Sufrimiento.

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[POV SUNGYEOL]

Sentí mi respiración hacerse más débil, sentí mis ojos humedecerse, con la poca fuerza que me quedaba, intente ponerme en pie y tratar de huir de ahí. Pero Howon siempre había sido más rápido, más fuerte y más ágil.

Intente correr hacia mi habitación, pero más temprano que tarde, sentí un fuerte tirón en el cabello, haciéndome jadear de dolor, colocando mis manos sobre las suyas para intentar zafarme, pero fui arrastrado hasta la sala de nuevo y una vez ahí, me tiro sobre la mesa de centro, el cristal rompiéndose por mi peso, sintiendo como pedazos de vidrio perforaban mi tierna piel, grite, grite lo más fuerte que pude, pero solo recibí una fuerte patada en la boca del estomago.

-¡CÁLLATE! Esta vez nadie podrá ayudarte, así que no grites en vano mi amor

-Howon, por favor, te lo ruego, no me hagas daño, haré todo lo que me pidas, volveré contigo, ¿Quieres que hagamos el amor? Lo haremos pero... Por favor, no me lastimes...

-¿Quién era el putito ese del otro día? El niño con la cara bonita

-No lo sé, no lo conoz...

Y antes de terminar, me tomo por la playera y me azoto contra el piso, nuevos vidrios enterrándose en mi piel.

-No me quieras ver la cara de idiota Sungyeol, ¡Te vi largarte con él! ¿Quién es?

-Un amigo, es el esposo de Sungjong, es su esposo, el no sabe nada, por eso se metió

-Genial, luego iré por él, me las pagará... Pero por ahora, tengo asuntos pendientes contigo mi amor... Te haré mío, hasta que me canse.

Y sus palabras estremecieron mi cuerpo, conocía a Howon, el nunca estaba satisfecho, nunca tenía suficiente, su amenaza era para tomarse muy en serio.

Me cargo con delicadeza y me coloco en el sofá, quitando mí ropa manchada con sangre, aunque no se preocupo en retirarme los vidrios enterrados, igual me coloco de espalda, haciéndome gritar de dolor. Grito que fue apagado por sus labios, besándome muy despacio, un beso de esos a los cuales había sido adicto por mucho tiempo, cuando todo iba bien.

Deje que mi mente vagara, que se perdiera en cualquier lugar, esperaba desmayarme, esperaba perder la conciencia, pero una fuerte punzada en mi mejilla me trajo a la realidad, los ojos de Howon estaban desorbitados del enojo, su cuerpo temblaba y fue cuando me di cuenta de que estaba completamente desnudo, y vi las manos temblorosas de Howon, recorrer algunas pequeñas marcas que Myungsoo me había hecho, aun un poco visibles, pero la marca de sus dientes presente, pego sus uñas a mi piel y rasguño con fuerza la zona marcada.

-¿Quién fue Sungyeol? ¿Por quién te dejaste tocar? ¡¿Quién fue el hijo de puta que se atrevió a marcar tu cuerpo?!

-Fue... Solo una vez amor, no significo nada para mi, estaba ebrio, no recuerdo nada...

-¿Ebrio? ¡Con una mierda Sungyeol! ¡TU ERES MÍO JODER! Me perteneces, debes entender eso, que nadie más que yo puede tocar o marcar tu cuerpo, ¿Cómo te lo hago entender? Te lo dije, que no importaba lo que hicieras, tú serias siempre mío

-Howon... Perdóname, no lo volveré a hacer, lo juro, no me lastimes...

-Lo siento Yeollie, debo hacerlo, de otra forma no entenderás amor, pero... ¿Sabes que lo hago porque te amo, verdad?

Tomo mi rostro con delicadeza entre sus manos, obligándome a mirarlo fijamente, me dio miedo su mirada, tenía miedo de verdad, su mano se elevo en el aire y antes de que pudiera hacer algo, se estrello contra mi rostro con una fuerza increíble, repitiendo el acto hasta que se sintió satisfecho.

Mi boca sabia a sangre y mis ojos se sentían secos de haber llorado tanto, el dolor era insoportable y sabía que el mayor apenas y había comenzado, repitió el acto, dos veces más antes de hacerlo con mi otra mejilla. Sentía el rostro hinchado, mi cuerpo temblaba incontrolablemente, se quito de encima y me miro fijamente, sus ojos se llenaron de lágrimas, cosa que no entendí.

-Perdóname Yeollie, juro que esta será la última vez que te ponga una mano encima, seré bueno, pero debes quedarte siempre a mi lado, como antes, prometo que te dejaré salir una vez al mes, pero deberás portarte bien y no hacerme enojar

-Lo haré... Para por favor

-No Sungyeol, no me puedo detener, no hasta borrar esas marcas de tu cuerpo

Y no se detuvo, no esa noche ni la siguiente, para el tercer día, ya no era necesario que me tuviera atado, ya no podía moverme, varias heridas se me estaban infectando, tenía semen y sangre seca entre las piernas y mi piel estaba de un color amarillento bastante desagradable.

No sabía cómo explicar el dolor físico, era insoportable, sabía que tenía uno que otro hueso roto, dolía, le había suplicado que me matará, que terminara con aquello, pero solo había recibido una fuerte bofetada, seguida de un beso. Su sabor me mareaba, que profanara mi cuerpo me asqueaba, pero el saber que ninguno de mis amigos se había preocupado por ir a verme o siquiera llamar, eso, eso dolía aun más.

Perdí la cuenta de las veces que Howon me violo, metiéndome todos los consoladores que había llevado, abriéndome hasta que de verdad sentía que iba a romperme en dos. Me obligo a hacerle sexo oral, se corrió en mi boca y mancho mi rostro, me sentía sucio en todos los sentidos posibles, pero él se negaba a ducharme.

-Tienes que oler a mi Yeollie, debes quedar bien impregnado de mi aroma, así ese idiota no se te acercara jamás

Mi voz se había ido, mis tripas rugían y mi cabeza dolía día y noche, me saco varias veces de la habitación para hacérmelo por toda la casa.

Había perdido la cuenta de los días, la noción del tiempo, pues Howon había roto todos los relojes, ya no podía mas, mi cuerpo se sentía pesado y Howon estaba nuevamente en la ducha, escuchaba el agua caer, lo que significaba que en cualquier momento entraría para violarme de nuevo, cerré los ojos con fuerza, deseando morirme, deseando no despertar jamás, al menos no en ese mundo donde existía Howon.

Tal vez ya alucinaba, seguramente era eso, pues veía a un aterrorizado Myungsoo parado a un lado de mi cama, intente hablarle pero mi voz no salió, solo todo se puso negro de repente, finalmente había llegado al límite y no pude hacer más que sonreír, porque todo ese sufrimiento, terminaría ya.


Disaster [Myungyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora