Fin del juego.

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[POV MYUNGSOO]

Subí el cierre de mi pantalón mientras veía como Sungyeol se acomodaba la ropa, suspirando al ver que su camisa había quedado medio arrugada, mire mi reloj y estaban por dar las once de la noche, sonreí mientras lo tomaba de la cintura y lo sentaba en mis piernas, el haciendo un gesto extraño y removiéndose un poco, acomodándose para que su cabeza no chocara con el techo del auto.

—Vale, acepto que tenemos que ser discretos pero... ¿Qué pasa si alguien nos vio?

—Sungyeol, estamos en medio de la nada, aunque tus gemidos fueron muy fuertes, nadie pudo escucharnos.

Vi como sus mejillas se coloreaban, haciéndolo ver jodidamente tierno, gire su rostro y atrape sus labios en un prolongado beso, hacia un mes que nos mirábamos a escondidas, hacia un mes que nuestros besos se sentían diferentes.

Después de aquella cena en mi casa, me encontré buscándolo y acosándolo hasta que el acepto, cavia decir que mi relación con Sungjong, estaba más fría que el hielo.

Sospechaba que Sungjong tenía a alguien más, pero tal vez era solo eso, una sospecha, hacía tiempo que no me dejaba tocarlo, pero se había vuelto exigente y caprichoso, un día cuando regresaba de trabajar, me había enterado de que seriamos padres.

Si bien, yo había aceptado congelar un poco de semen para tal vez, en un futuro muy lejano, y repito, tal vez, pudiéramos tener un hijo, pero por ahora, aquello no estaba en mis planes, no me sentía preparado para una responsabilidad tan grande y el humor de Sungjong esos días, no ayudaba en nada.

Así que mi refugio se había convertido en ir con Sungyeol, al principio, solo hablábamos o veíamos películas, incluso anime, un gusto que descubrimos, compartíamos ambos. Pero todo cambio un día que una escena muy subida de tono apareció en la película que mirábamos, Sungyeol dio un brinco tan alto que se tiro la soda fría encima, se quito rápidamente la camisa, quejándose de lo fría que estaba, y simplemente no pude contenerme más, lo hicimos hasta que me dejo seco, riendo cuando al día siguiente, su vecina fue a quejarse por el ruido que hacíamos, el diciendo que nunca más lo volveríamos a hacer en su apartamento.

Mis manos acariciaban la larga espalda del mayor, riendo al ver como se estremecía a pesar de que acabamos de hacerlo, pero no había tiempo para una segunda ronda, no quería que Sungjong me hiciera un nuevo drama, así que golpee con suavidad uno de sus muslos y él lo entendió por completo.

—Es raro andar así, ni siquiera tienes papel para limpiar... bueno, ya sabes qué.

—Sungyeol, deja de decir ese tipo de cosas que me haces querer desnudarte de nuevo.

—Ya me callo.

Cubrió su boca y me miro, sus ojos estaban brillosos y más bonitos que nunca, podía ver la felicidad reflejada en ellos, mi mano acaricio su mejilla con mucha suavidad, mientras lo acercaba a mí para atrapar sus labios nuevamente, el vibrar de mi celular hizo que nos separáramos, mire la pantalla y leí "Sungjong" en ella, suspiré y tuve que contestar, mientras veía a Sungyeollie acomodarse el cabello, ese que se había despeinado porque yo lo había jalado con fuerza.

Tuve que pedirle a Sungjong que me repitiera la lista de lo que debía pasar a comprar, pues según él, tenia antojos... Cosa que me parecía realmente tonta, pues era hombre y no teníamos a la persona que nos había donado su vientre cerca, alguna vez leí que a los hombres les dan los antojos y a las nauseas por sus esposas, pero en Sungjong, nada de eso aplicaba.

Pase a dejar a Sungyeol a su casa, llevándome una gran sorpresa cuando vi al doctor Lee entrar en su edificio, aquello me molestaba mucho, pero por dentro me sentía tranquilo cuando recordaba que el mayor lo engañaba conmigo.

Disaster [Myungyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora