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45. El Silencio Sobreviviendo.

"Felicidades, joven Malfoy. Ahora eres útil para mi..." El Señor Oscuro le dio un empujón a la cabeza inerte de Draco con su pie. Luego se volvió hacia mí, todavía extendida sobre el altar. "Algunos de mis mortífagos volverán para verte más tarde... agregan una nueva marca a ese hermoso cuerpo suyo".

Me tragué la bilis.

Él se refería a la Marca Tenebrosa...

Voy a ser marcada...

"Recoge sus varitas", ordenó a sus seguidores, y dos hombres se movieron a recogerlas del suelo.

"Por favor..." susurré por lo que debe haber sido la enésima vez. "Desencadéneme. Él necesita mi ayuda. Él po-podría morir".

Voldemort agitó su mano perezosamente, y las ataduras que me sostenían se desvanecieron. Puse mis muñecas contra mi pecho, masajeándolas mientras la multitud salía de la habitación, dejándome solo a mí, Draco, las velas y una puerta cerrada con llave.

Lentamente saqué mi adolorido cuerpo del altar, aterrizando sobre la fría piedra con piernas inestables. Se tambalearon inútilmente por un momento, obligándome a agarrar la losa por apoyo.

Luego me arrodillé, gateando hacia Draco y acuné su cabeza en mis brazos. Sentí que solo hace unos momentos, lo había estado abrazando en el sótano...

Él me había estado besando...

La vida que hubiéramos podido tener...

Ahora todo había cambiado. Él me odiaría por lo que le había hecho. Odiarme hasta el día de mi muerte.

Pero no quería pensar en eso ahora.

En este momento, solo quería tocarlo. Sentirlo por lo que podría haber sido la última vez. Seguí los contornos de su cara cansada, alisando las líneas de preocupación entre sus cejas con mi pulgar.

Se veía tan tranquilo, durmiendo en mis brazos...

Entonces puedes imaginar cómo me sobresaltó cuando habló.

"¿Te lastimé?"

Fue una pregunta casi divertida. Habíamos pasado tanto dolor en las últimas veinticuatro horas que apenas podía diferenciar. Pero sentí la necesidad de decir: "No".

Sus ojos estaban vidriosos, pero firmes, y sabía que mi Draco había regresado, al menos temporalmente.

Así que me acosté a su lado en el suelo áspero y amargo, otra vez sorprendida cuando me atrajo hacia él. Enlazando nuestras extremidades desnudas, nos moldeamos el uno al otro, y dormimos...

Creo que soñé, pero no estoy segura.

Todo lo que sé es que si lo hice, fue con Draco.

Cuando mis ojos se abrieron, fue por el sonido de golpes lejanos y sordos.

Me levanté, comprobando inmediatamente mi antebrazo por cualquier daño. No había marca. Gracias a Merlín.

Pero eso no significaba que no vendría.

Draco todavía estaba dormido a mi lado, círculos oscuros formándose debajo de sus ojos. Podría decir que estaba inquieto, incluso inconsciente.

Me concentré una vez más en los sonidos fuera de la habitación, cada vez más fuertes con cada minuto que pasaba. Era difícil creer que algo nos perjudicaría más. Nos tenían a Draco y a mí en la palma de sus manos.

Entonces, ¿qué era?

Se escuchó un choque distinto, en el pasillo justo detrás de la puerta. Algunos gritos, un fuerte grito de "Impedimenta!"