43. El Silencio Arruinado

3.3K 272 127
                                    

Pasó un largo tiempo antes de que Draco pudiera sentarse, pero lo ayudé con cuidado cuando llegó el momento. Se estaba formando un moretón púrpura debajo de su pómulo derecho, y sus costados estaban muy sensibles. Casi me dio miedo respirar, por temor a maltratar sus heridas.

Nos las arreglamos para arrastrarnos a un rincón del sótano, y lo obligué a acostarse con la cabeza sobre mi regazo, tratando de aliviar el dolor.

Suavemente, mis dedos acariciaban su enredado cabello, rozando sus mejillas y tratando de sentir lo más que podía de él, pero sin causar ningún daño. Esta era la primera vez que realmente podía verlo ... en casi un mes.

Sentí, por enésima vez, las lágrimas formándose en mis ojos cuando me incliné para besar suavemente su sien. Luego sus párpado. Luego sus mejilla. Entonces el lado de su nariz. Y su frente. La esquina de su mandíbula. Su barbilla. Su garganta.

No pude detenerme. Era como si algo en mi no creyera que estuviera realmente allí.

Draco hizo un sonido suave y sus ojos se abrieron ligeramente, mirándome de reojo.

"Lo siento", le susurré, inclinándome.

Pero su mano salió disparada de repente, con una velocidad que no creía que poseyera en ese momento- dadas las circunstancias-, y se deslizó alrededor de mi nuca. Antes de que pudiera decir una palabra más, se levantó de mi regazo y tiró mi cabeza hacia sus labios.

"Draco-" traté de alejarlo, "estás herido..." susurre contra sus labios.

Con una mano, se levantó, la otra firmemente agarrando mi barbilla y manteniendo mi boca contra la suya.

Sus brazos me rodearon la cintura y, a pesar de mis protestas, me puso en su regazo y luego enterró su cara en mi cuello.

"Draco, por favo ..." supliqué a través de un gemido. "No te lastimes".

Estaba respirando caliente contra mi garganta, ignorando cada palabra que dije, y amasando la parte expuesta de mi muslo con una mano callosa. Por varios minutos, pero pareció una eternidad, acarició su nariz contra mi mandíbula... y luego habló.

"No" respiró. "No me alejes"

"No quiero..." mi voz temblaba. "Pero estás herido-"

"Estoy bien." Lo dijo con tanta fuerza que fue casi un gruñido. "Déjame tocarte. He esperado demasiado tiempo para tocarte".

Con mi boca ligeramente entreabierta, deje caer mis manos, cediendo.

Dedos desesperados se presionaron en mis costados, deslizándose sobre mi cintura como si la estuviera memorizando. Sus manos recorrieron mis pechos, y sin embargo, no era un toque sexual.

Comprendí entonces, mientras sentía sus manos a lo largo de mis pantorrillas y la cara interna de mis muslos, que solo estaba tratando de acercarse a mí.

Así que extendí mis piernas y le permití acceso a todo. A cada centímetro de mí

Jugó con el dobladillo de mi falda por un momento antes de sumergirse debajo... y cuando su dedo se movió dentro de mí...

No se sentía como algo sexual.

Se sentía como amor puro.

Cercanía, anhelo y deseo de nunca ser separados.

Llore suavemente en su oreja antes de besar el lado de su cuello con abandono. Su otra mano resbaló por mi pecho, buscando a tientas el botón superior de mi blusa ...

Justo cuando sus labios se encontraron con mi clavícula desnuda, y un gemido escapaba de mi garganta, la puerta del sótano se abrió con un crujido.

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora