::𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐::

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~ Diez años más tarde~

"Come tus verduras. No debería tener que decírtelo otra vez".

El chico sacó su pequeña y rosada lengua hacia mí, empujando las verduras con un resoplido indignado.

"Scorpius. Come. Esos. Verduras." Exigí, empujándolos de nuevo frente a él. "Quieres ser fuerte cuando crezcas, ¿no?"

Mirándome fijamente, se metió un fréjol verde en la boca con una expresión de disgusto y luego silbó algo inapropiado en lengua Parsel.

"Ah!" Le espeté. "¡Cuida tu lengua! ¡Piensa lo que diría el tío Blaise si se enterara de que le enseñes esas palabras a sus hijos!"

"Michael y Christopher no hablan Parsel, mamá. No debería ser un problema".

Alejándome de él, sacudí la cabeza mientras agitaba los huevos, murmurando: "Igual a su padre".

Luego, otra pequeña cabeza rubia se movió en la cocina, pasando por de atrás de mis piernas y riendo mientras se estrellaba contra la mesa para desayunar.

"Cuidado, Ceph." Suspiré, sin siquiera molestarme en mirar como se rompía un vaso y algo se derramaba. Llovió en el suelo y mojó mis pies descalzos. "Scorgify..." Eché sobre mi hombro antes de poner los huevos en un plato.

Cuando los distribuí en los platos de los niños, noté por el rabillo del ojo las gotas de agua que caían del flequillo blanco-rubio de Ceph.

"Cepheus!" Extendí la mano para tocar su cabello mojado y empapado. "¿Qué significa esto?"

Abrió su boca con una sonrisa para responder, pero fue interrumpido rápidamente por una profunda voz que resonaba desde las escaleras. "¡_____! ¡Nena! Donde malditos infiernos se ha metido Ce-"

Sus pasos se detuvieron cuando dobló la esquina y vio a nuestro hijo, sentado a la mesa, semi bañado.

"Creo que lo encontré," dije con ironía, dándome la vuelta con una sonrisa y limpiando la sartén.

Draco hizo un ruido áspero, terminando de anudar su corbata verde oscuro y tirando del nudo  mientras se acercaba a la mesa. "Ayúdame, o lanzaré un imperdonable a este chico!" Juró cuando se sentó y tiró de un plato de huevos hacia él.

"Dile a Scor que se coma sus verduras mientras estás en eso." Sonreí, uniéndome a ellos.

"Scor, come tus verduras." Murmuró Draco.

"¡Come tus judías verdes, Scorpius!" Ceph chilló antes de que le lanzara una mirada traviesa.

Scorpius lo fulminó con la mirada y tendió la mano para golpear a su hermano, pero en vez de eso le tiró un vaso de jugo de calabaza.

"¡Eso es todo!" Me levanté de un salto "¡Vayan los dos! ¡A casa de los Zabini! ¡Ahora! ¡Sin desayuno!"

Salieron de sus asientos como dardos y corearon en armonía, "¡Gracias mamá!" Finalmente salieron corriendo por la puerta principal.

Exhalando lentamente, me senté de nuevo, tomando un último bocado de huevo antes de limpiar la mesa con mi varita. Cuando levanté la vista, la cara engreída de Draco me estaba mirando.

"¿Qué?" Yo estallé "¡Son imposibles!"

"Bueno, no me mires." Dijo. "Solo soy la mitad de la ecuación".

"¡Ugh!" Me levanté de nuevo y me dirigí a la puerta, mirando por la ventana trasera para ver a los niños irse a galope hacia la casa de la familia de Blaise, también, convenientemente, la casa de sus mejores amigos.

Hubo una pausa, y luego las manos cálidas y callosas de Draco descansaron en las curvas de mis caderas, haciéndome retroceder para inclinarme contra su pecho. Me apretó con sus brazos y bajando sus labios a mi oído susurro.

"Sabes ... Van a estar en casa de los Zabini todo el día".

"Si lo sé." Estuve de acuerdo.

"Durante horas..." susurró seductoramente.

Una sonrisa se posó en mis labios, "Cierto."

Otra pausa... Y luego "Llamaré y dire que estoy enfermo" y de repente me levanto sobre su fuerte hombro y me llevo hacia las escaleras.

"¡Draco! ¡No! ¡Tienes que ir a trabajar!" Pero apenas protestaba en realidad.

"¿En serio? No lo creo..."

Me llevó rápidamente por los escalones, como para ganar la batalla de voluntades en mi mente, y abrió la puerta del dormitorio principal.

"Draco..." Gemí, tratando de luchar contra eso. Tenía cosas que hacer hoy, se suponía que tomaría el té con Feb en la tarde.

"Shh..." respiró, tirándome sobre la cama y luego arrastrándose sobre mí. "Han pasado años desde que te hice el amor."

"Me hiciste el amor en la ducha... Anoche!" corregí riendo.

"Entonces es que no estoy satisfecho."

Draco comenzó a dar besos suaves hacia arriba y abajo por mi garganta, lamiendo con su lengua por mi clavícula. Cuando comencé a desatar su corbata, me di cuenta con una repentina tristeza: "Debes estar cerca del Cambio, entonces. Es esta semana, ¿no es así?"

Se apartó, ojos oscuros encontrándome y mirándome seriamente.

"No tiene nada que ver con el Cambio".

Y luego me besó, y fue como si tuviéramos dieciocho años otra vez.

"Absolutamente nada..."

𝕭𝔯𝔬ӄ𝔢𝔫 𝕺𝔭𝔢𝔫 {𝚍.𝚖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora