Nuestras vidas comienzan

Capitulo 1: noche de bodas

América Pov

Me pasé todo el resto de nuestra boda con Maxon. Baile hasta que no había quedado un solo invitado en el salón, y estaba agotada. No me molestó el vestido (multimedia), es más, lo sentí muy cómodo y me encantaba. Tenía un escote corazón, y la parte de atrás era más larga. Mary hizo una gran elección.

-Maxon, estoy tan feliz.-Le dije con una enorme sonrisa en mi rostro.

-Yo también estoy feliz América. Fue el mejor día de mi vida. Finalmente estamos casados, y ahora eres mía, y yo soy todo tuyo.

-Sí, mío.-suelto una risita.

Después de la fiesta, Maxon me llevó a la tercera planta, fuimos por unos pasillos hasta llegar a la entrada de una habitación.

-Entremos, pero antes-me tapa los ojos con sus manos-ahora si.

Escucho el sonido de las puertas abriéndose, entramos y me quita las manos de mis ojos. Es tan hermosa. Es enorme, con unas grandes ventanas, una entrada a un balcón, una cama grande, un gran armario y una pared llena de fotos de Maxon y mías. No puedo reprimir las lágrimas.

-Maxon, es hermoso, no te tuviste que haberte molestado.-digo girándome para quedar cara a cara.

-Por ti lo que sea América. Esta será nuestra habitación desde ahora, y ahí pondremos las fotos de nosotros.

No puedo hacer otra cosa que besarlo. Es tan romántico, tan dulce, tan hermoso, lo amo tanto. Voy empujándolo lentamente hacia la cama. Cuando Maxon se choca con esta, me levanta y me acuesta en la cama, quedando él sobre mí.

-No puedo creer que estés aquí conmigo América. Te deseo tanto.-dijo.

Él besa mi cuello, lo cual me hace soltar unos gemidos. Le acaricio el pelo y luego le quite su saco, dejándolo solamente con su camisa blanca.

-Quítame la camisa-dijo acariciándome la mejilla.

Le desabotone la camisa, dejando su musculatura a la vista. Mi marido era hermoso. Le quité por completo la camisa, y me pude a acariciar su pecho. Era tan suave, por dios, me encantaba.

- Quítame el vestido.-le dije de una manera un poco seductora.

Yo aún estaba del lado de la cama, y me resultaba difícil quitármelo yo sola. Llevo sus manos a mi espalda, bajo el cierre y fue deslizando el vestido hacia abajo, dejando ver mi lencería poco a poco.

Cuando terminó de quitármelo, lo tiro al piso, sin dejar de mirarme.

-América, no puedo describir lo preciosa y sensual que eres.-me abrazo y me besó.

Sus besos siempre me dejaban sin aliento. Me encendían, ahora estaba tan caliente que sentí que no iba a poder aguantar más tiempo.

Le acaricie la espalda, donde aún se podían distinguir algunas cicatrices, otras ya ni se notaban. Maxon ya sabía que no me repugnaban, al contrario, me encantaban y a la vez me recordaban cuanto me ama, ya que por mi culpa él tenía esas cicatrices, hechas por el Rey Clarkson.

-¿Te puedo quitar el pantalón?

Él asintió.

Lo acosté en la cama. Le baje el cierre y le fui quitando el pantalón lentamente. Sus piernas eran perfectas, del mismo color que el resto de su cuerpo. Realmente estaba en buena forma. Me di cuenta que los dos estábamos en ropa interior.

Lo volví a besar, esta vez con intensidad, y cada vez iba aumentando. Sentía que él también estaba caliente. Estábamos igual, y yo estaba encantada de sentirme así.

Llevo sus manos a mi espalda. Subió hasta encontrar el broche de mi sujetador, y lo desabrochó, pero lo tome antes de que cayera.

-Perdona amor. Es que nunca eh mostrado mi cuerpo de esta manera a nadie.

-América, descuida.-me tomo de los codos- si así lo quieres, esperaré hasta que estés lista.

Lo dejé caer. Ahora tenía la mitad del cuerpo expuesta ante Maxon. Se quedo quieto y cayado admirándome. Quería que lo hiciera, que viera que lo amo de verdad.

-América, eres más hermosa y perfecta de lo que yo hubiera imaginado.

De un movimiento, me tiro de nuevo en la cama. Beso mi cuello, y fue bajando poco a poco, dejando una estela de besos a su paso. Cuando llega a mis pechos, los acaricia y los aprieta un poco.

-Ahhhh- gimo yo- N...no....pares- digo entrecortada mente.

-Eres tan hermosa.

Me dejo llevar por las caricias y palabras de Maxon.

-Se siente tan bien-digo yo.

-Y aún falta lo mejor.