38. El silencio Amado

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"¿_____?"

Era su voz.

Esa voz ronca y masculina susurrando, algo a lo que estaba tan acostumbrada. Algo que había llegado a amar...

Me sumergí entre mis sábanas, metiendo mi cabeza en la almohada con una sonrisa. Adoro sueños como estos, donde Draco me visita.

Eran tan ... vívidos.

"¿_____?" él murmuró de nuevo. "¿Estas ahí?"

Gemí contra el colchón, imaginando su cara en mi mente, esperando que apareciera en el sueño y me abrazara.

Pero luego escuché un suave golpeteo...

... Y mis ojos se abrieron.

Esperé, paralizada bajo las sábanas, esperando que el intruso hiciera un sonido. Esperado escuchar-

"¿_____?"

Sí.

Sí, era el.

Draco.

Salté disparada como una bala desde mi cama, volando hacia la puerta y presionándome por completo contra ella, "¿Draco?"

Lo escuché suspirar, sentí el golpe a través de la puerta mientras descansaba su cabeza contra la madera. Su voz no sonaba tan mal... esperaba que se viera mejor también. La imagen de Draco, golpeado y ensangrentado, era lo suficientemente difícil de soportar sin llorar.

No es como si pudiera verlo de todos modos.

"Oh, Dios mío", me atraganté. "Gracias a Merlín." Era todo lo que podía de decir.

"Lo sé." fue su respuesta susurrada.

Un largo silencio pasó entre nosotros, lleno de nuestras respiraciones irregulares. Me tomó un minuto darme cuenta de que estaba jadeando. Jadeando por qué, no podría estar segura...

¿Por sorpresa?

¿Por miedo?

¿Por él?

Decidí que era por lo último.

"Dumbledore me dijo que no puedo entrar..." Draco respiró.

"Es cierto" respondí con voz quebrada. "He sido puesta en cuarentena."

Hubo otra pausa larga. Entonces "Odio esto."

Traté de presionarme más fuerte contra la puerta, pero descubrí que no podía. "Yo también. Yo... lo lamento tanto, el que Nott- "

"No te atrevas a disculparte, nena. " gruñó.

"Tal vez pensó que estaba coqueteando con él o algo así-"

"No." enfatizó Draco. "Esto es mi culpa, no tuya".

Suspiré, "Tampoco es tu culpa, amor."

¿Qué significaban estos largos silencios? Esperaba que no nos hubiéramos vuelto extraños. Eso no podría suceder. No dejaría que eso sucediera. No podría.

"Quiero abrazarte." susurró. "Lo deseo tan jodidamente..."

Una calidez de alivio y deseo me inundó, y mi respuesta fue inmediata, "No tienes idea..." Cerré los ojos para evitar las lágrimas, "Yo... pensé que estabas muerto".

"Nena." el peso de Draco se movió otra vez sobre la puerta, haciéndola crujir, "No llores. Por favor, por favor, por favor no llores".

Jadeé, intentando forzarme a detenerme. Yo no era así. Él estaba aquí. El estaba vivo. No debería estar llorando.

"Yo..." mi voz era un lastimoso gemido, "Normalmente no actúo así."

"Lo sé," respiró. "Es por eso que me está asustando. Demonios, odio esto..."

Para mi gran consternación, un sollozo ahogado salió de mi garganta.

"_____..." Draco gimió, "Nena, dime. ¿Qué puedo hacer?"

"No, no, nada." jadeé. "Lo siento mucho... no puedo parar." No puedo parar . Y con eso, me derrumbé, finalmente permití que todas las emociones me tomaran.

Sé lo que estás pensando. ¿No lo he hecho ya? ¿Muchas veces?

Pero esto era diferente. Este era el punto de ruptura. La revelación final.

Y sabía lo que tenía que decir.

Me hinque de rodillas, deslizando mis dedos debajo del delgado pliegue de la puerta. Draco los vio al instante, y vi su sombra moverse mientras estaba sentado contra el marco.

Sus dedos rozaron los míos, y las lágrimas parecían fluir con más fervor.

Cerré los ojos y tragué saliva, luego tomé aliento.

Sabía que era la verdad, y el merecía saberla.

Lo sabía con cada fibra de mi ser.

"Te amo."

El mundo pareció detenerse por un momento.

Entonces escuché su aguda inhalación. Su mano se aferró fuertemente a la mía, apretando tan fuerte que pensé que podía sentir sus latidos.

Segundos después, él la soltó, y solo me preocuparme por un momento.

Entonces vi la punta de su varita deslizarse debajo de la puerta.

"No va a funcionar." susurré.

"No estoy tratando de sacarte." dijo, y ahora su voz era realmente ronca. "Solo ... tengo que mostrarte."

Así que saqué mi mano de debajo de la puerta y me apoyé contra la pared, abrazando mis piernas. De repente me sentí más ligera. Decirle la verdad me había quitado la carga de encima. Me sentí liberada... de una vez por todas.

Draco susurró algo que no pude entender, y entonces una luz azul inundó mi cuarto oscuro. Una hermosa aparición de espirales salió de su varita, comenzaron a transformarse en una figura.

Y me quedé sin aliento cuando me di cuenta de lo que era.

Era yo.

Una versión azul, tenue y translúcida, pero definitivamente yo en mi forma animal.

Poniéndome de pie torpemente, caminé lentamente en un círculo a su alrededor, con los ojos muy abiertos.

"¿Q-qué... qué es?" Tartamudeé

Draco exhaló en voz baja, luego susurró, "_____ ... ese es mi Patronus".

Oh.

Oh .

Un ruido extraño se escapó de mí y me desplome en el piso una vez más, incapaz de retener otra serie de fuertes sollozos.

El encanto se desvaneció, y mi habitación se oscureció, deslice mis dedos desesperadamente debajo de la puerta, buscando la mano de Draco.

La tomó entre las suyas, me concentre en la calidez de sus palmas y como si calor se filtraba en mí.

"Te amo", murmuró. "Te amo tanto que me duele".

Pasamos la siguiente hora en un silencio cómodo, escuchando nuestras respiraciones, sus pulgares frotando círculos relajantes sobre mis nudillos.

Y felizmente hubiera muerto solo por verlo una vez más.

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora