Dolor.

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[POV MYUNGSOO]

Mi celular sonó, probablemente era Dongwoo-hyung, nos hicimos amigos de una manera extraña, lo contrate para investigar el paradero de mi princesa, aunque hubiera preferido no saberlo.

Ahora, Sungyeol estaba casado y vivía en los Ángeles, al menos eso era lo que Dongwoo había investigado, Jonghyun era su esposo y probablemente yo, un muy mal recuerdo.

Desayune y me vestí para ir a trabajar, ahora mi puesto en la empresa era más bajo, gracias a Sungjong, había descuidado mi trabajo y solo porque sabían el buen fotógrafo que era, no me habían despedido, me dedicaba a hacer sesiones para grupos que apenas iban a debutar, de ahí en fuera, tal vez una que otra sesión sencilla.

Dongwoo se había unido a la empresa como diseñador, dejando por completo el trabajo de investigador privado, ya que había tenido problemas por invasión a la privacidad de un importante político. Me mire al espejo, nuevamente tenia ojeras, me puse un poco de corrector y maquillaje y salí al encuentro de Dongwoo, el pasaba por mí y me llevaba al trabajo, de regreso tomaba el subterráneo, mis cosas, mi auto, la mayor parte de mi dinero, se había ido con Sungjong luego de que nos divorciáramos, el bebé también, Sungmin , como Sungjong le había puesto al menor, al final no resulto ser mi hijo, sino hijo del amante que tenia Sungjong, ahora su esposo.

Aun así, no pelee, le di todo lo que me pidió, era lo menos que podía hacer y más que eso, era lo único que podía hacer para que dejara tranquilo a Sungyeol.

Sungjong era alguien a quien temer, detrás de esa carita inocente y delicado cuerpo, se encontraba un demonio, ya había escuchado yo de él, que conocía personas malas, de esas que por unos billetes, desaparecen a quien quieras, pero aquella vez, lo tome como un comentario sin importancia, hasta que amenazo con desaparecer a Sungyeol para siempre.

No podría vivir con eso, al menos así estaba seguro de que él vivía, al otro lado del mundo, pero aun vivía, sin mí, pero su corazón latía. Y nuevamente había terminado pensando en el, en la única persona a la cual estaba seguro, había amado.

Tome mi mochila y salí de aquel apartamento, no tarde mucho en encontrarme adentro del auto del mayor.

—¿Sungyeol nuevamente?

—Si..

—¿Sabes? Me hubiera gustado conocerlo, digo, para tenerte a ti así, el príncipe de hielo, debió ser alguien muy especial.

—Lo es, es la persona más maravillosa que podrás conocer.

—Deberías buscarlo, no sé, tal vez el ya quiera hablar contigo, lo peor que puede pasar es que te diga que no quiere verte...

—No sé si pueda soportar eso, hyung, tu sabes todo, te lo conté, ¿crees que él quería verme después de lo que le hice?

—O de lo que creyó que le hiciste, digo, al final fue por culpa de Sungjong que no lo buscaste.

—Debía hacerlo, debí armarme de valor y buscarlo.

—No lo hiciste porque lo amabas, tenias miedo de que lo lastimaran, así como a ti...

Distraídamente, pase mi mano por el dorso de mi brazo izquierdo, una larga cicatriz se extendía a lo largo de este, un regalo más de Sungjong, una advertencia que cualquiera tomaría en serio.

—Debiste demandarlo, debiste meter a un manicomio a ese niño.

—Ya no es mi problema.

—¿Sigues pensando que todo fue tu culpa?

—Lo fue...

—No seas tan duro contigo, las personas hacen cosas idiotas por amor.

—Creí... yo creí, que si seguía teniendo sexo con él, nunca se iría de mi lado, tenía miedo de mostrarle lo que en realidad sentía y huyera, además de que era un puto egoísta y no quería dejar a Sungjong, no con el bebé en camino.

Disaster [Myungyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora