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W E N D Y    P O V

Abro la puerta y me encuentro con Nash y Cameron a punto de entrar en su habitación. Mierda y remierda. Y mirad que yo nunca digo palabrotas, pero esto es un gran..

—¡OH MIERDA! TENEMOS UN 749. —grite pulsando el walkie mientras caminaba hacia atrás.

Os preguntaréis como sabía que era la habitación de Cam y Nash; fácil, vans rojas tiradas por todas partes y ellos siempre comparten habitación. Punto.

—CORRE. —me gritan mis dos amigas por el walkie, y eso hago. Corro hacia el balcón. Los chicos tardan un par de segundos en darse cuenta de que me he colado y en seguirme, lo que me da ventaja para saltar al balcón de al lado ante la mirada horrorizada de Nash.

—Mierda Wendy, ¡no te vamos a hacer nada! —exclamó al ver que caía en el suelo del balcón contiguo.

—Habla por ti, si estaba en nuestro cuarto era por algo. —dijo Cam y Nash me miró desconfiado, pero en seguida se le pasó.

—Wendy, vamos... —así que sabe mi nombre. Ja. Pues no lo parecía cuando ni me miraba. En fin. Miré por la ventana que conectaba con la habitación en la que me encontraba ahora. No tengo ni idea, por la ropa juraría que es Hayes y alguien más, porque hay una camiseta que pone Hayes, básicamente. Estaba despejado. Cogí el walkie.

—A todas las unidades, creo que estoy atrapada en la habitación de Hayes. Nash y Cam me han pillado. ¿Qué hago?

Esperé unos segundos.

—Yo ya he soltado las bombas fétidas en las habitaciones uno y dos. —dijo Em y me di un PalmFace mental. Eso era lo último, cuando estuviésemos todas fuera y ellos dentro.

Para que os hagáis una idea las habitaciones están alineadas, y la de Cash es la cinco.

Entonces escuché unos ruidos y entré en pánico. Cam y Nash ya habrán avisado a todos, por lo que me vendrán a buscar. Escuché ruidos en la habitación tres y luego pasos hacia aquí, así que hice lo primero que se me ocurrió: meterme en la súper maleta que hay ahí.

Repito: soy muy menuda y flexible.

Me escondí lo más rápido que pude y justo cuando cerré la maleta se abrió la puerta de la habitación. Escuché como cuatro chicos entraban corriendo y se paraban en seco.

—¿Dónde está? —preguntó Cameron confuso.

—Ay la pobre, que se ha tirado. —exclamó Hayes y escuché como corría al balcón a mirar. Me di una palmada en la frente y luego me arrepentí al darme cuenta de que podría sonar demasiado.— No, abajo no está.

—¿Dónde se habrá metido? —dijo esta vez Taylor.

—Seguro que está escondida. —dijo Cameron. ¿QUÉ? ¿Desde cuándo es tan listo este chico?— Buscadla. —ordenó y se escuchó como abrían los armarios, la puerta del baño, otra vez los armarios...

—¿Y si se hizo invisible? —preguntó Nash y tuve que hacer serios esfuerzos por no emitir ningún ruido ni movimiento.

—Será mejor que nos vayamos a buscarla a otro sitio, está claro que aquí ya no está. —dijo Taylor. Y justo cuando pensé que estaba salvada, mi walkie emitió un sonido, como el del papel albal cuando lo estrujas. Maldecí por lo bajo y empecé a tocar botones para apagarlo, pero no veía nada.

—¿Wendy, dónde estás? —preguntó Didi por el walkie, y estoy segura de que los chicos lo oyeron, porque su grito casi me dejo sorda.

Escuché pasos acercarse a la maleta, y alguien abrir la parte de arriba, dejándome al descubierto y pudiendo ver a un muy confundido Nash.

WEDICS » Magcon Girls And Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora