Capítulo 17 "Reencuentros"

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Al llegar a Nueva York, no nos llevaron directamente a las empresas de Next Models, sino que fuimos a la Universidad Winston donde seguiríamos con nuestros estudios.

Todos y todas fuimos acomodados en distintas fraternidades no elegidas por nosotros mismos, sino por los líderes de las fraternidades y nos ponían en diferentes casas para llenar casi todas, pero mi grupo de amigas sólo quedó repartida entre dos fraternidades.

A Riley, Kerty y Trina se les asignó a Kappa Kappa Gamma mientras que a Dorcas, Beverly y a mí se nos asignó a Alpha Kappa Delta.

Nos repartieron en más de 10 camionetas para llevarnos a nuestras fraternidades ya que ya estaban nuestros papeles de inscripción y también ya nos habían asignado nuestro horario y grupo.

Al llegar a Alpha Kappa Delta me dí cuenta de que las chicas eran porristas y alguna que otra chica nerd que realmente no lo parecía. Con las animadoras bastaba para mí, es decir, amaba ser porrrista en mi anterior Instituto por lo que haría lo imposible por entrar al equipo de ésta escuela.

Bajamos con las maletas en manos y una chica a la que conocía muy bien, nos esperaba en la puerta junto a más chicas, todas con una sonrisa.

— Hola soy la líder de la fraternidad Alpha Kappa Delta, me llamo Melissa Freid y oficialmente les doy la bienvenida a la Universidad Winston.

— Se les dará un recorrido por la casa, después se les asignarán sus habitaciones y por consiguiente iremos a los salones centrales donde se imparten las clases normales a las que asistirán el resto del año —dijo una chica castaña de ojos marrones que estaba a un lado de Melissa.

— Esperamos que durante su estancia, les parezca perfecta Alpha Kappa Delta. ¡Bienvenidas! —dijo una castaña de ojos azules y todas aplaudieron.

— Muy bien, entremos —dijo Melissa y todas comenzaron a tomar sus maletas.

— ¡Sky! —Melissa me abrazó de repente cuando entré a la fraternidad, tomándome por sorpresa.

— Mel, es genial que estés aquí —dije y ella me miró como si eso fuese obvio.

— Te llevaré a tu habitación —me dijo y tomó una de mis maletas— La recámara será compartida con una de las chicas de aquí ¿vale?

Subimos las escaleras hasta el primer piso (o segundo, como lo entiendan) y fuimos hasta el fondo del pasillo, Melissa abrió la puerta y entró seguida de mi.

Al entrar a la habitación, no pude evitar mirar sorprendida la habitación. Las paredes blancas con fotos en ellas, las letras de AK∆.

Habían dos camas casi pegadas, dos grandes closets, un tocador, un televisor pegado en la pared y dos escritorios, uno junto a la ventana y también junto a una de las camas con colchas verdes. El otro escritorio estaba al otro lado de la recámara lleno de libros, libretas, hojas por aquí hojas por allá, lápices, bolígrafos, y más.

Era hermosa.

Era hermosa

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