(Mery)
Le costó una semana a mi madre invitar al Sr. Pardo a cenar. Me preguntó cómo unas veinte veces si me parecía bien. No tenía tan poco corazón como para que decirle que no.
Tomás entra vestido con un traje gris acompañado de una corbata roja, como si fuera a ir a un juicio por una infracción de tráfico. Sus manos están ocupadas por una docena de tulipanes y una caja de chocolatinas para mí.
— Gracias.—le digo vergonzosamente cuando me da la caja. ¿La tengo que abrir ahora, o esperar hasta más tarde...o mañana?
— Siéntate y ponte cómodo, Tom—dice mamá nerviosamente, sus manos están jugueteando con el vestido sofisticado negro que ha decidido ponerse—. ¿Quieres beber algo? ¿Vino...cerveza...whisky?
El hombre sonríe, una cálida sonrisa que puedo decir que es sincera.
Mamá se ríe, un risa dulce que no he oído en años.
Cuando mi madre se va a la cocina, él se gira hacia mí.— ¿Que tal al volver al colegio después de un año?
Me encojo de hombros. — Bien, supongo.
Se queda mirando por la ventana.
¿Y mi madre? El reloj que hay sobre la chimenea no deja de hacer tic tac, cada segundo es un recordatorio de como el tiempo pasa tan lentamente.Tic tac. Tic tac. Tic tac.
Tomás se frota las manos. Deduzco que está ansioso,como yo, de que mi madre vuelva.
Tic tac. Tic tac. Tic tac.Quiero escabullirme e ir a mi habitación. No creo que pueda controlar ver a mi madre en una cita con alguien que no sea papá.
Justo cuando estoy apunto de ponerme de pie e irme, ella entra con tres bebidas y una gran sonrisa. — Vino para nosotros, coca cola para Mery.
El Sr. Pardo coge el vaso de la mano de mi madre. Sus manos se rozan cuando ella se lo da. Sé que la incité a invitarle, pero él es demasiado alto, demasiado rubio, y...y no es mi padre.
Me pongo de pie.
Mamá me mira con una expresión cautelosa. — ¿Donde vas, cariño?
— A mi habitación. Se me ha olvidado llamar a Gala.
Pone esa mirada de cachorro; creo que sabe que estoy mintiendo.
Ya en mi habitación abro el primer cajón de mi escritorio. En un sobre guardo el número de papá. Me tiemblan las manos mientras marco el número.
Suena tres veces antes de que conteste. — Luis Dail al habla.
— Eh... ¿Papá?
— Mery, ¿eres tú?
— Sí.
— ¿Cómo va todo mi niña?
— Muy bien
— ¿Y la pierna? La última vez que hablamos estabas teniendo un poco de problemas con ella.
— Va mejor, o eso creo.
Me siento bien hablando con él. Escuchar su familiar voz ahuyenta la nube negra que siempre parece filtrarse sobre mí.
No quiero decirle la verdad sobre mi pierna, porque solo quiero darle buenas noticias. Si soy positiva, entonces tal vez él no quiera olvidar que soy su hija.
— Genial. ¿Y el instituto?
Me trago la realidad y digo tan alegre como puedo: — Perfecto. Es todo tan....—miento—. Wow—Hay silencio, pero no quiero que cuelgue. Parece entusiasta, pero no estoy segura.

ESTÁS LEYENDO
Dejando Paraiso ||Completada.
FanfictionNada ha vuelto a ser igual desde la noche en que Daniel Oviedo salió de una fiesta, se puso al volante y terminó atropellando a Mery Dail. Tras meses de dura y dolorosa rehabilitación Mery ha vuelto a caminar, pero le ha quedado una cojera de por v...