CAPÍTULO 22 ∆

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— ¿Todo listo?—  asentimos hacia la pregunta de Taissa.— ¡Vamos allá grupo!— grita emocionada.

Wale me mira y sonríe. Yo agacho la mirada y empiezo a andar junto a todos.

¿Qué ha pasado con el niño?

Unos minutos después de lo ocurrido, fui para verlo, y ya no se encontraba en el lugar.

¿Cómo me encuentro yo?

Peor de lo que estaba antes...

¿Por qué?

Pues simplemente porque soy una autentica mierda.

— Eii.— pasa la mano por mi mejilla.— Deja de pensar ya.— me levanta un poco la cabeza para que lo mire.— Tú no tuviste la culpa. Lo obligaron a hacerlo. Seguro... Seguro ha sido mentira y el niño sigue vivo.— baja un poco la mirada.— Ya no sabemos ni de lo que pueden ser capaz. ¿O no?

— Correcto.— responde Taissa.— pero lo que ellos no saben es que aquí estamos nosotros para fastidiarles todos sus planes. Se van a acordar de cada uno de nosotros. Se van a acordar de nuestros nombres, cuándo nacimos, de dónde somos, y lo más importante. Se van a acordar del día en que murieron, porque juro, que si yo muero ellos mueren conmigo.— me quedo asombrada con sus palabras y por lo que se ve, los demás también ya que no dicen nada.

Caminamos, caminamos, y caminamos hasta pararnos al principio del bosque.

El camino es: bosque, montaña, casa.

Uff.

De tan sólo pensarlo ya estoy cansada...

— ¿Todos bien?— Taisson pregunta mirándonos y asentimos.— Bien.— suspira.— Entremos.

Doy una gran bocanada de aire y miro hacia todos lados verificando que nadie nos sigue.

Hacemos zic zac por los inmensos árboles hasta que una manzana se cae delante de Lily.

— Lily.— la llamo.— No te muevas.— le advierto mirando la manzana.

— Es solo una manzana Cindy.— va a dar un paso hacia delante, pero Wale la agarra por el brazo.

— ¿Qué te a dicho? Que no te muevas ¿Verdad?— asiente.— Pues hazlo.

Ya que yo era la última, doy unos pasos hacia delante y me pongo al lado de Lily.

Subo la mirada hacia unos de los árboles del frente y juro por mi vida haber visto algo moverse.

— Lily. Dame tu mano.— ella la extiende y miro a Wale.— dale un pequeño mordisco.

— ¡Qué!— grita aterrada.

— Está bien.— suelto su mano y extiendo la mía.— Hazmelo a mi.— su ceño se frunce y niega.

— Sabes lo que me va ha pasar si lo hago Cindy.— tensa su mandíbula.

— ¿Quieres salir vivo de ésta?— pregunto levantando las cejas. Asiente.— Pues venga, no tardes más.

Un poco indeciso, agarra mi mano y da un pequeño mordisco en mi muñeca.

Aprieto la mandíbula y cierro los ojos con fuerza. Esto duele como los mil demonios...

Al terminar, abro los ojos despacio y me giro para mirarlos a todos.

— Haced un circulo mirando hacia fuera. Estad atento de todo y de todos...— ellos asienten confundidos y hacen lo que les digo.

Doy un paso hacia delante y extiendo mi mano hacia el frente. Espero a que algo pase...

Miro mi mano llena de sangre, y al subir la mirada me asusto.

La Chica NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora