Capítulo 27

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_____ se apoyó en la puerta de la habitación, mientras reflexionaba en silencio. Garvey, el anciano que se encargaba de cuidar a los niños, había descubierto finalmente su identidad. No les había quedado más remedio que compartir con él todo lo que sabían y éste había insistido en reportar todo lo ocurrido al príncipe. Ni Zoro ni _____ creían que esa era una buena idea. Sin embargo, el hombre había sido bastante contundente al recordarles que no respondía ante ellos, así que ahora dependían de aquel anciano y del príncipe. Podían ser discretos o dejarles expuestos. Solo tendrían que esperar.

La chica posó sus ojos sobre Zoro. El espadachín estaba sentado en el borde de su cama y movió con cuidado su hombro, sintiendo una punzada de dolor debido al trozo de madera que se había clavado unos instantes antes.

- Déjame echarle un vistazo.

Zoro había sido un cabezota. Había cargado con ella para sacarla de la zanja en la que habían caído y lo único que había hecho era sacar la madera de la carne como si nada. Había que limpiar la herida por mucho que él insistiera en que no era necesario.

- No hace falta.

_____ salió del baño con una toalla y un recipiente con agua caliente.

- Eres un cabezota- insistió la chica mientras dejaba el recipiente sobre la mesilla de noche- Déjame ver.

- ¡Que no!- Zoro se alejó de la chica, que seguía acercándose a él a pesar de que no quería.

- Es culpa mía que tengas esa herida. Te limitará a la hora de combatir.

_____ se echó hacia delante, apoyando su rodilla izquierda sobre el colchón. La chica estiró su mano para apartar la ropa de Zoro, manchada de sangre, pero éste aferró su mano. _____ chasqueó la lengua, intentando zafarse de su agarre mientras el espadachín soltaba maldiciones por la boca para que ella le dejara en paz.

Finalmente, _____ perdió el equilibrio, cayendo hacia delante, pero antes de que su cara tocara el suelo, Zoro le agarró con fuerza por la cintura, atrayéndola hacia él. _____ sintió cómo su cuerpo se tensaba al sentir las manos firmes de Zoro en torno a ella y sus piernas fallaron. Zoro protestó de nuevo y tiró de ella hacia él, haciendo que _____ quedara sentada sobre sus piernas.

Los dos permanecieron en silencio, inmóviles por la postura en la que se encontraban. _____ intentó calmar los acelerados latidos de su corazón y rezó para que Zoro no notara sus mejillas encenderse por la cercanía.

- Solo quiero mirar esa herida que te has hecho por mi idea descabellada.

Zoro chasqueó la lengua.

- Está bien. Pero deja de echarte la culpa por todo.

Zoro la observó de reojo mientras _____ tomaba el bol con agua caliente y mojaba la toalla. Con cuidado, comenzó a limpiar su herida del hombro.

Apretó los dientes, aguantado las punzadas de dolor que sentía y fijando su atención en el rostro de la chica. La muchacha parecía concentrada en su tarea. Sin embargo, Zoro podía sentir cómo temblaba, a pesar de que _____ actuaba como si no sucediera nada. El peliverde contuvo una sonrisa de medio lado. Se había convertido en una buena actriz, pero con él no funcionaba, podía ver que era un manojo de nervios.

Todo pasó demasiado rápido. Tanto que ni siquiera se había dado cuenta de que sus ojos se habían abierto por la sorpresa. Había sido breve, pero ______ había posando sus labios sobre su frente una vez terminó de limpiar y vendar la herida.

- ¿Te encuentras ya mejor?

Zoro no sabía qué decir o hacer, así que se encogió de hombros. _____ volvió a acercarse a él y le besó en la mejilla, sintiendo el espadachín cómo su rostro ardía al sentir el contacto con los labios de _____, sorprendido por la atrevida acción de la chica.

Acero y sal [One Piece. ZoroxReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora