemos ser cautos y estar alerta. - Dice la dama Mellark

- Me ocupare de escoltar a los eruditos hasta el lugar de la reunión, pero quien debe manterlos sanos y salvos es su majestad- Le dice Peeta

- Lo haré. Debo proteger a los que vengan a mí

- Sin embargo... hay algo que me inquieta- Habla la dama Mellark

- ¿Inquieta?- le pregunta el rey

- Si el príncipe de Buwon ha cesado repentinamente en su intento de asesinar a los eruditos, es posible que esté tratando algo más

- ¿Tramando algo más?, ¿Qué podría ser?- Dice mirando a Peeta

- ¿Puede hacerse cargo de todos los problemas políticos?, ¿puedo centrarme solo en la defensa?- Le pregunta Peeta

- Eres el guardaespaldas del rey, pero cada vez estás más mal hablado- Lo regaña su tía, Peeta baja la cabza en señal de disculpa ante el rey.

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Snow abre la puerta y le sonríe a la persona que lo espera. El tío del rey está en la sala.

- ¿Qué opinas de ella?- Le pregunta Snow al príncipw.

- Ha sido divertido

- ¿Si?. La doctora celestial tiende siempre a sorprender a la gente

- ¿Y bien?, ¿me has tráido hasta aquí solo para que viera a esa mujer?

- No sólo para verla a ella. Me gustaría que me ayudaras a que vuelva a mí

- ¿El rey no te permite tenerla?

- Ese joven rey todavía no sabe valorarla lo suficiente.- Ambos hombres toman asiento

- ¿y bien?

- El rey tiene un woodalchi. Él la está protegiendo

- ¿Woodalchi?

- Es el mayor apoyo del rey y quien lo protege, por lo que éste le aprecia mucho.

- ¿Y por qué no te deshaces de ese woodalchi?

- Pronto lo haré. El problema es... el corazón de esa mujer.

El príncipe se ríe- Lo siento. Ha sido tan gracioso que no he podido evitarlo.

- Le recuerdo que la doctora celestial no es de este mundo. Sólo le contará aquello que sabe a la persona que obtenga su corazón. Lo sé porque la he puesto a prueba.

- Entonces. Quieres que me gane su corazón.

- Sí

- ¿Y si la conquisto?

- Le concederé lo que desee, sea lo que sea.

- ¿Y qué es lo que quieres de la doctora celestial?

La gran doctora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora