Disaster [Myungyeol]

Inicia el juego.

[POV SUNGYEOL]

"7...8...9...10"

Mentalmente iba contando los números que se iban marcando en lo alto de la puerta del elevador, solo otras dos personas iban dentro, bajaron en el piso 8 y me quede completamente solo.

Mis piernas temblaban y podía jurar que estaba a punto de desmayarme... ¿Cómo rayos había llegado ahí? Lo último que recordaba era a mí tomando un taxi y dándole la dirección de aquel lujoso hotel.

El elevador por fin se detuvo, haciéndome pegar un brinco cuando esto sucedió, talle mis manos en el pantalón para secar el sudor de estas, mientras las puertas se abrían lentamente.

Myungsoo había envía otro mensaje después, con el piso y el numero de habitación, mire el largo corredor y pude ver aquella puerta más grande que las demás y con un numero 6 en dorado.

"Solo le dirás que pare su juego"

Me repetía una y otra vez, sintiéndome cada vez más nervioso conforme caminaba por aquel corredor, dando un brinco cuando las puertas del elevador se cerraron, solo unos metros más y por fin estaría frente aquella puerta. Podría jurar que jamás me había sentido tan nervioso en mi vida, bueno tal vez si, pero esos nervios venían acompañados con algún tipo de advertencia que me daba mi cuerpo.

Me detuve frente a la puerta, cerrando mis puños con fuerza, solo entraría y saldría de ahí, así de simple, es más, de ser posible, ni siquiera entraría, le diría sus verdades a Myungsoo y me iría de regreso a mi casita. Llene mis pulmones y eleve uno de mis puños, deteniéndolo a escasos milímetros de que este tocara la madera, no podía, no iba a dejar que Myungsoo me humillara y me tratara a su antojo, me iría con lo poco de dignidad que me quedaba.

Gire sobre mis talones y justo antes de que diera el primer paso, se escucho el ruido de una puerta abriéndose, mi cuerpo tensándose al sentir un brazo rodear mi cintura, en menos de un minuto, me encontraba dentro de la habitación, la puerta cerrándose ante mis ojos y aquel aroma tan familiar llegando hasta mi nariz.

—¿A dónde ibas Yeollie? Ya habías llegado tan lejos...

—Myung... Myungsoo, suéltame...

—¿De verdad quieres que te suelte Yeollie?

Pego mi cuerpo por completo contra el suyo, haciéndome notar algo que crecía mas debajo de su cintura, por más que intente controlarme, no pude esconder aquel escalofrió que recorrió mi espina dorsal, el menor riendo contra mi sensible cuello.

—Fuiste tú quien dijo que ya no... ¡Que ya no nos viéramos más!

—Tienes razón Sungyeol, pero... ¿A caso no pensaste en buscarme? ¿Por qué no lo hiciste?

Podía escuchar el enojo en las palabras de Myungsoo, incluso pude sentir el leve temblor de su mandíbula al hablar, ejerciendo más fuerza en su agarre, posando sus labios en mi cuello, mi piel respondiendo siempre tan rápido ante él, ante su tacto, ante sus carias, porque con el ápice de su nariz, recorría el largo de mi cuello, mientras que con la punta de sus dedos, acariciaba mi abdomen sobre la ropa.

—Hueles a el...

Susurro de repente contra mi oído y sentí como era jalado, me rodeo con ambos brazos y me elevo en el aire, caminando hacia la única puerta que había dentro de la habitación, yo intente zafarme, tomando con mis manos los brazos del menor, pero solo recibí una mordida en el cuello como advertencia.

—¡Basta! Deja de moverte Sungyeol...

Sus palabras sonaron frías, me empujo dentro del que ahora sabia era el baño y cerró la puerta tras él, colocando el seguro, me tomo por la muñeca y me jalo hasta la enorme bañera que ahí había. Estaba tan nervioso que apenas notaba lo hermosa que ere aquella habitación, Myungsoo en ningún momento me soltó, solo se quedo ahí, sentado en el filo de la bañera, observando con sus hermosos ojos negros, con los cuales recorría mi cuerpo, poniéndome nervioso ante las miradas que él me daba.

Un vez la bañera estuvo lista, se puso de pie y peino el cabello, haciéndome cerrar los ojos, lo hacía con tanta delicadeza que me hacía sentir importante, me hacía pensar que le importaba.

—Aún puedes irte, en tres segundos te soltare, te daré la oportunidad de salir de aquí o... Tener más de esto.

Me tomo con suma delicadeza por la nuca, me atrajo a su cuerpo, rodeando mi cintura con su mano libre, entonces pude sentir sus cálido aliento chocar contra mi rostro, seguido de sus suaves labios. Tarde cerca de cinco segundos en comenzar a corresponderle, de rodear su cuello con mis manos y darle mi obvia respuesta, me quedaba.

Sus manos hábilmente comenzaron a desnudarme, pero esta vez no deje que solo él fuera el que se divirtiera, si iba a aceptar aquello, al menos yo también debería obtener algo a cambio, comencé a acariciar sus costados, escuchándolo suspirar por mi acción, mis labios seguían moviéndose sobre los suyos, mis manos subieron su playera acariciando directamente su piel, apreté mis ojos con fuerza, no había marcha atrás.

Esa noche Myungsoo y yo tuvimos sexo sin intercambiar palabra alguna, solo gemido y jadeos salieron de nuestros labios. Lo hicimos dos veces, una en la bañera y otra en la habitación, apenas había logrado ponerme la playera, y en menos de un minuto ya me encontraba desnudo nuevamente mientras Myungsoo me acariciaba el cuerpo.

Sentí a Myungsoo moverse a mi lado en la cama, estaba cayendo en un sueño bastante profundo, mis brazos rodearon el cuerpo ajeno pero... Inmediatamente fui rechazado, Myungsoo me empujo con los brazos y se retiro un poco mas de mi, se incorporo un poco y recargo su cabeza en su mano.

—No te confundas Yeollie, hoy solo comenzó el juego, porque esto es lo que es, te lo dije antes y te lo repito ahora, no esperes nada más de mí, porque para ti... Esto es todo lo que habrá.

Se dejo caer y se giro, cubriendo su cuerpo con las mantas, mientras yo me quedaba ahí, llorando en silencio, odiándome por aceptar aquello, pero odiándome aun más... por no poder negar que lo quería, que aunque fuera de esa forma, estaba dispuesto a estar con él.

Desperté porque los rayos del sol dieron de lleno en mi rostro, haciéndome gruñir por ello, abrí mis ojos lentamente viendo lo que ya sabía que pasaría, estaba completamente solo, la ropa del menor no estaba y sabia que no se encontraba en el baño, ni siquiera en ese hotel.

Talle mis ojos para despertar completamente, sintiéndome vacio y a la vez más completo que antes, suspire y comencé a vestirme, revise mi celular y apenas eran las 7:30 am, ese día no tendría clase hasta las 9, pero lo que llamo mi atención, fue que tenía un mensaje, lo abrí y lo leí solo una vez para después borrarlo.

"Estuviste maravilloso, tuve que irme, Sungjong me esperaba, no puedo pasar la noche fuera, pero de ahora en adelante princesa, ese será nuestro lugar especial..."

Mordí mi labio inferior con fuerza, haciéndome daño, conteniendo las lagrimas una vez más, no podía llorar cuando yo mismo lo había permitido y lo había aceptado, así que tenía que dejar de llorar, tenía que entender, que desde ese día, por decisión propia, me había convertido en el muñeco de Kim Myungsoo.

Porque para ser su amante, tendría que haber sentimientos, pero no había tal cosa que nos uniera, solo el deseo carnal que podíamos satisfacer cuando estábamos el uno con el otro.