2 TEMP CAPÍTULO 7

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Me muevo hacia una lado. Pienso por unos segundos.

Anoche, Wale, lobo, desmayo, chico.

Me siento de un tirón y miro hacia los lados. Un cuarto pintando de rosa con muchas muñecas. Sigo pasando la mirada por todo el lugar, pero paro en una foto.

Una niña de no mas de tres años se encuentra sonriendo en la foto. Parece feliz.

Unos toques en la puerta hace que aparte la mirada de la foto. Unos segundos después la puerta se abre dando paso a la misma niña de la foto.

— Holii.— frunzo en ceño al escucharla. Me entran unas inmensas ganas de reír.

Holii.—  respondo de la misma forma. Al escucharme, ensancha la sonrísa y se acerca a mí quedando a mi lado.

— Mi mami me ha dicho que venga a ver si seguías durmiendo.— pone sus pequeñas manos en el filo de la cama.— Este es mi cuarto.— lo señala.

— La de la foto de allí,— señalo la foto.— ¿Eres tú?— pregunto sabiendo su respuesta.

— Sí. ¿Cómo te has dado cuenta?— mira la foto.— En esa foto tenía dos añitos menos.— mueve la cabeza hacia un lado y vuelve a sonreír.

— No has cambiado mucho. Estás igual de guapa.— me acomodo en la cama. Ella abre sus ojos sorprendida.

— ¿Por qué tienes tantos tatus?— evade mi pregunta. Acerca su mano sin llegar a tocar mi brazo.— Son feos.— entreabro un poco la boca por sus palabras.— ¡Es mentira! ¡Me requete encantan!— grita dando pequeños saltos en su sitio.— ¿Puedo tocarlos?— pregunta emocionada.

— Claro.— extiendo la mano para que los pueda tocar con más facilidad.

Da un salto y se sienta en la cama tocando mis brazos muy feliz. Me mira por unos segundos y luego vuelve a bajar la mirada haciendo una pequeña mueca.

— ¿No te dolió hacertelo?— encoge los labios.

— Un poco.— digo con toda la sinceridad del mundo.

— Yo cuando sea grande también me voy ha hacer muchos tatus, como tú.— se echa hacia detrás dejando la cabeza en la almohada.— Mi mami dice que todavía soy pequeña para hacerme uno.— hace una mueca de enfado.

— Cuando seas más grande, entonces podrás hacertelo.— me mira a los ojos por un buen rato.

— ¿Te acuerdas de mi?— dibago por mi mente intentando buscarla, pero nada. Niego.

— ¡Melissa!— la puerta se abre dejandome ver una mujer.— Veo que ya has despertado.— me da una sonrisa cálida.

— Mami, solo le estaba diciéndole que yo también me voy ha hacer unos tatus iguales que los suyos.— señala mis brazos. Sonríe de lado.

— ¿Eso es verdad?— frunce el ceño. Miro a la pequeña y luego a la mujer. Asiento.— Bien, ¿Quieres algo de comer?

Me quedo callada. El "¿Te acuerdas de mí?" me ha dejado un poco pensativa.

— Em... No, pero si querría saber por qué me encuentro aquí.— me acomodo un poco mejor en la cama.

— ¿No lo recuerdas?— eleva las cejas.

— ¿Qué debería recordar?

— Yo fui la que te sacó de aquel callejon, la que te salvo del lobo.— da un paso hacia delante. Niego.

— No fue usted la que me sacó de aquel callejón. ¿Dónde esta?— pregunto esperando su respuesta.

— ¿Dónde esta quién?— se hace la que no lo sabe.

La Chica NuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora