9. El Silencio Comprometido

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"¿Estás saliendo con Dean Thomas?"

"Shh! Sí, ¿de acuerdo?..."

Tenía la esperanza de hablar con Febrero bajo circunstancias diferentes, pero ella era la única chica en mi casa en la que podía confiar, sólo un poco. Desde el sueño, sin embargo, me miraba de manera diferente.

Y eso me dolía.

Dios,  no podía definir lo que había sucedido entre Dean y yo durante la última semana.

Había ido, después de comer el almuerzo con los Gryffindor, a la oficina de Dumbledore, McGonagall lo había ordenado. Yo esperaba que el discurso seria sobre que estaba expulsada y que tendría que empacar mis cosas e irme... que mis padres estaban furiosos y me estaban esperando en el Gran Salón...

Que nunca vería Hogwarts de nuevo.

Una parte de mí pensaba que era un alivio, pero otra parte no está de acuerdo. Nada de esto importaba, sin embargo, porque una vez que había llegado, Dumbledore me aclaro todo.

"Señorita Lafette, querida. ¿No quieres sentarte?"

Estábamos solos. No había otros profesores... ni siquiera Filch, que amaba especialmente los asuntos de expulsión de los estudiantes.

Me senté en una de las cómodas sillas de terciopelo púrpura tentativamente, mirándolo fijamente a los ojos.

Se ajustó las gafas de media luna, mirándome casi gratamente. "_____, tengo que admitir que estoy muy decepcionado de ti."

Suspiré.

"Por favor, mi querida, permíteme terminar." dijo con esa voz suave y sabia.

"Lo siento, señor director."

"Usted es muy brillante, una bruja joven y prometedora, señorita Lafette", continuó. "Estaba muy contento de que halla progresado durante sus años aquí, viendo que avanza. Pero que no estaba satisfecha, ¿estoy en lo correcto?" Se inclinó hacia delante, "Todos estos años..."

"Sí, señor director." le contesté, obediente.

"Sus acciones son las de un joven estudiante sin experiencia, no de un monstruo, _____. No quiero que sientas lastima por ti misma. Usted ha sido maltratada, por lo que he oído."

Asentí con la cabeza, empezando a interesarme en lo que me estaba diciendo.

"_____, yo sería un tonto si te expulsara."admitió, haciendo estallar un caramelo de limón en su boca y luego sonrío. "Tienes potencial... y sé sin lugar a dudas que eres una buena persona, querida."

Mis ojos se abrieron drásticamente. ¿Por qué no me da el discurso? Yo no merezco esto!

"El profesor Snape se ve obligado a poner un aumento a tu dosis de transfusiones nocturnas, pero aparte de eso, las cosas siguen su curso."

"Pero, señor director-"

"No creo que tenga que castigarte, _____. Creo que necesitabas esa liberación. Afortunadamente nadie resultó herido terriblemente. Todas las heridas se curan, señorita Lafette y las emocionales que usted a soportado también lo harán... con el tiempo."

Me había despedido después de eso, me entregó un caramelo de limón y me sonrió.

Durante todo el camino hasta el Gran Salón, caminaba como un zombie, completamente sorprendida y estupefacta. No fui expulsada?

¿Cómo puede ser eso-

"Oye, _____!" Reconocí la voz de Dean. Habíamos pasado la tarde juntos, junto al lago, saltando y irritando al calamar gigante. Realmente era guapo, se veían musculosos sus brazos abultando el jersey que llevaba.

Me volví y formé una sonrisa, tratando de limpiar el temor de Dumbledore de mi cara.

"¿Cuál es el veredicto?" parecía un poco sin aliento mientras desaceleró al parar frente a mí. ¿Había corrió?

Sonreí tímidamente: "No culpable".

"Te lo dije! Y tú, preocupada todo el día."

Me encogí de hombros, "El peso esta fuera de mis hombros."

Era la hora de la cena y la gente comenzó a llenar el Gran salón. Alguien chocó con Dean en el camino a la escalera, y se tambaleó hacia delante, demasiado cerca de mí.

Me quedé paralizada, estábamos a menos de un suspiro. Y Dean hizo una decisión rápida.

Él sonrió, se inclinó y me besó directamente en los labios.

Me quedé sin aliento, mi primer instinto me gritaba que lo empujara, para darle un puñetazo... pero nada! yo era una estatua viviente.

Apenas me conocía! ¿Qué demonios le daba derecho a-

Esto no era del todo malo... de hecho. Me estaba traicionando a mí misma. Mis labios estaban fundiéndose con los suyos, brazos traidores enredándose alrededor de su fuerte cuello, y luego nos perdimos.

Más bien estábamos besándonos en frente de toda la escuela. Escuché algunos murmullos, algunos resoplidos, incluso algunos silbidos.

Dean nunca me explicó lo que había pensado en ese momento, sólo me dijo que cuando se separó se alegro de lo que había hecho.

"Y entonces él me pidió que fuera a Hogsmeade con él..." admití, sonrojándome. Febrero me miró boquiabierta.

"¿Sabes lo que significa esto, ¿no?" de repente dijo "Usted ha cruzado la línea mi amiga! Usted ha pasado al lado oscuro."

Levanté una ceja, "Pensé que estábamos en el lado oscuro."

"Bueno, sí... pero nadie piensa en sí mismos como el lado oscuro."

Yo si... yo lo hacia.

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora