Disaster [Myungyeol]

Sentirse mejor.

[POV SUNGYEOL]

—¿No crees que te estás pasando?

La voz de Myungsoo resonaba en mis oídos, mientras un confundido Howon se levantaba del suelo, sacudiéndose la ropa, limpiándose la sangre del labio con una sonrisa incrédula.

—¿Quién mierda eres tú?

—Eso no importa ahora, he llamado a la policía y no tardaran en llegar.

Yo me recargue como pude contra la pared, viendo como el menor de los tres le mostraba su celular a Howon, y este solo bufaba comenzando a caminar hacia el otro lado, girando a verme.

—Volveré por ti Yeollie, me perteneces, aun eres mío, te llevare conmigo quieras o no.

Su figura se perdió al dar la vuelta en la esquina del edificio, yo solo temblaba, dando un salto cuando sentí la mano de Myungsoo tomarme de la barbilla, analizándome el rostro.

—Vamos, te llevare a casa, ¿Puedes caminar?

Solo asentí, pero mis piernas se doblaron cuando di el primer paso, la mano del menor rodeando mi cintura de inmediato, apoyándome contra su cuerpo.

—Mentiroso.

—Lo siento...

—No te disculpes, vamos, aprovechemos que no hay nadie o pensaran que te di una buena paliza.

—No será así... Todos, todos aquí lo saben, sobre Howon y mi situación, es por eso que... Yo no tengo amigos más que a hyung y Sungjong.

—Que idiota, bueno, ahora me tienes a mí...

—Gra...Gracias.

Luego de eso no dijo nada mas, solo me llevo caminando hasta su auto, me ayudo a subir con cuidado y me puso el cinturón de seguridad, Myungsoo olía muy bien, demasiado bien y su auto tenía su aroma impregnada, solo me recargue en el asiento y luego de darle la dirección y que la pusiera en el GPS, cerré mis ojos relajándome por completo, cosa extraña, ya que normalmente si volvía a encontrarme a Howon, me daban ataques de pánico, pero esta vez me sentía relajado, protegido, tranquilo, tanto que el camino hasta casa se me hizo muy corto, suspirando cuando el menor se estaciono frente a mi edificio y se bajo para abrirme la puerta, ayudándome a bajar.

—Me siento como un niño pequeño...

—Lo eres, eres un niño ante mis ojos Yeollie.

—No lo soy...

—¡Shh! Lo eres.

Camine apoyado en él hasta el edificio, sorprendiéndome cuando entro conmigo hasta el ascensor y luego hasta mi departamento, sonrojándome un poco al recordar que no estaba muy ordenado y que era realmente pequeño a comparación del suyo.

—Disculpa el desorden, no he tenido ni tiempo, ni ganas de limpiar.

—No hay cuidado, es realmente acogedor, huele a Yeollie.

—¿Eh? ¿A mí? ¿Y a que huelo?

—A frutas... Vamos te recostare en la cama, debería llamar a un médico, te ves pálido.

—Estaré bien, solo... Debo descansar.

—Te hirió el labio, ¿Tienes botiquín de primeros auxilios?

—En la cocina, en la repisa de arriba.

—Ya vengo.

Luego de unos minutos el menor regreso con el botiquín y hielo envuelto en un trapo, sus manos lo colocaron suavemente sobre mi mejilla, mientras se acercaba a revisar mi rostro.