Disaster [Myungyeol]

Felicidad infinita.

[POV MYUNGSOO]

Corte el beso que mantenía con el mayor, pues no quería que aquello fuera simple pasión y deseo, quería que el mayor sintiera lo mucho que lo amaba, todo lo que no pude decirle en su momento, quería demostrárselo con mis actos.

Mis manos se deslizaron por su delgada cintura, subiendo poco a poco la playera del pijama hasta sacársela, lo observe fijamente, seguía igual de hermoso a como lo recordaba, sus lunares, lo pálido de su piel, los músculos que apenas se marcaban, su pancita de bebé, esos botoncitos tan perfectos, sus mejillas estaban sonrojadas, probablemente debido a la forma en la que lo veía, pero es que era inevitable, Sungyeol era simplemente hermoso, era perfecto.

El mayor tomo mi playera y la comenzó a quitar, sus manos temblaban por los nervios y aquello me parecía extremadamente adorable, las veces pasadas que habíamos estado juntos, la mayoría de las veces yo me desnudaba, pero esto era diferente. Luego de quitarme la playera, se puso de pie y tomo mis manos, colocándolas en el borde del pantalón de su pijama, le sonreí, no pude evitarlo, el mayor me tenia locamente enamorado, jale despacio el resorte de su pantalón y lo baje junto a sus bóxers, sus largas piernas seguían igual de bonitas, un poco más rellenitas y eso me volvía loco, sentí como la sangre subía hasta mis mejillas, haciendo que estas se sonrojaran.

—Nunca te había visto sonrojado.

Dijo Sungyeol con cierto brillo en los ojos, haciéndome sonrojar más. Se acerco a mí y tomo mi short por el borde para comenzar a quitarlo, eleve mi cadera para que pudiera sacarlo, al igual que yo, lo saco junto con mis bóxers, dejándome completamente desnudo, igual que él, la forma en la que me examino con su mirada, hizo que tomara un cojín del sofá y lo abrazara, ocultando mi rostro en el.

—¿Quién eres y que hiciste con Kim Myungsoo?

—¡Calla! ¿Sabes cuantas veces soñé con esto, contigo?, Quería que me miraras así y ahora que lo haces, me haces sentir intimidado, ¿Qué me hiciste Sungyeol? Mira lo idiota que me tienes...

Sentí como me arrebataba el cojín de las manos, luego volvió a sentarse en mis piernas, con las suyas a los costados de mi cadera, lo rodee por la cintura y acaricie la suave piel de esta, mis manos se deslizaron hacia arriba, por su pecho hasta llegar a sus hombros, me acerque y comencé a dejar pequeños besos en el cuello del mayor, apenas suaves roces, mis manos ahora acariciaban sus delgados brazos, me detuve cuando llegue a su primer lunar, me encantaban esos lunares, era algo que me volvía loco, eran tan bonitos, tan sensuales, me invitaban a marcarlos.

—¿Puedo marcar tus lunares, amor?

—¿Escuche bien? Myungsoo... ¿me estas pidiendo permiso?

—Lo estoy haciendo...

—Solo hazlo, soy tuyo, todo tuyo, marca mi cuerpo, quiero oler a ti.

—¿Cuándo te volviste tan pervertido, hyung?

Recibí un suave golpe en mi brazo por mi comentario, riendo bastante divertido por ello, atrape el pequeño pedazo de piel del mayor, donde se encontraba su lunar para comenzar a succionarlo con suavidad, repetí el acto hasta haberlos marcado todos, me gustaba el contraste que tenían mis marcas sobre la pálida piel de mi novio, me encantaba escuchar esa palabra, novio.

Mis labios comenzaron a besar el delicado cuello ajeno, sabía muy bien lo sensible que era ese punto y no me equivoque, minutos después, podía sentir su erección rozando mi vientre, haciéndome sonreír y que mi miembro despertara también.

Lleve tres de mis dedos a sus labios, el lo entendió de inmediato y comenzó a deslizar su lengua por ellos, cuando mis dedos estuvieron bien lubricados, los saque de sus labios y coloque justo en el centro de su espalda, deslizándolos por toda su columna vertebral hasta su pequeña entradita, en todo momento nuestros ojos estuvieron conectados, lo amaba, lo amaba tanto que sentía tan irreal aquello, temía que si soltaba al mayor, en cualquier momento iba a desaparecer, por eso me aferraba con tanta fuerza a él, aunque temía hacerle daño.