(Daniel)
Es Domingo. Domingo de fútbol. Estoy en un bar con los chicos, viendo el partido desde tres televisiones diferentes.
El sitio está en bancarrota—hasta las oscuras sillas de madera se tambalean de lo viejas que son. Pero sus pantallas de televisión son enormes y nuevas, lo cual atrae a chicos de las ciudades de alrededor las tardes de fútbol.
Me pregunto qué estará haciendo Mery hoy. Por las mañanas trabaja para la señora Pardo pero probablemente ya haya terminado. ¿Estará en su casa, sentada en su cuarto? ¿O en fisioterapia?
— ¿Has visto eso Oviedo?—pregunta Sergio mientras la multitud estalla en gemidos.
— Mierda, lo siento, me lo he perdido.—estaba pensando en alguien en quien no tengo derecho a pensar.
Sacudiendo la cabeza, apunta hacia la pantalla.
— David de Guea necesita urgentemente pegamento para las manos y agarrar el balón de una vez. Es el tercero que pierde.
— El cuarto—lo corrige Alberto.
Hoy no estaba prestando atención al partido.
Pillo a Ángel mirando hacia la puerta y señalando a quien quiera que acabara de entrar al restaurante. Me doy la vuelta. Es Claudia. Seguida por Alexia, Gala y Carla. Pienso que sus coloridos pompones están fuera de lugar.
— ¿Qué hacen las chicas aquí?—pregunta Sergio frustrado a Ángel, quien todos sabíamos que era el culpable.
— ¿No podemos cambiar las reglas por un día? Claudia quería venir.
— Ugh, que asco—dice Alberto fingiendo arcadas—. Te tiene cogido por los huevos. ¿Cuándo te darás cuenta?
Alberto, el idiota del grupo, por una vez en su vida tenía razón. Justo cuando estaba apunto de proclamarle el puto amo las chicas llegan a la mesa. Claudia lleva unos jeans ajustados y un suéter de nuestro equipo. El suéter de Ángel, el que ella usaba cada Domingo desde que la conocía.
Él está mirando a su novia trofeo, y me está poniendo nervioso a mí también. Porque así era yo cuando salía con ella. Que alguien me pegue un tiro.
— ¿Podemos sentarnos?—pregunta Claudia, pero mientras las palabras salían de su boca ya estaba sentándose al lado de Ángel y haciéndoles señas al resto para que lo hicieran también.
Seriamente, esta era una violacion al código "prohibido chicas en los partidos del domingo". Noto como Alberto y Sergio no están especialmente felices por la inoportuna invasion. La razón por la cual había sido creada esta regla era porque todos estábamos de acuerdo en que las chicas (al menos las de nuestro grupo, también conocidas como las que están sentadas en la mesa justo ahora) no están interesadas en el fútbol. Solo quieren interrumpir nuestra concentración. Es como un reto, para ver quién puede distraernos más.
— Hey, Dani—dice Gala mientras coloca su silla a mi lado.— ¿Que cuentas?
Antes de que pueda contestar la camarera se acerca a nuestra mesa para traer la comida y preguntarles a las chicas que quieren pedir.
— ¿Qué tipos de ensaladas teneis?—pregunta Alexia.
La camarera aguanta la risa.
— Aquí ensaladas cero. Tenemos hamburguesas, pizzas, alitas de pollo y patatas fritas. Elige.
Alexia se sorprende por las opciones. Lo noto por la forma en que mira a la camarera con horror. Este sitio era todo alcohol. La comida es en lo que menos se piensa aquí.
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Dejando Paraiso ||Completada.
FanfictionNada ha vuelto a ser igual desde la noche en que Daniel Oviedo salió de una fiesta, se puso al volante y terminó atropellando a Mery Dail. Tras meses de dura y dolorosa rehabilitación Mery ha vuelto a caminar, pero le ha quedado una cojera de por v...