DamienSeis meses transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos, seis meses en los que me mantuve en Francia, ultimando detalles, preparando mis movimientos. No perdí de vista a Mathias, tampoco el psiquiátrico, estudié todos los detalles, a todas las personas que trabajaban en él, quien entraba y salía y con qué frecuencia lo hacían. Podría decirse que el lugar se hallaba falto de autoridad, los enfermos mentales que lo habitaban no eran peligrosos, ni tampoco criminales. La policía no lo tenía en su radar y ese fue otro punto por el que lo elegí.
Llevaría mis propios guardias, vigilaría yo mismo las instalaciones. En pocas palabras, tomaría el control mientras me curaba. Después, me iría y todo volvería a la normalidad monótona y aburrida.
Durante tres meses asesiné, demasiado a mi parecer, quizá cerca de quince personas, en realidad era la policía quien llevaba la cuenta, porque como predije, estaban dándome caza. Sin embargo, yo no era estúpido, no les dejaba alguna pista para que pudieran dar conmigo, siempre lograba evadirlos de una u otra manera. A veces estar enfermo tenía sus ventajas, dado que disfrutaba asesinar, encontraba la forma para seguir en lo mismo; ponía todo mi cuidado para evitar ser atrapado, pero siendo franco, quería detenerme de una vez por todas.
Faltaba muy poco para internarme y en verdad lo necesitaba con urgencia, las marcas en mis brazos coincidían conmigo. Comencé a autolesionarme para poder controlar las voces, estuve alejado de las personas estos tres últimos meses teniendo contacto únicamente con mi hermano, e incluso así, temía que en cualquier minuto pudiera dañarlo; estaba volviéndome loco de verdad, pero no podía hacer las cosas precipitadamente, sino, no saldrían bien y encontrar otro sitio como La Borde, sería complicado. Aunque bien podría ir a cualquier clínica particular, ese psiquiátrico tenía algo que llamaba mi atención y quería estar allí. Me encapriché con esa idea y nadie me haría desistir de tomarlo como mi primera y única opción.
Negué y regresé mi atención al desastre que tenía por cabello. Me miraba en el espejo tratando de ordenarlo, me llegaba a los hombros y buscaba la forma de no parecer un puto demente, aunque eso era casi imposible.
—¿Ya casi? —Asomó su cabeza Luka a través de la puerta— La ceremonia comenzará.
—Ya voy —mascullé, dándome por vencido.
Hoy era la boda de Ruslan con Isabel, una boda discreta con las personas más cercanas. Una boda que se llevaría a cabo en Francia y que me tomó desprevenido. No creí que Ruslan decidiera casarse tan pronto y mucho menos que Isabel le dijera que sí. Joder. Esos dos hacían todo precipitadamente, pero no podía juzgarlos, ni mucho menos culparlos, se amaban, sabían que eran el uno para el otro, entonces, ¿qué caso tendría esperar más?
Salí de la habitación momentos después y me dirigí al jardín. Mi madre e Isabel habían decorado todo a la perfección, un bello camino cubierto de flores rojas y blancas a cada lado que terminaba en un altar, de esos que solían verse en la televisión, dado que la única boda a la que asistí fue a la de mi madre con Dimitri, pero de eso ya hacía bastante tiempo y fue de igual manera algo íntimo.
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Damien ©
Fiksi UmumDamien Masson, un enfermo mental que goza de asesinar; aburrido y cansado de aquella sádica fascinación, toma la decisión de internarse en un psiquiátrico donde decide pasar el resto de su vida... al menos es lo que pensaba hasta que la vio. [Apta p...