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44. El Silencio Destruido

"Nunca."

Eso fue lo primero que escuché desde que todo había quedado en silencio, y provenía de un Draco que estaba muy agitado y muy agotado.

"¿Oh?" El Señor Oscuro parecía divertido.

Draco se limpió la boca, poniéndose lentamente de pie con una expresión fría como piedra en su rostro.

"Nunca", repitió sombríamente.

Voldemort asintió, como si hubiera esperado esta respuesta todo el tiempo, luego se movió hacia mí con una serena gracia.

Ni siquiera tuve la oportunidad de experimentar miedo.

Él sacó su varita y murmuró: "Crucio".

Mi cuerpo se iluminó, cada centímetro de mi piel ardiendo. Lava. Un flujo interminable de lava descendió sobre mí, mis músculos se retorcieron y se contrajeron.

No podía oírme gritar, pero estaba segura de que sí lo hacía.

Y de nuevo, solo la voz de Draco podía cortar el dolor.

"¡ALTO! ¡Por Salazar, detente! ¡POR FAVOR! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea!"

La agonía terminó por un momento, y mis gritos se detuvieron abruptamente. Me dio suficiente tiempo para voltear hacia Draco, cuyo rostro estaba destrozado por el horror y la angustia, y le grite "¡No, Draco! No lo hagas. Estoy bien. Estoy bien. No lo hagas, ¡AHG! ! POR FAVOR! ¡NO! OH DIOS, ¡ME QUEMA! ¡POR FAVOR! "

"¡Maldito bastardo! ¡LO HARÉ!"

El dolor se detuvo de nuevo ... y el final fue casi más angustioso que el comienzo.

"¿Disculpa, qué dijiste?" El Señor Oscuro sonó como si estuviera preguntando por el clima. "Habla claro".

"Dije" gruñó Draco. "Lo haré."

"Oh que bien." El psicópata aplaudió sus manos una vez, "Eso lo arregla todo. Desvistete".

Mi amor cerró los ojos, rechinando los dientes como para bloquearlo todo.

Fue entonces cuando finalmente recordé ...

La maldición de Snape.

Draco sería torturado durante el acto. Eso era seguro.

Y tuve que hacerme presente.. Me dolió el estómago... la forma en la que estaba a punto de hablarle a esa serpiente.

Como si lo respetara.

"Por favor..." Llamé, y todos los ojos se volvieron hacia mí. "Por favor, mi señor".

Levantó una ceja interesado, y Draco parecía aún más sorprendido.

"Si-... Si debe hacer esto", continué, aclarando mi garganta seca y agrietada, "Le ruego una indulgencia".

"Ah, sí..." se burló Voldemort. "Por favor, dime. ¿Qué puedo hacer por ti, querida?"

Era sarcasmo, estaba segura, pero seguí adelante de todos modos.

"Deme, deme la mitad del dolor".

"¡NO!" Draco gritó instantáneamente, mirándome con rabia, y me alejé de la ira en sus ojos, esperando que realmente no estuviera dirigido a mí.

"Es un hechizo muy difícil, mi pequeña", Voldemort habló sobre los gritos de Draco.

"Por favor", dije de nuevo, la desesperación coloreaba mis palabras. "No voy a luchar".

"¡NO!" rugió aún más fuerte, "¡Dije que NO! ¿Me oyes, perra ?! ¡NO!"

Contuve mi jadeo, cerrando los ojos y girando mi cabeza lejos de él.