Disaster [Myungyeol]

Sesión.

[POV Myungsoo]

Decir que estaba enojado, era tal vez quedarme corto a como me sentía en ese momento. Sungyeol simplemente se había ido dejándome cual idiota y no solo eso, no lo había dudado ni un solo segundo, aunque probablemente la mirada que le lance era más que amenazante.

Fue una tarde abrumadora, tener que soportar las estúpidas cursilerías de Sungkyu y su novio me tenían harto, Sungjong me estuvo hablando de algo, algo que no recordaba pues mi mente estaba concentrada en el castigo que le daría a Yeollie, debía comprar varias cosas para ello, estaba tan perdido en mi mundo hasta que note un leve golpe en mi brazo.

-Myungsoo, ¡Llevo casi una hora hablando como idiota y al parecer, nada de lo que digo te parece importante!

-Lo siento Jongie, pensaba en cosas del trabajo, hay una sesión de fotos que aun tengo pendiente...

Y mi mente voló completamente por imágenes para nada decentes, ya sabía cómo iba a castigar a Yeollie, ya tenía todo planeado.

Lo que no tenía planeado, fue lo que paso después.

Había tenido bastante trabajo, cosa que me complico un poco llevar mi plan acabo, lo que me tenia de mal humor.

Pero lo que realmente me sacaba de quicio era que llevaba cuatro días sin saber nada del más alto, los primeros dos días lo deje pasar, tal vez estaba molesto y quería hacerle saber que su castigo seria grande, pero al cuarto día, luego de llamar varias veces y no obtener respuesta alguna realmente me enojo, comencé a enviarle varios mensajes y nada.

Tuve que interrumpir aquello pues me había llegado un trabajo con una importante marca, una sesión de fotos en las afueras de la ciudad.

Cuando regresará en tres días, Sungyeol la pagaría caro.

La sesión fue bien, por suerte los modelos congeniaban y el trabajo fue bastante fluido, pero como debíamos abarcar diferentes escenarios, tuvimos que transportarnos de un sitio a otro, por lo que el trabajo no pudo ir más rápido, solo no nos retrasamos.

Durante mis ratos libres, marcaba el número de Sungyeol y nada, solo esa maldita canción que comenzaba a hartarme, Sungjong me había marcado varias veces y me había amenazada con que no me atreviera a engañarlo con ninguno de los modelos... Bastante lindo el niño; en momentos como ese recordaba el porqué había aceptado salir con él.

Por fin habíamos terminado la sesión y la edición de los posters promocionales, era libre al fin, tome mi cámara y me despedí con una reverencia de todos, me habían invitado a comer, pero me negué rotundamente, tenía algo pendiente que hacer, tenía que verlo, necesitaba verlo, mi cuerpo entero me lo estaba pidiendo a gritos.

Pase a una tienda donde vendían algunos artículos bastante curiosos, comprando los que me parecía, podrían agradarle a Yeollie, me entretuve un rato curioseando por ahí, tomando el celular para llamar a mi princesa, casi estando seguro de que me mandarían a buzón, pero esta vez fue diferente, esta vez contestaron, pero no me gusto nada lo que escuche, aquellos gemidos eran inconfundibles, solo podían pertenecerle a una persona en especifico, a mi princesa, a Sungyeol.

Apreté con fuerza el celular que sostenía contra mi oreja, la llamada cortándose segundos después, pague lo que había comprado y me dirigí hacia mi auto, aventé la bolsa con los juguetes para Yeollie y presione las manos sobre el volante, si hubiera manejado normal, habría tardado alrededor de 25 minutos en llegar a su casa, pero apenas habían pasado 10 minutos y ya me encontraba frente al enorme edificio, con las manos hechas puño, intentando controlar mi respiración.

Pero estaba molesto, enojado, realmente sentía que me hervía la sangre en ese momento, alguien estaba tocando lo que era mío, lo que me pertenecía, Sungyeol me pertenecía, en todos los sentidos él era mío.

Podrían decirme que era un maldito bastardo, pero Yeollie había despertado en mi, algo que ni siquiera yo sabía que existía, esa parte celosa, posesiva y manipuladora. Tuve que detenerme un momento a respirar profundo, pues de seguir así, acabaría matando al maldito que estuviera en ese momento con mi princesa, mi mente ya creando varios escenarios posibles, en todos, el resultado siempre era el mismo: aquel tipo muerto, y yo lo disfrutaba enormemente, pero quería calmarme, o también le haría daño a Yeollie, no podía permitirme aquello, no podía lastimarlo, al menos no físicamente. Los juegos mentales que tenia con el, podía permitírmelos, pero jamás le pondría una mano encima, no al menos que el me lo pidiera, pero esa ya era otra situación.

Por suerte, el portero me recordaba, así que no tuve mucho problema en obtener la llave del apartamento de Yeollie. Apenas la tuve en mis manos y corrí hacia el elevador, el cual no tardo ni tres minutos en dejarme en el piso que pertenecía al apartamento de mi princesa. No había notado en qué momento mis uñas estaban enterradas en las palmas de mis manos, ni que mi cuerpo había comenzado a temblar, hasta que vi mi mano temblorosa tomar la llave e introducirla en la cerradura.

No hice ruido, quería sorprender a Sungyeol en el acto, quería hacerle saber lo molesto que estaba con él, pero me quede en blanco cuando cerré la puerta detrás de mí, cuando gire mire a mi alrededor.

Cubriendo mi boca para no hacer ruido, rezando por primera vez en mi vida, para que toda esa sangre no perteneciera al mayor, a mi Sungyeol.