La curiosidad, mató al gato.

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[POV MYUNGSOO]

La comida con el hermano de Sungyeol, fue tranquila, aunque durante todo el tiempo que estuvimos cenando, el menor se la paso mirando de una forma que me incomodaba un poco.

La comida estaba deliciosa, casi podría asegurar que Sungyeol había tomado clases de cocina, y no es que cocinara mal antes, pero aquello era en un nivel diferente, o tal vez solo era la practica.

De pronto, unos enormes celos me invadieron al imaginar a Sungyeol preparando comidas a Jonghyun, pero aquello también me hizo cuestionarme, ¿Dónde estaba Jonghyun?

Cuando terminamos de cenar, Daeyeol se disculpo por no poder quedarse más, mientras Sungyeol iba por la maleta de Daehyun, su hermano se acerco a mí.

—Myungsoo, ¿puedo decirte algo?

—Claro, escucho.

—Te atreves a acercarte a mi hermano y te las tendrás que ver conmigo.

Iba a responderle, pero Dae corrió a los brazos de su padre, mientras Sungyeol jalaba la maleta, nos miro un poco extrañado pero continuo con lo suyo, se despidió de su hermano y luego de suspirar, giro a mirarme.

—¿Ya has encontrado algún lugar donde quedarte Myungsoo?

—-No, en realidad, quería proponerte algo, veras... No es mucho lo que me pagan ahora, he estado buscando pero todos los lugares que me alcanzan para mi presupuesto están retirados y deberé gastar en el transporte, aquí mi hyung puede pasar por mi... Entonces, ¿crees que puedas rentarme la sala?

El mayor me miro con una ceja enarcada, mordió distraídamente su labio inferior, me examino como queriendo encontrar la mentira en mis palabras, pero no mentía, no tenía dinero suficiente para pagar algo, estaba un poco desesperado, aun le estaba pagando al abogado que había contratado para mi divorcio, rogaba porque Sungyeol aceptará, pero en ese momento, se encontraba viendo al infinito, algún punto lejano, su mirada llena de tristeza, pase mi mano frente a sus ojos para llamar su atención y pareció asustarse, como si hubiese olvidado que me encontraba ahí.

—¿Estás bien Yeollie?

—¿Eh? Si... me encuentro bien, por favor, no me digas así.

—¿Entonces?

—Puedes quedarte, pero también tienes que hacerte cargo de la limpieza y gastos básicos, además de que dividiremos la despensa y te tocara cocinar, yo salgo más tarde que tu y lo tomare como parte del pago, así podrás tener un poco de dinero extra.

Sentí que mi alma regresaba a mi cuando escuche sus palabras, Sungyeol ahora parecía una persona más madura, me gustaba, pero si era sincero, extrañaba esas pequeñas actitudes infantiles que a veces tenia.

—¡Gracias Yeollie!

—¡Que no me digas así!

—Lo siento... Sungyeol.

No dijo nada y se dio la vuelta para dirigirse a su habitación, estaba un poco extraño ahora que Dae no estaba, era como si le costara trabajo sonreír, obviamente algo estaba mal, pero no me atrevía a preguntarle, además de que sabia no me respondería.

Se encerró en su habitación y no salió de ahí en lo que quedo del día, mientras yo me dedique a limpiar un poco la casa.

Los días pasaban rápido, aquello no era como lo había imaginado, por las mañanas cuando yo me levantaba, el desayuno ya estaba preparado, pero no había rastro de Sungyeol en ninguna parte, cuando regresaba de trabajar, ordenaba un poco la casa y horas más tarde, Sungyeol regresaba, siempre luciendo agotado, apenas intercambiábamos unas palabras mientras cenábamos, luego él se duchaba e iba directo a la cama, algo que se volvió rutinario, incluso los domingos que no trabajábamos, Sungyeol se pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, a veces escuchaba el televisor encendido y otras un poco de música, pero la mayoría de las veces, se la pasaba leyendo.

Disaster [Myungyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora