Me escondo detrás del sofá al escuchar a mi madre gritar a mi padre.
— De un momento a otro va a pasar, y nosotros no podremos hacer nada. ¿Es que no lo entiendes?— le pregunta.
— Claro que lo entiendo, pero perdimos a uno y no voy a permitir perder a otro. ¿Por qué tuvimos que ser nosotros? ¿No hay más familias a las que puedan arruinar? ¿Tenemos que ser nosotros?— pregunta mi madre casi en un susurro.
— Tuvimos y tenemos que ser nosotros. ¿Sabes por qué?— pregunta mi papi hablando un poco más bajo.— Porque ésta es la prueba de nuestro amor. Otras familias no hubieran aguantado ni perder a uno de sus hijos, pero nuestra ventaja es que sabemos lo que va a pasar con nosotros y con nuestros hijos. Tú mejor que nadie sabes del porqué ha sido nuestra familia y no otra. Nos tendremos que aguantar con lo que nos ha tocado, queramos o no.
Pongo un ojo en la puerta entreabierta pudiendo ver a mis papis abrazándose. Mi madre se sobresalta al verme en la puerta en pijama. Abro la puerta del todo pudiéndolos ver mejor.
— ¿Qué haces ahí parada cariño?— se acerca cogiéndome en brazos.
— Mami...— hago pucheros.- ¿Por qué Curtis no está en su cama? He tenido un feo sueño y quería dormir con él.
Mi madre al escucharme abre los ojos sorprendida. Mi padre también se acerca y me quita la lagrima que baja muy rápida por mi mejilla.
— Curtis se ha quedado a dormir en casa de un amigo. ¿Quieres dormir esta noche con papi y conmigo?— encojo los labios.
— Mami, papi. ¿Dónde está Curtis?— vuelvo a preguntar.— Ya hace mucho tiempo que mi hermano no viene a dormir, se que no se ha quedado en casa de un amigo a dormir. El otro día soñé con él y me dijo que se encontraba bien, pero que quería estar conmigo, con vosotros.— los señalo.
— Creo que ahí tienes la prueba del porqué somos nosotros y no otros.— levanta sus cejas mirando a mi mami.
— Sé que se llevaron a Curtis unos hombres malos, pero cuando yo sea grande los voy a matar. Ellos no tienen porqué llevarse a mi hermano.— aprieto la mandíbula.— Los voy a torturar hasta que pidan perdón desde el corazón, porque con mis papis y mi hermano no se mete nadie.— muevo la cabeza encontrándome con un peluche mío. Me acerco al peluche y me vuelvo a acercar a mis padres.— Esto es lo que le voy a hacer a los hombres malos.
Empiezo a golpear al conejo rosa contra la pared, luego lo tiro al suelo y empiezo a saltar encima de él. Paro unos segundos para coger del cajón de mi papi una navaja y me vuelvo a acercar al conejo. Miro a mis papis sonriendo y luego le hago un gran corte en el cuello de mi peluche haciendo que la cabeza caiga al suelo.
— Eso es exactamente lo que le voy ha hacer a los hombres malos.— mis padres se miran entre ellos asustados.
Mi papi se me acerca ligero y me coge por los mofletes.
— ¿De dónde has sacado esa imaginación?— pregunta levantándome del suelo.— Eso no se le hace ni a tus peores enemigos Cindy.— me dice un poco enfadado.— Y ahora tendré que comprarte otro peluche. ¿No es así?— asiento sonriendo.
— Papi ellos son muy malos.— digo moviendo la cabeza hacia abajo y hacia arriba.— Y yo se los voy ha hacer de mayor. ¡Lo juro por mi conejo rosita!— hago un circulo con mis dedos y los beso sellando la promesa.
— Tu no vas a jurar nada. Ahora vamos a dormir los tres, que ya es muy tarde y mañana vas a tener mucho sueño.— asiento y subimos los tres las escaleras para dormir.
ESTÁS LEYENDO
La Chica Nueva
WerewolfCindy esconde un pasado no muy bonito de escuchar. Todo el mundo piensa que ella es como los demás, una cualquiera. Pero eso no es así. Cindy esconde un secreto en lo que nadie nunca en la vida se imagina que existe. Ella lucha por ocultarlo, pero...