Salí de la enfermería a la mañana siguiente, sin siquiera una palabra de McGonagall aparte del hecho de que iba a ver al Profesor Dumbledore en su oficina esa noche. Supuse que era cuando me dirán que estaba expulsada. Mis padres, estaba segura, ya habían sido notificados.
En ese momento no había pensado en cómo reaccionarían. Lo decepcionados que estarían...
Para ser honesta, no me había puesto a pensar en nada de eso.
Los estudiantes fueron alejándose de mí en los pasillos, me miraban de arriba abajo, susurrando. Debo lucir horrible, moretones recubren mi cuerpo, mi piel estropeada con las marcas rojas que salían después de un cambio y una bolsa de hielo -cortesía de Madame Pomfrey- apretada contra la frente, aunque verdaderamente calmaba mi dolor de cabeza el cual era salvaje.
Y había evitado deliberadamente cualquier espejo antes de haber dejado la enfermería.
Pansy, según oí, seguía hospitalizada, y aunque sentí una ligera punzada de culpa, en realidad era muy divertido. No fue como si le hubiera herido drásticamente, sólo alterado un poco su apariencia. Pero, supongo que era lo mismo para Pansy.
Crabbe y Goyle ya no eran cucarachas, pasaron al lado de mí, dándome las expresiones más feas cuando me vieron. Goyle se estrelló contra mi hombro, y yo sólo le sonreí, luego gruñí.
Los dos gorilas se alejaron asustados.
Me reí entre dientes. Era una pena que estaba siendo expulsada.
Podría acostumbrarme a esto.
Pensé que no tenía sentido asistir a cualquiera de mis clases, así que en cambio salí al lago, arrojando mi bolso a un lado y me senté en el borde entre la hierba por lo que el agua congelada lamía mis pies. Cerré los ojos y colgué mi cabeza hacia atrás, el sol de invierno se arrastro sobre mí, disfrutando de la sensación que se hundía en mi piel, suspire.
"Em..._____?"
Colapse sobre mis codos y caí sobre mi espalda. Si era Malfoy lo iba a -
Oh...
No era Malfoy, de pie detrás de mí en la hierba, vi los libros bajo su brazo mientras ajustaba sus gafas grandes y circulares.
"Harry Potter..." murmuré, un poco atontada. Supongo que estaba sorprendida. Hasta ahora, él nunca se había dirigió a mí. Yo era una Slytherin, el un Gryffindor... era tan simple como eso.
Pero él no se veía como si estuviera a punto de decir algo desagradable u hostil. Casi parecía preocupado..., una especie de cortesía estaba grabada en su cara delgada.
"Tu eres _____, ¿no es así?" preguntó, dando un pequeño paso hacia adelante. Yo sólo lo miré fijamente, con la boca colgando ligeramente abierta.
"Lo siento..." murmuró, "Debo haberme equivocado."
"No... no, no. Yo, yo soy _____." Tropecé mis palabras, girando mi cuerpo para enfrentarme a él con mayor comodidad.
Él asintió con la cabeza, con una leve sonrisa en los labios: "Eso pensaba."
Finalmente tuve el buen sentido común de ponerme de pie y cepillar el césped de mi falda, tratando de parecer tan inofensiva como fuese posible. Realmente no tenía motivos para pelear con Harry. Nunca me había molestado en el pasado.
"¿Qué... Qué pasa?" Pregunté, frotando mi brazo inconscientemente.
Tomó aliento repentinamente, su cara reflejo que estaba recordado algo "¡Oh! Oh, yo... yo escuche, lo que le hiciste a los Slytherin, el otro día..."
Cerré los ojos, lanzando un gran suspiro, "No te preocupes, que ya me van a expulsar. No necesitas decírmelo." Y entonces me di la vuelta y me dirigí hacia el agua.
"Espera, _____." extendió la mano y agarró mi muñeca, me quede sin aliento. Nadie me ha tocado... nunca. Incluso Febrero no tiende a estar tan cerca.
Me pareció que se sorprendió tanto como yo, porque se retiro de inmediato a una distancia razonable, tartamudeo una disculpa: "Yo-yo no iba a decir eso."
"¿Entonces, que ibas a decir?" Crucé los brazos detrás de la espalda para que no me agarrara otra vez. "Todo el mundo tiene algo que gritarme, en un momento u otro, todos terminan reprochándome."
Me pregunté por qué estaba siendo tan amargada con él. Tal vez eso era lo que era. Tal vez yo era una persona amargada.
"Bueno, fíjate, yo no creo que lo que hiciste estuvo bien, pero-"
"Aquí vamos." Puse los ojos en blanco.
"Sólo escúchame, _____..."
No me gustaba la forma en que dijo mi nombre, como si me conociera.
"Tal vez no tienes que ser tan... bueno, violenta... pero, lo que hiciste fue peligroso, así que requirió de muchas agallas, supongo."
"Maldita sea, Harry, ¿qué estás tratando de decir?" Golpeé mi pie impacientemente.
"Estoy... estoy impresionado, eso es todo."
Di un paso hacia atrás, aturdida.
"Se necesita mucho para hacer algo como eso a su propia casa, Al menos Slytherin y, bueno... Malfoy."
Me estremecí al oír su nombre, tratando de ignorar la imagen inmediata que me provocó.
"No lo entiendo, Harry", le dije. "Nunca antes has hablado conmigo ni siquiera me conocías. ¿Cómo es que sabes mi nombre?"
Sonrió con ironía, "Hermione. Ella siempre nos está diciendo lo lista que eres."
Me acordé de Hermione. La chica intelectual, algo tímida que siempre andaba al lado de Harry y su amigo pelirrojo. Siempre había sido amable conmigo, en cualquier breve situación había tratado de hablar conmigo.
Negué con la cabeza, mirándole confusamente "Bueno... gracias, Harry. Supongo, por el torpe halago."
Él asintió con la cabeza, empezando a alejarse, ya que era obvio que lo había despedido. Pero entonces se detuvo.
"Ehh... el almuerzo es en media hora. ¿Te-te gustaría sentarte con nosotros?"
Me reí, "En su mesa? Qué, no voy a asustar a todos sus pequeños Gryffindors?"
Levantó una ceja, "No es Gryffindor valentía, ¿ha?"
Puse los ojos en blanco de nuevo, pero por dentro tenia un alboroto mental. Harry Potter: el bendito "niño que vivió" me preguntaba si quería almorzar con el.
Y después de mi pequeña aventura de ayer...
Me quedé mirando el suelo, presionándome la sien.
Merlin, es un mundo loco...
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𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}
FanfictionLo supe desde el primer día. Desde el momento en que bajé de la brillante locomotora roja, ya lo sabia. Sabía que Hogwarts no era, y nunca seria, mi milagro salvador. Un santuario. Un lugar donde me aceptarían. Nunca podría dejar que mi secreto sa...