Esperanza.

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[POV MYUNGSOO]

El agua caliente recorría mi cuerpo, pero aun con eso, aquella sensación no desaparecía, podría apostar cualquier cosa a que Sungyeol había estado fuera de esa cafetería ese día, pero... era imposible, el ahora vivía a kilómetros de distancia de ahí, del otro lado del mundo, ¿Qué estaría haciendo en Seúl?, solté un grito de frustración, ya estaba imaginando cosas, tal vez era el hecho de que había hablado de él con Minsuk, pero también lo había hecho con Dongwoo y esto jamás me había pasado, salí de la ducha y me envolví una toalla en la cintura, tome otra para comenzar a secar mi cabello, un relámpago alumbro el cielo, seguido de un trueno, iba caminando hacia la habitación, cuando la luz se fue en toda la zona.

—¡Perfecto! Ahora tendré que cambiarme a oscuras.

De la nada, la puerta de la entrada se abrió, una luz me deslumbro los ojos, escuche un grito, acto siguiente, algo mojado se estrello en mi rostro, un pequeño lloraba y la voz de aquel desconocido intentaba calmarlo, una voz que para ser de un extraño, se me hizo tremendamente familiar.

—Sung...yeol...

Fue lo último que susurre antes de desmayarme.

Mi cabeza dolía horrores, sentía como si me hubieran partido el cráneo en dos, algo húmedo acariciaba mi rostro, mientras la voz de un pequeño llegaba a mis oídos.

—Papi... ¿esta muelto?

—Dae, no digas eso, no está muerto amor, solo esta inconsciente, creo que me pase... ¿debería llamar una ambulancia?

—Sí, papi... Tengo hamble.

—Cuando llegue la luz cocinare algo...

Lo escuche suspirar, abrí mis ojos, pero no pude ver nada, tal vez si estaba muerto, a lo mejor, había resbalado en la ducha y ahora estaba en un mundo donde Sungyeol me cuidaba.

—¿Qué hacías aquí Myungsoo? ¿Cómo entraste?

—¿Sungyeol?

Lo sentí dar un brinco, intente incorporarme pero una cálidas manos me regresaron a lo que suponía, era el sofá.

—No te muevas, llamare a una ambulancia, lo siento... yo... ¿Qué haces aquí?

Casi me puse a llorar cuando confirme que no estaba muerto, que realmente era Sungyeol quien estaba ahí, pero, una vocecita me trajo de vuelta, sintiendo mi corazón romperse, casi pude jurar escucharlo.

—Papi... Leche.

Sungyeol estaba de regreso, pero no estaba solo, Sungyeol... tenía un hijo.

—Ya voy amor, am... Myungsoo, ¿de casualidad tienes leche?, verás, iba a comprarla luego de dejar mis maletas y las de Dae, pero... La luz se fue antes de poder ir.

—En el refrigerador, también hay linternas en el cajón de la encimera...

—Gracias.

Lo sentí alejarse, unos pasitos yendo detrás de él, mi corazón sintiéndose más pesado conforme pasaban los minutos, mi cabeza doliendo cada vez más, Sungyeol tenía un hijo, el había adoptado un hijo con Jonghyun... Todas mis esperanzas se esfumaron.

Una luz me cegó de repente, poco a poco mis ojos intentaron acostumbrarse a ella, aun traía la toalla enredada en la cintura y el cabello húmedo, quería verlo, lo necesitaba, casi me desmayo de nuevo cuando me di cuenta de que el pequeño, era el mismo que había visto correr hace unas hora, pero lo que más me sorprendió, fue Sungyeol, traía el cabello rojo, un rojo cereza, un rojo que resaltaba hermosamente lo pálido de su piel, el pequeño se aferraba a su pierna mientras Sungyeol buscaba en el refrigerador la leche, giro a verme y sentí mi corazón acelerarse, me sentí idiota, era mi princesa, estaba ahí de pie, más guapo que nunca.

Disaster [Myungyeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora