33. El silencio Atacado

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No lograba entender... no podía comprender por qué un hombre tan... tan poco fiable y espontáneo como él haría tal cosa por mí.

Él pudo haber dicho que yo era un premio, pero sabía muy bien que no lo era.

Yo soy un problema...

...Y su reputación se vería arruinada.

"¿A dónde vamos?" Me las arregle para susurrar sumisamente.

¿Me estaba llevando a la Sala de los Menesteres?

Mi corazón se agitó violentamente ante la idea... pero no resultó de esa manera.

No, él me llevó todo el camino hasta la puerta principal de la escuela, y luego salimos a la noche oscura acompañada por vientos invernales.

¿Qué estábamos haciendo aquí?

Soltó mi mano y caminó hacia el lago congelado, con la mirada fija en el oscuro horizonte. luego enroscó los dedos detrás de su cuello y con un profundo suspiro dijo: "Bueno, el éxtasis sin duda se fue a mi cabeza."

Mi corazón se hundió en un instante.

Supongo que en realidad había querido decir lo que cualquier otra chica. Que era un ataque de pasión de romance. Que los celos le habían abrumado; que él simplemente no podía soportar ver a otro hombre tocando me de esa manera. Tocandome en absoluto.

Pero este no era un cuento de hadas.

Y yo tendría que recordármelo a mí misma cada puto segundo de cada maldito día de mi vida si iba a estar con él.

Porque todo se reduce a eso, ¿no es así? Si yo realmente quisiera estar con él o no. Si yo pudiera decir esas tres palabras mortales...

"Todos lo saben ahora." Murmuré débilmente. "¿Qué debemos hacer?"

Volvió a respirar hondo y bajó la cabeza, mirando al suelo, "Nada. No hay nada que hacer."

Un largo y vacío silencio llenó el aire que nos rodeaba.

Y luego...

"¿Por qué lo hiciste?" Yo farfullé.

Draco no se movió, me obligue a esperar y ver la bruma de mi aliento a través del aire fresco. Mi nariz se sentía como si estuviera a punto de caerse y mis dientes castañeteaban.

Sea lo que fuése, necesitábamos hablar rápido. Con mi condición, no podía darme el lujo de estar expuesta al frío por tanto tiempo.

Y me pregunté brevemente si Malfoy lo sabía.

"Te lo dije..." habló finalmente, su voz un leve zumbido, "Yo no comparto."

"Eso no es suficientemente razón para hacer semejante escena." le repliqué, dando un paso hacia él. "No para mí. Tú sabes que yo hubiera hecho algo al respecto si me hubieras dado la oportunidad. Lo último que quiero son las manos viscosas de un maricón en mis muslos."

La tensión era palpable. Incluso si él no me estuviera mirando, yo podía sentir la mirada fría que siempre llevaba, estaba completamente al borde.

Y de repente quería calmarlo más que otra cosa.

Tomé el último paso que nos separaba y deslicé mis manos por sus hombros anchos, fuertes, y le susurre al oído: "Tus manos, sin embargo..."

Malfoy gimió suavemente, inclinándose hacia atrás ante mi toque, y sonreí para mis adentros.

"¿A qué estás jugando, nena?" Suspiro. "Hablándome de esta manera... escribiendo algo como eso."

"Así que lo leíste..."

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora