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4. El Silencio Expuesto

Algo andaba mal. Muy mal.

Cuando bajé a desayunar, todo el mundo me miraba, no de la manera normal a la que estaba acostumbrada. ¿Tenía algo en mi camisa?

Fui capaz de encogerme de hombros al comienzo, llegando a sentarme con Febrero en la mesa y le di la más cálida sonrisa que me fue posible apesar de la ansiedad burbujeando dentro de mí. Pero ella no me la devolvió. Su expresión era agria hostil, incluso. Y de incredulidad.

Fruncí el ceño, esperaba que ella me explicara. No iba a preguntar.

Y luego llego Pansy. Se detuvo justo detrás de mí, cerré los ojos, preparándome para su terrible voz, apunto de invadir mis oídos.

"Bueno, _____." ella se rió: "Tengo que decir que estoy sorprendida. Pensé que sólo los niños hacían ese tipo de cosas."

La miré extrañamente, rogando internamente para que alguien me dijera lo que estaba pasando. Los chicos estaban todos mirándome de arriba abajo, las chicas susurrando.

Estaba acostumbrada a la atención, pero no tanto. Y que quería decir con "sólo los niños lo hacían"?

¿Hacer qué?

Me puse de pie, poniendo mis manos en mis caderas y mirando a Pansy de la manera más amenazante que pude. Ella sólo se rió un poco más.

Entonces se quedó sin aliento, haciéndose la sorprendida, "¿No lo sabes?"

Negué con la cabeza.

Ella agarró mi muñeca, tirando de mí hacia el centro de la sala y susurra algo a una de sus amigas. La chica con coletas negras se puso de pie, sacando su varita, y por un momento pensé que me iba a atacar.

A continuación, una tenue nube, semejante a un espejismo o ilusión broto de la punta de su varita y de repente estaba mirándome a mí misma.

Mirándome a mí misma en mi cama, retorciéndome y retorciéndome, con los ojos fuertemente cerrados, la boca abierta mientras jadeaba y gemía. Oh dios, estaba llamando a Draco una y otra vez.

El sueño! Ayer por la noche! Debo haber hablado en sueños.

Los estudiantes a mí alrededor se rieron tan fuerte que se doblaban, pero no podía apartar los ojos de la ilusión. Pansy debió de haberme visto.

Sentí mis mejillas enrojecer hasta el punto que deben haber sido moradas, mis ojos empezaban a nublarse.

Y para el colmo, Pansy se burló, "Oh, Draco! Oh! Oh, Draco! ¡Sí!" y luego formó una expresión particularmente malvada, "¿Qué estaba haciendo, _____....sólo te mira?"

Las lágrimas se derramaron, no pude evitarlo. Giré sobre mis talones, salí corriendo de la sala tan rápido como mis pies me podían llevar.

Esto seguro era obra de él.

Me estrellé contra el ancho pecho de Malfoy, mirando hacia arriba por un breve momento antes de disolverme en sollozos y alejándolo.

Tenía una extraña expresión en el rostro. Una de temor, no de crueldad.

Tal vez él no lo había visto todavía. Pero no, algo tan jugoso hubiera ido directamente a Malfoy.

"¡Adelante!" dije con mi voz ronca, "DILO! Búrlate haz lo que quieras!" y extendí mis brazos, invitándolo.

Malfoy abrió la boca y dio un paso hacia mí.

Me di la vuelta y corrí, corrí tan rápido como pude a las mazmorras, casi cayendo por las escaleras y me estrelle contra la puerta de la casa de Slytherin, dije impulsivamente la contraseña a través de mis lágrimas.

Todo había terminado. Mi vida en la escuela, mi privacidad, mi pobre amistad con Febrero. Había terminado todo por mi estúpida atracción hacia Malfoy.

Antes de darme cuenta de lo que estaba pasando, ya estaba en el dormitorio de las muchachas, lanzando todas mis pertenencias en mi baúl.

Podría-Podría... saltar por la ventana... usando Levicorpus con la esperanza de no morir, aunque morir no parece del todo horrible en este momento.

Y entonces me obligué a tomar una respiración profunda, sentarme en mi cama y calmarme.

Espera un segundo _____. Sólo espera...

¿Cómo me ha reducido a esto? Lo sabía , yo lo sabía.  No era fuerte, poderosa, astuta. ¿Por qué diablos iba yo a estar en Slytherin si no era nada de eso?

Pensé en todos los alumnos que habían en la escuela. Todas sus travesuras, todos sus chistes horribles ...

Y nunca me defendí a causa de mi idiotez,  y por el miedo ciego a mí misma.

Había algo extraño hirviendo en mis entrañas, un sentimiento de poder y de frustración, y me di cuenta...

No recibí mi transfusión de anoche.

Una sonrisa cruel se deslizo en mi cara, yo estaba segura. Después de todo lo que me habían hecho, por fin van a conseguir lo que habían pedido. Era el limite.

Lo sabía.

Ellos pensaban que yo era estúpida y silenciosa, que era tímida y silenciosa. Todas las clases que había tomado habían ampliado mis hechizos, sabía cómo utilizar tantos. Incluso algunos que no debería saber.

De pie, caminé hacia el espejo, mirándome directamente.

Saqué mi pelo del moño y lo deje suelto, dejando que la maraña colgara hacia abajo sobre mis hombros, lo sacudí salvajemente. Mi sonrisa era cruel.

Me veía como un Malfoy femenino. Y vaya que me conviene.

De hecho, no me había visto mejor en seis años.