Después de que América Singer se casara con el príncipe Maxon, su vida juntos y llena de amor comenzó.
Aquí les dejo mi versión del epílogo entre la Elegida y la Heredera. Cómo comenzaron su vida juntos. Trataré de subir la mayor cantidad de capítu...
Maxon y yo iremos al doctor para una revisión. Mi vientre está ya más abultado y según el doctor hoy sabremos si es niña o niño. Estoy muy nerviosa y no puedo controlarlo. Espero ser una buena madre.
El doctor dice que es común que estemos nerviosos sobretodo porque es nuestro primer hijo y siempre pasa. Eso me tranquiliza, saber que es común tener miedo pero sigo teniéndolo.
Me acuesto en la camilla mientras el doctor Andrews me revisa.
-¿Que ve, doctor?-pregunta Maxon algo nervioso. Está sosteniendo mi mano.
-Todo bien por ahora majes...oh por dios!!
-¿¡Qué pasó?! ¿Le pasa algo a mi bebe?-pregunto alarmada.
-No, majestad, es solo que me sorprendí con algo.-me calmo.
-¿Que cosa?
-No tendrá un bebé, sino dos.
-¡Qué!-salta Maxon. Yo le sonrió de felicidad, por dios, seremos padres dos veces. Cuando me ve me sonríe igual que yo.-¿Puede decirnos los sexos?
-Claro. Veamos....aquí tenemos un varón.
-¡Si!-susurra Maxon para sí ( pero lo escuche) y levantando apenas su puño tipo celebrando. Le sonreí. Le apreté le mano un poco y él me la beso.
-Y el otro.....-siguió el doctor alargando la última o.-O debería decir otra.
-¿Otra?-dije yo confundida.-Se refiere a que....
-Así es majestad, serán un niño y una niña. Muchas felicidades.
El doctor me limpió el gel de la barriga y me dijo que podía irme. Dijo que cada semana podía volver si quería para revisarme (si estaba muy preocupada o nerviosa), y que en unos 6 meses me pusiera alerta por si tenía que dar a luz, ya que no todos los bebes nacen a los nueve meses, a veces 8 u ocho y medio. Cuando Maxon y yo salimos de la enfermería, él me llevo a los jardines y fuimos a nuestra banca.
-América, sigo sin creer que seremos padres. Padres de dos increíbles niños.-me dijo sincero sin soltarme la mano.
-Yo tampoco, Maxon. Y apuesto a que serán tan guapos como su padre.
-Oh, ya lo sé, cariño. No hace falta decir eso.-reí y le golpeé el hombro.-Oye.
-Por presumido.
-¿De mi belleza?-yo rodé los ojos y el rió.-Era broma. Yo apuesto que la niña será tan hermosa como tú.
-Gracias, eso ya lo sé.-ahora era mi turno de ser la diva.
-Déjame el papel de diva a mí que me sale mejor.-dijo arrogante.
-Que gracioso, Maxon. Me parto de la risa. Ja ja ja.-obviamente sarcasmo.
-Lo sé soy muy gracioso pero sabes que solo me pasa cuando estoy contento y hoy estos más que contento. Estoy que exploto de contento.-me abrazó dándome muchos besos ruidosos en el cachete.-Te amo, mi América.
-Yo también te amo, mi Maxi.
-¿No lo olvidarás nunca, verdad?
-No.
-Mala.
-Solo contigo.-le bese yo la mejilla.
-¿Por qué tan mala? Los besos en la mejilla eran antes, en la Selección, ahí eso era legal, bueno, para mí, ahora no! Ahora son aquí y solo aquí.-se quejó señalando sus labios y yo me reí.
-Tú te lo buscaste, Maxi.
-Mala. Debería hacer ilegal los besos en la mejilla.-hizo un puchero muy adorable. Iba a darle otro beso en la mejilla para molestarlo más pero el justo gira la cabeza y se lo doy en los labios.
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-Gané.-dijo sonriendo y guiñándome un ojo.
-Ganaste.-repetí.
-Otro.-pidió.
-No, tengo que hablar con mi madre y mis hermanos. Lo lamento Maxi.-me burlé levantándome de la banca y yéndome para el palacio pero antes me di vuelta y le di un beso en la nariz y le guiñe un ojo. Lo escuché hacer otro puchero, como lo amo.
Habrá maratón, aviso. En unos cuantos capítulos pero prometo que habrá!