Acero y sal [One Piece. ZoroxReader]

Capítulo 10

Se giró hacia un lado, quedando de cara a la pared, y se aferró a la sábana con fuerza. Llevaba un día encerrada en aquella habitación y no tenía intenciones de salir, no por el momento. Se sentía avergonzada por todo lo vivido el día anterior y en esos momentos deseaba hacerse invisible, desaparecer y no tener que volver a ver a nadie de la tripulación nunca más. No se atrevía a mirarles a la cara, no después de cómo había reaccionado. Había estado aterrorizada en el mismo momento en el que los marines habían rodeado el barco, pero en vez de ser valiente, había optado por esconderse.

Y, para colmo, había apuñalado a un marine en el estómago. Se sentía una persona horrible y, cada vez que cerraba los ojos, veía la expresión aterrorizada del marine, con los ojos abiertos y aferrando su mano con fuerza, intentando que _____ dejara de ejercer presión sobre su abdomen. _____ se horrorizaba todavía porque podía sentir el calor de la sangre recorrer su mano y su brazo. Aún recordaba la sensación de odio y rencor que la había invidido, pagando sus frustraciones con aquel hombre que había osado burlarse de ella.

Zoro tenía razón y ella no se cansaba de repetirlo, no era una pirata, pero le dolía si era el espadachín quien lo decía. Se llevaba bien con todos los miembros de la tripulación, pero Zoro continuaba siendo una incógnita para ella. Lo había intentando, había intentado caerle bien, comprenderle, pero había resultado inútil. No sabía qué podía haber hecho para que, cada vez que pisaba la cubierta, Zoro se mostrara visiblemente molesto por su mera presencia.

Y luego estaba Law... Mientras Zoro la había echado en cara su cobardía, el otro la había regañado por no haber continuado escondida. Aquella reprimenda le había sacado de sus casillas, pero, en vez de reflexionar, se había dejado llevar por sus emociones y había actuado de manera inconsciente. Desde que se habían conocido, el llamado Cirujano de la Muerte había sido demasiado sobreprotector con ella, incluso _____ sentía en él una parte de su hermano mayor Toshi, pero él había sido asesinado por los marines con quince años. El hecho de que Toshi fuera el mayor y que les separaran diez años de edad, hacía que su hermano se hubiera volcado con ella desde el primer momento en que la vio. Toshi solía defenderla cuando los niños se mentían con ella y _____ sentía que Law hacía lo mismo.

Habían sido dos reacciones muy diferentes y aquello solo hizo a estallar a _____. Se sentía confundida, furiosa consigo misma y con todo el que la rodeaba. Nunca, jamás había reaccionado así, ni siquiera era consciente de que podía llegar a tener ese carácter fuerte, de que podía llegar a gritar y a pegar a alguien de rabia. Había llegado a su límite, un límite que desconocía. ¿Acaso estaba cambiando? A lo mejor esa parte oculta de su personalidad siempre había estado ahí, pero vivía demasiado sometida por otros como para creer que tenía un poco más de carácter.

- Deberías comer algo- _____ se giró, quedando frente a Nami, que había dejado un plato de pasta sobre la mesita de la habitación.

- No tengo hambre.

- No has comido nada en un día- la navegante insistió y _____ chasqueó la lengua, incorporándose de la cama. No tenía ganas tampoco de discutir con Nami, ya que sabía que con ella saldría perdiendo.

Robin también estaba en la habitación. La arqueóloga se encontraba apoyada sobre la puerta de brazos cruzados. Las dos mujeres llevaban cinco minutos esperando una respuesta de _____ y, por fin, la habían obtenido.

- ¿Cuándo piensas salir de aquí? Todos están preocupados por ti, _____-san- _____ rodó los ojos- Tienes que poner fin a esta actitud infantil.

_____ dejó el tenedor sobre el plato. Nami miró a _____ y después a Robin.

- Robin...

Por mucho que la doliera, Robin tenía razón. Dolían sus palabras, pero _____ prefería la crueldad que estas podían destilar a que la disfrazaran la realidad con mentiras. Su comportamiento había sido infantil y, en realidad, todavía lo era. Quedándose escondida en aquella habitación no pondría fin a sus problemas, pero el orgullo era más fuerte que su conciencia.