Capitulo 5

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MAXON

Espero a América en el comedor para cenar, ya son las 9:30, justo la hora, me gusta ser puntual. En unos segundos, las puertas se abren, y entra ella. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, pero cuando se acerca cada vez más, mi sonrisa va desapareciendo de a poco. Se acerca con una sonrisa, aunque la noto algo rara, no es esa sonrisa llena de felicidad que siempre pone. La miro a los ojos y.... Espera. Sus ojos están algo colorados, su azul es más oscuro, sus mejillas un poco coloradas, sus labios más rojos....No. ¿Pero qué ah....?

-America, estuviste llorando-le digo preocupado.

AMÉRICA

Entro al comedor con la mejor sonrisa que me sale. Maxon también está sonriendo, pero a medida que me acerco más a él, va desapareciendo. Me mira preocupado a los ojos. Oh no. No estará pensando....

-América, estuviste llorando-dice él preocupado.

Mierda, se dio cuenta- pienso.

-No, Maxon. No sé de qué hablas.- mentí casi riendo. Guau, se da cuenta de todo.

Él se para rápidamente. Camina casi corriendo hacia mí y me toma las manos.

-América, me estás asustando. Por favor, mi vida. ¿Qué pasó? ¿Te duele algo? ¿Estás herida? ¿Qué sucedió?

-Maxon, -le pongo una mano en su mejilla, y siento que sus músculos su relajan un poco- no es nada. Son solo recuerdos. Fui a mi cuarto de Seleccionada y encontré las cartas que me escribiste. Largué unas lágrimas sin darme cuenta. No sabía si porque me hacen recordar tu amor, o por lo que pasó después. Es solo eso, mi vida. No pasó nada.

Largó todo el aire que llevaba dentro, mirando para abajo. Me besa los nudillos varías veces.

-Me asusté. Pensé que te había pasado algo.

-No amor, no es nada. Por eso trate de disimularlo, no quería que te preocuparas por eso.-Le dije con voz tranquilizante.

Nos sentamos en la mesa y comimos nuestra comida, pero luego recuerdo algo.

-Maxon, ¿cómo descubriste que había estado llorando?- el sonríe. Deja de comer para hablar.

-Te conozco, América. Siempre tienes esa sonrisa que me vuelve loco, y cuando hay algo diferente en ella, es porque algo pasa.

Me río, no sé cómo me hace reír todo el tiempo. Es tan..., gracioso, mi Maxon.

-Eres más inteligente de lo que pareces.

-Siempre me lo dicen- dice presumiendo.

Después de la cena, Maxon y yo vamos a nuestra habitación. Yo me doy una ducha, me pongo el pijama y me acuesto en la cama. Maxon también se mete, me agarra de la cintura y dormimos entrelazados. Nunca me cansaré de esto.

Nuestras vidas comienzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora