Dejando Paraiso ||Completada.

15

(Daniel)

— Dani, tú ven con nosotros—grita Ángel desde la mitad de la cafetería.

Tenía pensado coger un bocadillo y sentarme con mi hermana. Hoy ella se ha pintado los labios de negro azabache que coinciden con sus jeans negros y desgastados. Mamá nisiquiera se inmutó cuando Lorena bajó por las escaleras esta mañana. Me estremecí al verla.

Estoy de pie junto a ella, pensando qué hacer. No levanta la vista de un libro y dice: — Siéntate con Ángel. No me importa.

— Lore, ven conmigo.

Ella levanta la vista, con lápiz labial negro y todo.

— ¿Piensas que yo quiero sentarme con ellos?

Eso es todo, no puedo soportarlo más. Apoyo mis manos en la mesa de la cafetería. — Tal vez quieras que yo también me asuste con todo tu rollo de zombie. Pero no pienso hacerlo. Ahora, ¿por qué no te quitas esa mierda de los labios y cortas el acto de muerte ya? Esto está acabando con mi paciencia.

En lugar de estar agradecida de que esté siendo brutalmente honesto, ella bruscamente recoge sus libros y sale corriendo de la cafetería.

¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?

Ángel está todavía agitándome del brazo, pero dudo.

No es que no quiera sentarme con mis viejos amigos; solo que no tengo ganas de ser bombardeado a preguntas sobre la carcel. Debido a que estos chicos no durarían ni un día en el DOC y probablemente creerán que estoy mintiendo si les dijera lo que realmente pasa allí.

No pienso que cualquiera es inmune a ser condenado. Hombre, hay chicos de todas las razas y religiones diferentes, y colores y tamaños. Judios y cristianos, musulmanes y católicos. Chicos ricos que pensaban que estaban por encima de la ley y chicos pobres que no conocen nada mejor.

Es un juego diferente cuando estás dentro, con una jerarquía tácita y con normas. Algunas cosas que puedes soportar y otras que tienes que aprender de la manera más dura.

Voy hacia Ángel y los demás, dispuesto a desviarles el tema de la carcel.

— ¿Qué pasa, chicos? ¿Y las chicas?—pregunto.

— Practicando para las pruebas de animadoras. No me malinterpreteis, me encanta que las chicas salten de arriba a abajo para mí. Solo que no sé cómo puede ser tan difícil eso, como para que tengan que practicar tres semanas consecutivas.

— ¿Alexia y Gala van a ser animadoras en lugar de tenistas?—pregunto. Gala y Alexia eran fanáticas del tenis.

— Es gracias a Carla—dice Sergio.

— Ella no tiene suficiente coordinación manos-ojos para ser tenista, así que las ha convencido para probar de Pantherettes.

Tal vez haya estado fuera demasiado tiempo. O quizás no haya oído bien.

— ¿Qué es una Pantherette?

— Dani, tienes que ponerte al día, hombre—Ángel está tratando de controlar su risa mientras dice.— Pantherettes son las animadoras del equipo de lucha.

¿Qué?

— ¿Animadoras de lucha? —Alberto asiente.

— Pantherettes, amigo. Amo tenerlas. Muchos institutos tienen animadoras de lucha, así que el año pasado nosotros las conseguimos también.