CAPÍTULO 6 ∆

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Curtis me levanta con cuidado del suelo y me sienta en mi sitio. Sigo un poco asustada. Esa sensación fue horrible.

Todos en la sala se encuentran callados, observando lo ocurrido.

El director me intenta tocar pero yo hago un movimiento brusco e impactado se queda parado.

Todo esto me atormenta. Sé lo que soy. Sé lo que puedo ser. Pero nunca e llegado hasta tal punto.

Algo se me viene a la cabeza y me enfurezco aún más. Alguien había robado la foto de mi familia y no sabía quien había sido.

Levanto la cabeza y fijo mi mirada en la de Curtis. Seguro él tiene algo que ver con todo esto.

Me levanto veloz y le cojo por el cuello lo más fuerte que puedo.

— ¿Dónde está?— grito con furia.— Como no me digas dónde está la foto te juro que te mato ahora mismo.— sigo gritando con fuerza.

Él intenta zafarse pero no puede. Cuando me enfado puedo ser lo peor que puede existir en el planeta tierra. Y eso no es bueno.

— Yo... Yo no tengo nada.— noto como su cara se empieza a tornar de un color rojo y decido dejarlo respirar.

Abro las manos y él cae al suelo tociendo. Su respiración era entrecortada. Todas las miradas estaban posadas en mi. Algunas eran de miedo. Otras de susto... Pero en ese momento me importaba una mierda como estuvieran. Solo me importaba la foto.

Un fuerte ruido se escucha desde fuera y yo miro a mi alrededor. Por muy poco tiempo estaríamos a salvo.

Me pongo de rodillas en el suelo y cierro los ojos con fuerza. Los vuelvo a abrir y de nuevo un camino rosa me enseña a la persona que tiene la foto.

Me levanto y sigo andando con los ojos cerrados. Cuándo el camino termina paro y vuelvo a abrir los ojos para ver quién ha sido.

Me encuentro a un Wale con un poco de temor en su mirada. Temor que va a ser más fuerte como no me devuelva la foto.

— Damela.— extiendo la mano para que me la devuelva.

— Yo no tengo nada.— Mi mandíbula se tensa y él se da cuenta. Mete la mano en su bolsillo y saca la foto un poco doblada por las esquinas.

— Esta es la primera y la última vez que me coges algo sin mi permiso y sales con vida.— subo la mirada y hago que la gran lampara se descuelgue y muy rápido empiece a descender.

— ¡Cuidado!— grita una chica a su lado y lo empuja cayendo los dos al suelo.

Por mala suerte, la gran lampara no le cae a nadie, pero yo no paro el paso y sigo andando.

Salgo del comedor y me dirijo a mi cuarto. Entro y cierro la puerta con pestillo. Saco la maleta de debajo de la cama y guardo la foto con cuidado.

Eso era lo único que tenía de mi familia y no lo iba a perder por nada del mundo.

Encuentro un papel dentro de la maleta y lo abro. Mi mandíbula casi se cae al suelo al ver que mañana habría luna llena.

Antes de llegar al internado investigué para ver cuándo había luna llena y se me había olvidado por completo que mañana sería uno de esos días.

Mi pulso se empieza a acelerar por completo. Cuando hay luna llena me vuelvo una demente por completo. Me pasan cosas que no puedo recordar. Nadie puede saber de lo ocurrido. NADIE, y eso va a ser difícil de ocultar.

Me siento en el filo de la cama y empiezo a contar.

Uno...

Dos...

La Chica NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora