21. El silencio decisivo

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Estaba siendo una cobarde. Estaba siendo una estúpida. Sabía lo mucho que necesitaba esto... Y yo no podía dejar que ese...  ese idiota se interpusiera en el camino de mi propia seguridad.

Pero cada vez que me acercaba a la puerta, mi valor me abandona.

Vi la hora. 12:11. Si no me iba pronto, Snape alertaría a las autoridades de que había descuidado una transfusión. Maldito Malfoy, no le permiten hacer me eso.

Tragando el nudo en mi garganta, agarré el picaporte y prácticamente me tiré por las escaleras a la sala común, aterrorizada de que él todavía estaría allí, esperando a que yo fuera a disculparme y que lo hubiese olvidado.

Bueno, te jodes Malfoy, porque yo de ninguna manera era ese tipo de chica. Le arrancaría cada hermoso pelo rubio antes que decir que tenia la razón.

Cabello hermoso? Ah, mierda _____, realmente eres un desastre.

Cállate, Conciencia. ¡Cállate!

Está bien, así que tal vez si estaba un poco loca al discutir conmigo misma. ¿Qué puedo decir? soy extraña.

Entre en la oscura sala común tímidamente, Busqué a Malfoy, y descubrí con un suspiro de alivio que ya no estaba allí. De puntillas por la alfombra verde y negra, me dirigí a la salida, y luego me voltee en el último minuto, algo estoy notando.

Mi libro de poesía, se habían ido.

Disfrútalo Malfoy, imbécil.

Sacudiendo la cabeza con enojo, me marché de la Casa Slytherin en las frías y húmedas mazmorras, envolviendo mis brazos alrededor de mí para protegerme del frío.

Snape ya estaba a mitad de camino por el pasillo, dispuesto a informar mi falta.

"Profesor." Llamé, y él se detuvo, sus túnicas negras silbaron cuando se voltio para mirarme.

"Señorita Lafette... llega muy tarde."

"Lo sé, profesor, lo siento. Me retrasé."

Él arqueó una ceja grasienta.

"Honestamente, profesor. Estoy lista ahora, de verdad." y tiré de la manga de mi camisa hacia arriba, dejando al descubierto el pliegue de mi codo para demostrarlo.

Él lo considero para otro momento, luego suspiró: "Sí, muy bien... venga conmigo."

El aula de Pociones me trajo recuerdos...

Oh dios, me estaba poniendo caliente pensando en ello, mis ojos parpadearon hacia la mesa en la que habíamos estado.

Lamí mis labios para calmar la sequedad, después seguí a Snape a su escritorio.

Cuando presiono la aguja en mi vena y conectó el IV, ni siquiera lo senti, demasiado preocupada por mis propios pensamientos.

"Usted parece distraída, señorita Lafette." Snape observó al instante.

"¿Qué? Oh... no, profesor. Sólo pensaba."

"¿En el señor Malfoy?"

Me quedé sin aliento, los ojos muy abiertos y las mejillas con un rubor carmesí oscuro, "¿Qu-No, profesor? ¡No, por supuesto que no! yo... ¿por qué usted-"

"No hay necesidad de ponerse a la defensiva." dijo pasivamente. "Yo simplemente lo asumí."

"Como el le dijo profesor nosotros no-"

Snape sacudió la cabeza con fuerza "Por favor, señorita Lafette, discúlpeme. Pero hacerle al Sr. Malfoy esas preguntas ya me perturbo bastante; preferiría no entrar en más detalles."

Era mi turno para elevar la frente, y luego, de alguna manera, una risa brotaba de mis labios. Dios, se sentía tan bien reír. Pero reír de verdad, quiero decir.

Snape continuó por encima de mí "Asumo que el señor Malfoy ha explicado la naturaleza de mi hechizo."

Mi risa murió en el acto, sustituido por otro rubor profundo, recordando. "Sí... sí que lo hizo." Y entonces de repente, una extraña ira estaba dentro de mí "¿Por qué lo hizo profesor?"

Movió la IV, mirando fijamente mi brazo "Tenía que hacerse."

"¿Pero por qué?" Era casi un gemido.

"Soy muy consciente de... los hábitos del señor Malfoy, y uno de ellos resulta ser el sexo opuesto."

Me mordí el labio, porque no quería que continuara.

"Si los dos fueran a..." se fue apagando, aclarándose la garganta "Crearía más que un peligro inmediato para la escuela y para los dos."

"Usted dijo que..." Respiré "que se convertiría en un hombre lobo. ¿Cómo?"

"Usted es un Fenrir, señorita Lafette. No tome esta clasificación a la ligera." Y luego palideció considerablemente, temiendo sus siguientes palabras, y me quebraron, preparándome para lo peor.

"Cuando el hombre, eh, se excita... y se funde con la suya, se produce una reacción química de gran alcance. El Sr. Malfoy en un arrebato de pasión y transformación sería capaz de destrozarte sin siquiera intentarlo. Y entonces él sería un hombre lobo para el resto de su vida."

Di un grito ahogado, y antes de darme cuenta, las lágrimas corrían por mis mejillas.

Snape me miró con confusión, "Ahora, señorita Lafette no me diga que le ha tomado cariño al Sr. Malfoy. Él es un muchacho cruel, en todos los sentidos."

Negué con la cabeza, pero las lágrimas seguían llegando.

Salazar, yo estaba totalmente destrozada por un maldito chico! Ese chico...

"Deshágalo." mi voz una suplica, un gemido.

"¿Perdón?"

"La maldición. Por favor... ¡Se lo ruego, deshágala!"

Snape me miró fijamente, con una expresión horrorizada en su cara, "Señorita Lafette, me sorprende. Estoy seguro de que es lo suficientemente sensata para saber que lo que hay entre usted y el señor Malfoy no es el fin del mundo, ni el fin de su vida. "

"Esto significa... más de lo que piensa."

"Y si te preocupas por el joven Malfoy... ¿Le condenaría a ese destino?"

"¡No!" Grité, pero era más un grito indefenso que cualquier otra cosa, y hundí mi cabeza entre mis manos. "No...."

La desesperanza de todo me pegaba con fuerza.

Y entonces una idea me golpeó, como un pensamiento atroz que me hizo pensar que ciertamente me había vuelto completamente loca.

"Profesor." le llame, mirando al frente, con los ojos vidriosos, "S-si yo no estuviera... excitada. Si la reacción química no sucediera... podríamos aún... podríamos aún hacer el amor?"

La expresión de Snape se volvió sorprendida, y luego simplemente furiosa: "Él no puede entrar en ti! No sin dolor extremo. Mi maldición así lo manda... Le sugiero que comience a comportarse más como una estudiante y menos como... Una puta."

Me quedé boquiabierta mientras él arrancó el IV de mi brazo y desapareció en una de las salas de almacenamiento.

Pero mi deseo por Draco ya no lo podía negar y con esta nueva luz al final del túnel, aunque sea lo  poco pudo haber sido, bueno, hizo que nuestra lucha no pareciera tan ridícula.

Él no puede entrar en mí...

Pero eso no significa que no podamos... hacer otras cosas.

Tal vez Snape tenía razón, tal vez yo estaba actuando como una puta. Pero si de una cosa estaba absolutamente segura era que le iba a mostrar Malfoy que tenía más atractivo sexual de lo que el pensaba.

Iba a demostrarle que yo no era ninguna cualquiera.

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora