Capitulo 12

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AMÉRICA

Estoy tan contenta. Por fin recordé a mi Maxon. Fue tan paciente conmigo, y pensar que cuando iba a darle la noticia de que lo recordaba, ya estaba desecho (y eso que fue como el tercer día después de lo que ocurrió).

Ahora sé cuánto me ama, y yo lo amo a él. Lo amo desde nuestro primer beso. El momento más romántico que hemos tenido, solos, en el balcón de mi habitación.

Ahora que lo pienso, es igual a su madre. Dulce, tierna, amable, considerada, y tiene su sonrisa, la misma sonrisa que tiene Maxon, que hace que mi cerebro se derrita.

Estoy en la Sala de Mujeres, revisando el informe para la eliminación de las castas 7 y 8. También leo las muchas cartas que llegaron mientras no estaba para trabajar. Son muchas, y cómo llegan como 10 como mínimo por día y suelen ser largas, creo que tengo mucho que hacer.

Me fijo en el reloj, son las 11:50 am. Creo que no podré ir a comer con Maxon, tengo que terminar esto, de lo contrario tendría que saltearme las horas de dormir. Ya sé, estoy exagerando, pero es que son muchas. Tomo un pedazo de papel y una pluma.

Para: Mi Real Marido,

Amor, lo siento, no podré almorzar contigo. Tengo mucho que hacer, y tengo que ausentarme para terminar todo. Lo siento de nuevo. Prometo estar ahí para la cena. Te amo, mi vida.

Con cariño, América Schreave, Reina de Illea y esposa enamorada.

La doble y le pedí a una doncella que se la entregue a Maxon. Me volví a concentrar en la lectura de las cartas. Quiero ser totalmente responsable con mi trabajo. Antes iba de casa en casa a cantar o a tocar el violín para ganar dinero, pero ahora soy reina y dirijo un país con Maxon. No fallaré.

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AMÉRICA

Estoy agotada. Estuve todo el día leyendo cartas e informes y escribiendo respuestas para confirmar cosas. Hasta releí la mayoría para asegurarme de entender, por si acaso. Son las 9:30, hora de la cena. Salgo de la Sala de Mujeres y voy al comedor. No está muy lejos, por suerte.

Entro y ahí está sentado mi esposo, mirando para una de las paredes del techo. Cuando me ve, se le forma una sonrisa en la cara. Esa hermosa sonrisa.

-Hola amor, ¿pudiste terminar todo?

-Sí, y estoy agotada. Pero me acostumbraré.-dije mientras tomaba asiento.

-Que bueno, cariño.-me toma uno de mis nudillos y lo besa-Te extrañe.

-Yo más.

Disfrutamos de la cena riendo y recordando cosas. Pero no puedo sacarme de la cabeza a Kriss. Ya me acuerdo que estuvo conmigo en la Selección, pero ella no estaba tan loca como para hacer lo que hizo. Me deja más tranquila que este en prisión. Sé que no es bueno, pero por lo menos no volverá a lastimar a nadie.

-Mer...... Mer......¿estás bien?

-¿Qué...?-dije volviendo al mundo real-Sí. Sí, solo....pensaba.

-¿En qué?

-No...nada-no quiero volver a preocuparlo. Quiero disfrutar tenerlo de vuelta.

-¿Segura?

-Sí, no te preocupes, cariño.

Disfrutamos de la cena juntos. Más tarde, vamos a nuestra habitación. Estoy tan cansada. Todo el día leyendo y escribiendo. No entiendo cómo la reina Amberly lo hacía parecer tan fácil. Lástima que no pueda preguntárselo. La extraño. Siempre me trato bien, a pesar de mis defectos. Ella era todo un ejemplo.

Me acuesto en la cama, cierro los ojos y me acuerdo de Maxon. Me acerco hacia él lo envuelvo con mis brazos y piernas. Hace lo mismo conmigo.

Nuestras vidas comienzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora