Nuestras vidas comienzan

Capitulo 18

MAXON
Me desperté con una sonrisa en el rostro. Las cortinas estaban bajas por lo que la luz no entraba por ellas. A mi lado estaba mi bella esposa durmiendo muy tranquila. Se veía como un ángel dormida.

-¿Que miras?-preguntó susurrando sin abrir los ojos.

-¿Estabas despierta? ¿Desde cuándo, querida?

-Desde hace unos segundos y no me llames querida.-me reí. Ni con sueño se le pasa. Le bese la frente.

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Después de desayunar, acompañe a América a la Sala de Mujeres para que estuviera segura. Jason siempre nos espiaba y nos seguía a todos lados. Nunca estuve más enojado y furioso en la vida. Si le hace algo a Mi América, la pagará. Si se mete con ella, se mete conmigo, y no le gustaría eso.

-Nos vemos para el almuerzo,querida.-dije y me reí por haberla llamado así.

-Gracioso. Me las pagarás-me dijo amenazante. Me robo un beso y entro antes de que pudiera impedírselo.

-Me debe otro beso.-dije abriendo la puerta, ella me hizo una seña para que me fuera, cerré la puerta y luego me fui.

En la puerta de mi despacho estaba mi ayudante Walt. Cuando me vio, hizo una reverencia en forma de saludo.

-Buenos días, Majestad.

-Buenos días, Walt. ¿Algo importante?

-No. Todo está en orden y sin atraso. Quería preguntarle si necesita ayuda con algo.

-No, gracias. Yo le aviso en ese caso.

-Bien. Con permiso.-se despidió con la cabeza.

-Propio.-dije yo.

Entre al despacho y comencé con mis deberes.

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AMÉRICA

Después de unas horas de trabajo, Lucy entra a la Sala de Mujeres.

-Hola Lucy. ¿Cómo estás?-la saludo.

-Hola América. Muy bien, y tú?

-Bien, gracias. ¿Cómo va todo con Aspen?

-Bien. Siempre trabaja, pero en su tiempo libre lo disfrutamos juntos. Siempre le tengo algo rico preparado para que coma en casa. Lo quiero mucho y espero que sigamos así.

-Me alegro mucho por ustedes. En serio.-le dije mientras me cruzaba de piernas.- Se ven muy bien juntos.-ella se sonroja.

-Gracias. ¿Y tú con Maxon?

-Bien. Siempre discutimos pero lo bueno es que siempre nos reconciliamos.-miro la hora del reloj. Hora del almuerzo.-Lo siento, Lucy. Tengo que ir a almorzar. Después hablamos.

-Claro. No hay problema. Adiós América.

Salí y me dirigí al comedor.

En el camino me encontré con Maxon.

-América, ¿qué haces aquí sola?-me pregunta algo enojado.

-Iba al comedor.

-No debes ir sola, cariño. Sabes lo que...

-Maxon,-lo interrumpo. Le tomo la cara. Suelto una risita.-sabes que puedo cuidarme sola.

-Pero... y Jason...

-Él no se acercará, y si lo hace, sufrirá las consecuencias.-solté otra risita. Él suspira.

-De acuerdo.-Me ofreció su brazo, lo tome y fuimos al comedor a almorzar.

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Una semana después

América y yo ya anunciamos por el Report que las castas 7 y 8 habían sido eliminadas. Mañana empezaríamos con las castas 5 y 6. Por eso, decidimos tomarnos el resto del día libre. Paseamos por el jardín y nos sentamos en nuestra banca.

-¿En qué piensas, amor?-le pregunto, la veo muy pensativa.

-Nada, Maxon. Solo estoy un poco distraída.

Le tome la mano y nos quedamos un rato en silencio. Al rato le tomo la cara y la beso con pasion. Ella me corresponde de la misma manera.

-Siempre consigo lo que quiero.-le digo cuando nos separamos.

-Creo que no se puede competir contigo.-dice ella sonrojada.

-No, y el que lo hace, sale perdiendo.-le digo egocéntrico.

Me acaricia la mejilla con dulzura. Me pierdo en sus ojos, esos ojos color cielo. Me abraza, quedando en mi hombro contra mi cuello y yo apoyado en su cabeza.

-Te amo.-me dice, dándome un pequeño beso en mi cuello.

-Yo también te amo.-le digo besando su cabello.

Más tarde, nos vamos a nuestra habitación a dormir.

AMÉRICA

En la mañana me levanté temprano para comenzar con mi trabajo con las castas 5 y 6. Teníamos mucho que hacer, pero por alguna razón, lo disfrutaba. Se sentía bien estar trabajando para ayudar a los demás.

Maxon sigue dormido. ¡Se ve tan guapo aún dormido! Le doy un pequeño beso en los labios y entro a la ducha. Al salir, me lavo los dientes. Maxon sigue dormido. Me visto y salgo al comedor para desayunar. Me como unas tostadas con mermelada de fresa y un poco de jugo. Voy a la Sala de Mujeres para comenzar con el trabajo. La luz del sol ilumina el pasillo a través de las ventanas.

El silencio inundaba el ambiente, lo cual no ocurría muy seguido en el palacio. Entré a la Sala de Mujeres, estaba vacía. Antes de empezar, decido escribir a mi familia. Hace casi un mes que no hablaba con ellos. Tomo papel y una pluma.

Queridos Mama, May y Gerad,

Estoy algo ocupada con esto de las castas, pero me gustaría que cuando puedan, vengan al palacio. Extraño las charlas con mamá, los juegos con Gerad y los chistes de May. No sé si pueda estar todo el tiempo con ustedes, pero aunque sea una tarde. Díganme cuando puedan, con cariño,

América.

Llamo a una doncella para que les mande la carta. Espero ansiosa la respuesta. En serio los extrañaba. Hace tiempo que no volvía a casa. Pero a veces siento nostalgia de los momentos cuando estaba con papá. Lo extraño, pero a veces siento su presencia. Diciéndome lo mucho que me quiere, que me extraña y que está orgulloso de mí.

Bien, concéntrate.-pensé, para alejar esos pensamientos.

Mi trabajo consistía por ahora en pensar maneras de acelerar el proceso, así que debía estar concentrada.