Estaba revisando mi celular cuando escuché el chasquido de la puerta que indicaba que estaba abierta.
— ¡Apaguen sus luces y háganse las dormidas! —gritó Riley en un susurro y todas hicieron caso.
Bloqueé la pantalla de mi celular y lo puse bajo mi almohada, me estire para apagar mi luz y cuando estuvo apagada me tiré a la cama y me arropé hasta el cuello.
Se oyeron pasos firmes en el cuarto, pero no veía nada porque tenía los ojos cerrados.
— ¡Jayden! —escuché el grito de Valery pero no me moví o sino descubrirían mi mentira.
— ¡Yo te mato, Brian! —gritó ahora mi hermana.
Y de momento, me quitaron las cobijas de encima pero no reclamé es más, me hice un ovillo en la cama pero me jalaron hasta la orilla y sentí cómo me cargaban cuando me lanzaron y aterricé en los brazos de alguien más.
¡¿Qué diablos?!
Abrí mis ojos de par en par por el susto que me llevé y cuando lo hice vi que Trent me tenía en sus brazos cargándome como princesa. Ryan me puso mis pantuflas que eran unas botitas hasta el tobillo que estaban forradas por dentro y eran de color grises. Cuando acabó Trent en un rápido movimiento me cargó en su hombro como un costal de papas o de cualquier verdura que transporten en costal.
— ¡¿Qué te pasa Trent?! ¡Bájame ya! —grité y comencé a pegarle en su espalda.
Escuché que se rió pero no me bajó, sino que salió del dormitorio y se detuvo a un lado del sillón.
— ¿Se sienten bien? —preguntó Trent pero no podía ver lo que él.
— Oh vamos. ¿Cómo preguntas eso? ¡Augustus está a punto de morir! —reprochó Thomas sollozando.
¿Augustus? Acaso...¿están viendo Bajo la Misma Estrella?
— ¿Vienen o no? —preguntó cansado Jayden.
Giré mi cabeza hacia la izquierda y ví a Valery en la misma situación que yo ella también volteó e hizo un intento de encoger los brazos pero por la posición que tenía no pudo realmente.
— ¡No dejaremos a Hazel sola! —gritó David acompañado de sollozos.
Mi hermano mayor estaba llorando y yo no tenía cámara.
— Bien —fue lo único que dijo Jayden.
Regresé mi vista hacia la izquierda y ví llegar a Brian con Riley en sus hombros y a Ryan con Kerty en la misma posición que todas nosotras.
Trent comenzó a caminar de nuevo y ví como pasábamos por la puerta de nuestra habitación. Cruzamos el pasillo pero Trent detuvo su caminar pero de nuevo lo hizo cuando se oyó el típico sonidito del elevador cuando se abre. Trent entró y pude ver a Valery pegándole con todas sus fuerzas a Jayden que sólo reía.
Ésa era el tipo de risas que ya no había visto en él desde hace algunos meses... una sonrisa sincera y llena de sentimientos verdaderos.
Lo extrañaba demasiado y no sabía si él me extrañaba a mi, pero yo realmente me sentía decaída cuando peleábamos y me dolía cada vez que usaba el sarcasmo para hablarme.
No me dí cuenta cuando bajamos de ascensor ni tampoco cuando salimos del hotel hasta que sentí una brisa de aire frío en mi espalda baja que hizo que mi cuerpo se estremeciera completamente.
— ¡Maldito hijo de mi mamá! —le grité a Trent y él se carcajeó— ¡Por lo menos deja que me cambie de ropa!
— ¿Por qué lo haría? —me preguntó.
— ¡Estoy en pijama! —contesté obvia.
—Nop —contestó sin dejar de caminar.
Me dejé caer y observé que todas peleaban con los chicos. Llegamos hasta un local de comida y Trent me bajó.
Ni siquiera me preocupé en intentar escapar. No sabía donde rayos estábamos y los únicos que sabían como regresar eran los estúpidos que nos habían traído.
Pedimos algo ligero de cenar al contrario de los gemelos, Jayden y Trent que pidieron comida como si el mundo se acabará mañana.
Todas nos abrazábamos a nosotras mismas y movíamos nuestras manos contra nuestros brazos en busca de calor.
Valery comenzó a temblar de frío y mi hermano se dió cuenta de ello porque se quitó su chamarra y se la puso a Valery quien le sonrió agradecida.
Valery era dos años mayor a Trent pero cuando los veías juntos podías jurar que Trent era mayor que ella. A mi me hubiese gustado bastante que Valery y mi hermano fuesen pareja pero sabía que eso no podía ser posible porque a Trent no le gustaba en lo más mínimo, le parecía linda y amable pero siempre me decía que no era lo que él estaba buscando.
Comencé a estornudar repetidas veces. Vaya que tenía frío y mi pijama constaba de un pantalón de tela delgada color rosa y una playera de licra sin mangas color blanca.
— Son unos imbéciles —dije y estornudé dos veces seguidas.
Si llegaba a enfermarme me encargaría de castrarles la vida a cada uno de ellos.
Jayden se acercó a mi y me ofreció su chaqueta, negué con la cabeza y él rodó los ojos.
— No seas fresa y abrígate —me dijo y lo miré ofendida.
— No soy fresa, tarado —dije y él me puso su chaqueta rápidamente.
— No soy fresa, tarado —se burló haciendo una voz chillona, abrí mi boca en O, indignada por su mala imitación.
— Tonto —dije poniéndome bien su chaqueta y comenzando a caminar hacia un pequeño parque que había cerca del establecimiento.
— Fresa —respondió sonriendo.
— Bobo.
— Tarada.
— Troglodita.
— Descerebrada.
— Estúpido.
— Ingenua.
— Imbécil.
— Barbie —me dijo sonriendo abiertamente como ganador.
— Oh no me llamaste así —amenacé fulminándolo con la mirada.
— Lo hice —me dijo y me lancé contra él.
Sabía que no le podía hacer daño, pero necesitaba desquitarme por lo de Barbie.
Al lanzarme contra Jayden él no esperaba mi acción, así que cuando me abalancé contra él, ambos caímos pero él recibió el golpe de los dos ya que me abrazó para que no me golpeara.
Al levantar mi mirada él tenía una leve mueca de dolor en el rostro. De momento me miró y sentí como si todo se hubiera detenido a mi alrededor.
Sólo éramos Jayden y yo.
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Skyler Kaufman en multimedia.
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El Playboy De Mi Vida
Romance- Jamás creí lamentarme de mi niñez, más sin embargo, ahora lo hago -dije mirando al suelo. - Yo no lamento nada -él se acercó a mi y tomó mis manos entre las suyas- No me arrepiento de nada porque eres lo más importante para mí. Levanté mi cara y d...