Capitulo 36

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Maxon

El vientre de América ya empieza a abultarse. No puedo creer que en ella estén creciendo mis hijos. MIS hijos. Aún no lo creo, ¡seré padre! Les parecerá raro pero América se ve aún más bella con su, por ahora, pequeña barriga. A veces lo incómodo son los cambios de humor. Aunque los soporto ya que ella se da cuenta cuando le pasa y la amo y siempre la acompañaré.

La veía desde la ventana de mi despacho. Yo ya había terminado de trabajar e iba a salir cuando la vi en el jardín y me la quede viéndola. Estaba sentada en el pasto leyendo un libro, y el sol iluminaba se reflejaba en su pelo y su vestido blanco habiéndola ver más guapa todavía.

-Tan hermosa.-suspiré como bobo. Menos mal que estaba solo, sino sería vergonzoso, pero no me culpen, seguro que a todos los hombres les pasa.

América

Estaba leyendo un libro en el jardín sentada en el pasto. Este día estaba precioso así que decidí aprovecharlo. Desde mi lugar veía a los dos guardias apostados en la puerta. Desde que volví y se supo de mi embarazo Maxon se puso muy sobreprotector conmigo y pone guaridas hasta en la puerta de nuestra habitación. Me parece un poco exagerado pero amo que quiera cuidarme.

El libro que leía se llamaba "El rastro de la canela". Era una novela romántica, al principio un poco aburrido pero después me empezó a gustar mucho. Una chica llamada Amanda que se mudó a Buenos Aires y extrañaba su casa en Brasil, y al final se enamora de un hijo de un esclavo pero no le permiten estar con él porque ella viene de otro nivel social. Parecido a nuestra historia. Dios, tan romántico y triste.

Cierro el libro y me paro y cuando levanto la vista veo hacia la ventana del despacho de Maxon. Lo veo pero su cara está tapada por una cámara. Me está sacando fotos desde su ventana, típico de Maxon. Pero ya tomaré mi venganza. ¡Muajaja!

Vuelvo a entrar al palacio, está oscureciendo y hace un poco de frío. Saludo a los guardias apostados en la puerta y cuando confirman que entro, cierran la puerta tras de ellos y entran también. Supongo que solo estaban vigilando por mí. Sonrió, me gusta que se tomen en serio su trabajo.

Me dirijo al comedor para cenar. ¡Muero de hambre! Aún Maxon no llega, qué raro, pensé que ya habría terminado de trabajar. Me siento y lo espero en mi lugar hasta que llega con una de sus bellas sonrisas.

-Hola, amor.-me besa la frente y se sienta a mi lado.

-Hola, cielo. ¿Por qué la impuntualidad?-curioseé.

-Tenía que preparar esto.-de su bolsillo saca unas fotos. Supongo que son las que me saco.-Mira.-me las dio y ahí estaba yo leyendo, sentada en el pasto. Me gustaba.

-Me gustan.

-Estas me las quedo. Saliste muy guapa.-me besa.

Mientras comemos, una doncella se nos acerca y me entrega un sobre. Parece importante.

-Majestad, lo mandan desde Los Estados Unidos. Dicen que es urgente.-nos dice cuando lo tomo.

-Gracias, puede retirarse.-me digo amablemente y ella asiente y se retira.

La leo. Al parecer después de que Jason fuera encarcelando, su hermano menor, Christopher asumió el cargo de príncipe. Será coronado rey y nos invita para la celebración de la coronación y de paso firmar un tratado de paz para olvidar lo ocurrido con su hermano (exceptuando que Jaosn me violó porque solo Maxon y yo lo sabemos). Se la doy a Maxon para que la lea y cuando termina frunce el ceño.

-¿Tú quieres ir?-me pregunta. Yo me encojo de hombros.

-¿Por qué no? Me dijiste que cuantos más aliados mejor.

-Lo sé, solo que no quiero que nada vuelva a pasarte. Además, espero que en nuestra ausencia no ocurra nada malo.

-Tranquilo, Maxon, no pasara nada.-lo calmo.-Relájate, todo estará bien. Además, sería de mala educación rechazar una invitación.

-Tienes razón. Iremos. Será en una semana, tenemos tiempo.-me sonríe y terminamos de comer. Me comí un plato entero y una tarta de chocolate, yum! Al parecer aquí todo es delicioso.

Antes de dormir me saco el vestido hecho para mi barriga y me pongo el pijama que consiste en una remera y un short flojo. En el espejo miro mi vientre y sonrío. Llevo una mano a él, mis bebes.

-Ahora lo más atractivo de ti es esa hermosa barriguita tuya, lo sabías?

-No lo había notado.-me acuesto en la cama con él. Él se acerca y acaricia mi vientre con cuidado y le da un beso.

-Hola niños, soy papi.-río cuando lo dice.-Su madre y yo los esperamos ansiosos. Esperamos ser buenos padres, eso sí. Hijita, nada de chicos hasta los cuarenta y tú, hijo mío, te enseñaré a ser todo un don juan.-bromeó y esta vez reí en serio.

-¿En serio? ¿Cuarenta? Eso es exagerado.

-Nada es exagerado para mis hijos.-ruedo los ojos.

-Como diga, mi real marido.-él me sonrió. Hace varios días que no le decía así.

-Descanza, mañana habrá que planear el viaje.-yo asiento y me acuesto. Le doy la espalda a Maxon y él me abraza poniendo sus manos en mi vientre.


Subiré dos caps esta noche para alegrar la semana.

Nuestras vidas comienzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora