— No sabremos cuándo despertará.
— ¿Cuánto lleva inconsciente?
— Dos semanas.
Mi corazón palpita más rápido e intento abrir los ojos.
Mis huesos duelen. Mis ojos pesan demasiado. Mi cabeza da vueltas. Mi corazón va demasiado rápido. El pulso es acelerado.
— ¡Mira mami!— el grito se escucha demasiado cerca y hago aún más esfuerzo.
— ¡Apártate Melissa!— noto como la cama se mueve un poco.
— Pero mami...
— Vayámonos. No nos puede ver aquí.
Segundos después, la puerta se abre y luego se cierra.
Abro los ojos poco a poco, pero los vuelvo a cerrar al notar la fuerte luz del cuarto.
Me llevo las manos a los ojos frotándolos con cuidado.
Giro la cabeza encontrándome con máquinas e instrumentos de enfermería por todo el cuarto.
¿Estoy en el hospital?
Mi ceño se frunce notablemente.
Recuerdos de lo ocurrido se me vienen a la mente y niego convenciéndome de que todo ha sido un sueño.
Cuando salga de aquí los veré a todos y nada de esto habrá pasado...
La puerta se abre y una enfermera se sorprende al verme.
— ¿Cuándo has despertado?— pregunta acercándose a una máquina y observando algo.
— Hac...— paro al notar mi voz ronca. Ella sonríe y se acerca dándome un vaso de agua.
— Tranquila.— se sienta a los pies de la cama y yo la miro pensativa.
— ¿Q... Qué fue exacta... Exactamente lo que me pasó?— pregunto para confirmar mis sospechas.
— Unos chicos te trajeron inconsciente. Ellos, luego de dos días no volvieron más.
Al decir eso, la miro abriendo los ojos negando.
¿Cómo me pueden haber dejado aquí sola?
— Se que todo esto es extraño para ti, pero va a ser mejor que intentes descansar un poco y cuando te encuentres mejor lo hablemos. ¿Vale?— yo asiento sin pensarlo.
Se levanta y sale por la puerta dándome una última mirada.
Llevo las manos a mi rostro pasándolas repetidas veces.
¿Cómo puede ser posible que me hayan dejado sola?
¿Por qué?
Miro mis brazos llenos de agujas. Sin pensarlo ni un segundo más, los arranco haciendo una mueca.
— Joder— susurro.
Me destapo de la fina manta y me levanto de la cama. Dejo caer un pie en el frío suelo y luego dejo el otro.
Al principio me cuesta mantener el equilibrio, pero unos segundos después lo consigo victoriosa.
No puedo estar aquí más tiempo del que llevo.
Recorro con la mirada todo el cuarto buscando algo de ropa hasta que doy con un gran abrigo marrón. Me lo coloco con cuidado y me acerco a la puerta.
Miro hacia detrás intentando buscar algo, pero ni yo misma sé lo que busco.Abro la puerta muy despacio y asomo la cabeza.
El pasillo se encuentra solitario, así que sin pensarlo ni un segundo más, me tapo la cabeza con el abrigo y agacho la cabeza para que no me descubran.
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La Chica Nueva
WilkołakiCindy esconde un pasado no muy bonito de escuchar. Todo el mundo piensa que ella es como los demás, una cualquiera. Pero eso no es así. Cindy esconde un secreto en lo que nadie nunca en la vida se imagina que existe. Ella lucha por ocultarlo, pero...