31. El silencio Tentado

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McGonagall todavía me estaba mirando con desconfianza y quién podría culparla? Me confesé literalmente, dije que iba a romper las reglas. El mero hecho de que hubiera fallado en el intento no me excusaba...

Observé con desinterés como Padma transfiguraba a Parvati en un pájaro cantor. De hecho, la mayoría de la clase había elegido aves. ¿Por qué eso? ¿Acaso es más fácil? Menos vergonzoso quizás, en el caso de que uno quedar atrapados de esa manera.

La rodilla de Malfoy rozó mi muslo y me estremecí, le disparé una mirada de advertencia.

Él sonrió, levantando las manos y fingiendo inocencia.

Gruñendo por lo bajo, me volví de nuevo al frente de la clase, mis ojos vidriosos por el aburrimiento. Pareció tardar cada par por lo menos diez minutos para exponer. Imbéciles idiotas...

Salazar, que estaba empezando a sonar como Malfoy, ¿no?

Oí su pluma escribiendo, pensé estúpidamente por un momento que él estaba tomando notas, y entonces sentí el pergamino debajo de mi palma.

Entrecerré los ojos, y otra sonrisa inocente cubrió su rostro.

Con un suspiro, bajé la mirada a su garabato estrecho y juvenil.

Teniendo pensamientos sucios, Lafette?

Casi al instante, un latido comenzó por debajo de mi cintura. Fruncí el ceño mientras miraba la pared, apretando mis muslos juntos en señal de protesta. Esto no es justo...

¿Por qué? ¿Tu si? Escribí mi respuesta.

Siempre.

La palabra hizo que mis cejas se disparan por la honestidad en ella. La desvergüenza. Y luego una sonrisa juguetona se posó en mi cara.

Estas presentaciones duran mucho... podíamos darnos el lujo de perder el tiempo un poco. ¿Verdad?

Deslizando la mano casualmente hacia el papel, permití que mis dedos se rozan con los suyos, a duras penas, antes de escribir claramente.

Ah, ¿sí? ¿Y puedo preguntar cuales son?

Me lanzó una sonrisa maliciosa.

No.

Otra mueca rompió mi ensoñación.

¿No?

No.

Y le hizo una gruesa raya oscura en la parte de abajo. Pero justo cuando hice rodar mis ojos, añadió otra línea.

¿Por qué no me dices lo que estoy pensando?

Mis labios temblaron. Con que un reto...

Oh... pero yo tenía habilidad con las palabras. Malfoy no tenía ni idea con lo que se enfrentaba.

Girando mi pluma, vi a Seamus persiguiendo un ratón alrededor de la mesa de la profesora, su forma de gato muy convincente. Luego coloque la pluma sensualmente en mi boca, asegurándose de que Malfoy estaba mirando, y después la sumergí en el tintero pequeño que estaba entre nosotros.

Malfoy se echó hacia atrás con satisfacción, enhebrando sus dedos detrás de su cabeza.

Ahora, podría estar equivocada pero pensé que quizás estabas pensando en una pieza de satín. Comencé a escribir y las palabras empezaron a salir de mí sin esfuerzo alguno. Una larga, pieza de satín. Sin bordados, solo una larga pieza de elegante satín que se desliza entre tus dedos. Quizás la tomas quizás no lo haces, no importa. El color es tan vivo que te pone al borde.

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora