Pasaron semanas y yo apenas vi a Draco.
Cuando lo hice, él se negó a hablar conmigo, ni siquiera me miro a los ojos. Eso me dolió un poco.
Traté... trate de convencerme de que él no estaba acostumbrado a este tipo de cosas que estaban pasando. Pero estaba engañándome.
Este era Draco Malfoy. Él no 'entraba en razón'.
Los sueños, sin embargo. Se empezaron a dar con mas frecuencia. Las pesadillas, como él los llamaba. Eran tan constantes, que comencé a esperarlas todas las noches. Cada noche era diferente, pero esta noche... era especial.
Draco vino a mí mientras yo dormía, despertándome con un beso en la clavícula. Besos a los que ya estaba acostumbrada, pero fueron sus palabras las que cambiaron las cosas.
"Ven conmigo, nena. Esta es nuestra única oportunidad."
Él hablaba español, pero había algo extraño en ello, algo que no podía descubrir. En el sueño, me levantó de la cama como a una novia, que miraba como su oscuro príncipe venia a rescatarla.
Llevaba un abrigo negro con encajes de plata y una camisa blanca con botones abajo, con las manos enguantadas, pero frías.
Él me puso sobre mis pies, me agarró la mano y todo comenzó. Corriendo por las escaleras. Antes de darme cuenta, estábamos corriendo por un pasillo, y él decía: "No te detengas! No te detengas!"
Todavía había algo mal con su voz.
Al poco tiempo, estábamos fuera del castillo, en el lago Negro. Lo hizo detenernos allí, tomo mi mano entre las suyas y las presiono contra su pecho, podía sentir los latidos de su corazón.
"Me gustaría ser un niño descuidado." murmuró en voz baja contra mi oído.
"Draco." me oí decir con voz entrecortada. Yo también sonaba extraña "Draco, tómame! Tómame ahora... por favor!"
Me acostó en la hierba fría, bajo las estrellas, colocándose encima de mí.
Se desabrochó la chaqueta y la camisa, me sonrió cuando mi yo del sueño se acercó impulsivamente y abrió la cremallera de su pantalón.
Cuando él empujó dentro de mí, no podía sentirlo.
El sueño no me permitía verlo desnudo, y mucho menos eso.
Pero seguí escuchando esas mismas palabras.
"No te detengas... no pares..."
Y oh, cómo ansiaba sentirlo.
Me despertaba cada mañana, enredada en mis sábanas y bañada en sudor, retorciéndome y frotando mis muslos. Pero había aprendido de la manera difícil poner siempre los encantos de silencio alrededor de mi cama. Lo que la escuela había visto era suave comparado con esto.
Y Draco... Yo no le permitirá tener la satisfacción, sabiendo que me había hecho esto... me había desquiciado por completo.
Mi trabajo con Harry había llegado a una especie de estanque. Tenía detención cada noche durante dos semanas, ya que Snape lo había encontrado en el tercer piso, por estar siguiendo a Draco.
Y no me atrevería a hacerlo yo misma. Me di cuenta de que la profesora McGonagall estaba manteniendo un ojo en mí.
Además, de alguna manera, Malfoy sabía que lo estábamos siguiendo. Era demasiado arriesgado.
Así que Harry y yo estuvimos de acuerdo en que debíamos dedicarnos en averiguar mas sobre el armario evanescente. Pasamos la mayor parte de nuestras horas de almuerzo en la biblioteca, recorriendo los libros.
Y una tarde, mientras hojeaba un libro muy aburrido, me quede dormida.
Malfoy estaba apoyado en una piedra grande y rectangular en el suelo, con la cabeza hacia abajo mientras tenía sus brazos a los costados. La camisa blanca estaba rota y torcida, y en mi sueño no dude en correr hacia él.
Me encantó eso... ser capaz de mostrar mis sentimientos tan abiertamente, aunque no era más que un sueño. Para mí, contaba.
Para mí, este hombre era el mismo hombre que miraba de lejos durante cada desayuno, y cada clase.
Y para mí, después de cada día, venía a mi mente y compensaba su silencio.
Mi yo del sueño lo abrazó, apretando su cuerpo alto y musculoso con fuerza, y luego tomó mi cara entre sus manos, colocando besos desesperados por mis mejillas y mi frente.
Bajó su mirada hacia mí a través de su pelo alborotado, en una especie de mueca, me sonrió.
El verdadero Draco nunca me sonríe.
"Tu no puedes saber lo que significas para mí. Tu no lo sabes..." Le dije.
"¿Qué quieres decir con eso, nena?" susurró con dulzura.
"Todo. Tú eres mi... mi-" Tomé su mano y la puse en mi corazón "Mi cuerpo, mi alma. Mi corazón y mi mente." Y me levanté de puntillas"Nunca, nunca, nunca lo olvides..."
Me alegro mucho que lo hubiera besado antes de que el sueño terminara y mi cabeza se levantó de la mesa. Me tomó un momento recordar que estaba en la biblioteca... y luego vi a Harry mirándome.
"Oh... oh, Harry, lo siento. No pretendía quedarme dormida, es que... hemos estado trabajando muy duro, y-"
"_____." Harry se inclinó hacia delante, mirándome muy serio "Para. Sólo... sólo dime lo que estabas soñando."
La confusión cruzó por mi cara, "Oh... yo sinceramente no me acuerdo, Harry."
Mentirosa.
"_____..." advirtió.
Tal vez debería decirle...
Sabes que él no lo entendería.
Lo sé...
"Harry, no era nada... de verdad."
"_____..." suspiró, como si él no quisiera decirlo "Estabas hablando en Parsel."
Me quedé helada.
"¿Q-Qué?"
"Parsel, _____... estabas hablando en Parsel."
"No.... No, eso no es posible." suspiré.
"sabes que yo lo hablo." dijo, como para consolarme "Escuché lo que dijiste."
"Pero-"
"¿Quién era él,_____?"
"¿Quién?"
"El hombre con el que hablabas... ¿Quién era?"
"Yo no estaba-"
"_____, por el amor de Merlin! acabas de confesarle tu amor a alguien... En un sueño... En Parsel. Eso no es normal, en caso de que me lo preguntes. Así que tienes que decirme lo que está pasando. Por Favor. "
"No...." Susurré, sacudiendo la cabeza.
No...
Tengo que encontrar a Draco...
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𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}
FanfictionLo supe desde el primer día. Desde el momento en que bajé de la brillante locomotora roja, ya lo sabia. Sabía que Hogwarts no era, y nunca seria, mi milagro salvador. Un santuario. Un lugar donde me aceptarían. Nunca podría dejar que mi secreto sa...